Un lavado, tendido a medianoche por las nuevas tarifas eléctricas.
Un lavado, tendido a medianoche por las nuevas tarifas eléctricas. MANU GARCÍA

Así empezaba el estribillo del famoso tango de Gardel que a día de hoy pareciera de plena actualidad a tenor de la reforma tarifaria que ha sufrido la energía eléctrica en nuestro país y sobre todo del precio al que está llegando el kilovatio a punto de batir su record histórico con el consiguiente agujero en el bolsillo de los consumidores que no salen de su asombro cuando cada noche se publican los precios de la luz que estarán vigentes  el día siguiente en los tres tramos de la nueva factura eléctrica.

El nuevo cuadro horario de la tarifa está provocando un cambio de hábitos sin precedentes en nuestra rutina de consumidor. Si antes, con la tarifa de discriminación horaria, la mañana era el espacio perfecto para el uso de los electrodomésticos de mayor consumo y también la mejor hora para cocinar, ahora ese paraíso eléctrico se ha convertido en un infierno al que puedes llegar cada primero de mes, a la hora de pagar la factura, con nada que pierdas la noción del tiempo y continúes mentalmente en el pasado. Si antes estábamos preparados para comer a partir de las dos de la tarde, ahora esa será la hora en la que podremos poner en marcha la vitro o el horno. Por lo pronto hemos tenido que retrasar nuestra comida principal del día al menos una hora u hora y media.

Y no quiero ni pensar la noche que nos puede dar la lavadora centrifugando en plena madrugada o el lavavajillas en su programa más intenso. Bien es verdad que el fin de semana tenemos barra libre horaria y podemos cambiar el paseo con la familia o la cerveza con los amigos por unas horas de planchado o de cocina para el resto de la semana. Quién nos iba a decir que la plancha se iba a convertir en nuestro mayor enemigo económico y que nos íbamos a aprender de memoria el manual de instrucciones de la lavadora y del lavavajillas que con suerte teníamos guardados en algún cajón de nuestra casa, y todo para salir de dudas si lo del modo ECO viene de ecológico o de económico. Para aquellos que hayan perdido el dichoso manual les recuerdo que pueden encontrarlo en internet con la inestimable ayuda de Google.

Pero más allá de esta interpretación simplista de las nuevas tarifas conviene profundizar un poco en porqué hemos llegado hasta aquí, porque lo de menos son los horarios, lo realmente importante son los precios de cada tramo y eso no es tan fácil de entender a primera vista. Cada día la energía producida y que consumiremos al día siguiente se adjudica en el llamado Mercado Mayorista Eléctrico de cuya gestión se ocupa la OMIE. El problema es que las primeras energías en entrar en el mercado son las más baratas, la hidráulica, la nuclear o las renovables, cuyos costes de producción son menores, y la última es la de las centrales de ciclo combinado que es la más cara en producción y además tienen que pagar los derechos de emisión de CO2 tal como regula la normativa medioambiental. Hasta ahí nada que pudiera llamarnos la atención si no fuese porque todas las energías, incluidas las más baratas, se van a retribuir al precio de la última que entra en el mercado que es la más cara, normalmente la que corresponde a las centrales de ciclo combinado.

Este sistema de retribución no deja de ser un sistema perverso por cuanto la energía con menores costes de producción se vende al precio de la más cara aunque sus centrales estén amortizadas hace ya décadas. Y fue el primer gobierno de Aznar el que en 1997 llevó a cabo esta reforma llamada liberalización del mercado eléctrico y de aquellos polvos estos lodos. Pero la liberalización no hubiese sido el mal mayor si no hubiese venido acompañada de la privatización de Endesa, hoy en día propiedad de ENEL, compañía propiedad en buena parte del Estado italiano. Francia e Italia también liberalizaron en cumplimiento de la directiva europea pero mantuvieron el control público sobre sus empresas estatales EDF y ENEL, y ahora es el momento de recordar el pasado para entender este rayo eléctrico que amenaza con afectar gravemente a  nuestras economías domesticas.

Por ello es fundamental que el anteproyecto de ley de reforma del sistema de retribución aprobado por el Gobierno pase cuanto antes a trámite parlamentario para que se modifique, entre otras cosas, el injusto sistema de retribución actual, mientras tanto sólo resta escuchar cada día el tango de Gardel convertido casi en una advertencia premonitoria y quedarnos “a media luz, crepúsculo interior,..a media luz los besos, a media luz los dos”, con menos luces que el ideólogo de la campaña de Susana al que también esta semana se le han fundido los plomos, pero de eso hablaremos la víspera del conclave electoral interno del Partido Socialista.

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