Lista más votada y concejal 28, García-Pelayo en el Jerez de las maravillas

Está claro que las campañas electorales son momentos propicios para el atrevimiento, los proyectos hiperbólicos y las fantasías oníricas redentoras

María José García-Pelayo, en la presentación de su candidatura.
María José García-Pelayo, en la presentación de su candidatura. MANU GARCÍA

La llegada de una campaña electoral suele provocar asombrosos cambios de personalidad acompañados con bastante frecuencia de procesos amnésicos interesados. Hay políticos, hombres y mujeres, a los que una campaña electoral les convierte en irreconocibles para quienes los hemos conocido a lo largo de esos cuatro años que ahora terminan e incluso desde algunos años más. Lo más curioso sea quizás la capacidad que adquieren para emitir mensajes de los que se habrían horrorizado en esa vida anterior que parecen haber abandonado definitivamente pero que los ciudadanos y ciudadanas no podemos olvidar con la misma celeridad que ellos y ellas.

Probablemente uno de los casos mas sorprendentes de este fenómeno de mutabilidad irracional sea el de María José García-Pelayo, la candidata vintage del Partido Popular en Jerez. En este caso que nos ocupa se nos pretende hacer olvidar los desmanes de García-Pelayo en su vida anterior cuando llegó a la Alcaldía de la mano del inmatable Pacheco. El nuevo personaje que encarna la candidata popular nada tiene que ver con aquella alcaldesa del “aquí mando yo” que no reparaba en gastar el dinero de los jerezanos y jerezanas en juegos ecuestres cuestionados judicialmente y de cuya responsabilidad penal se libró por una cuestión de plazos temporales que producen prescripciones.

Tampoco recuerda la nueva García-Pelayo a aquella otra alcaldesa con conflictos laborales permanentes a causa de los impagos a los trabajadores del Consistorio, que decidió tomar el camino cómodo del Senado y del Congreso demostrando su poco arraigo con la ciudad que le tuvo algo menos de dos años al frente del Ayuntamiento. Vuelve ahora, eso sí sin abandonar su escaño de senadora por si acaso, con el manido mensaje revolucionario de que gobierne la lista más votada manifestando así su falta de convicción en conseguir la mayoría absoluta necesaria para gobernar en solitario, probablemente un lapsus inconsciente de algunos de sus asesores de campaña.

Lo de que gobierne la lista más votada es un recurso de políticos sin fe en la victoria cuando se aborda una campaña electoral. Con el actual sistema tan democrático es que gobierne la lista más votada como que lo haga una coalición distinta de listas menos votadas pero capaces de sumar la mayoría necesaria, modelo seguido por Juanma Moreno en la anterior legislatura para impedir el Gobierno de la lista más votada de Susana Díaz, todo completamente legítimo. Lo que debería abordarse es la reforma de la ley electoral introduciendo la segunda vuelta en caso de ausencia de una mayoría absoluta en la primera y dejarnos de pamplinas que sólo sirven para engordar ruedas de prensa cansinas y contentar a oídos amigos.

Pero lo que de verdad resulta impactante es la conversión de García-Pelayo a la transparencia de los asuntos públicos con la fe de aquellos judíos conversos de los siglos de oro. Y se atreve, ella que hizo todo lo posible por enterrar la rama jerezana de Gürtel, a hablar del concejal 28 convirtiendo el asunto en algo trascendental de su nuevo proyecto municipal olvidando que en sus tiempos al frente del Ayuntamiento le sobraban todos los concejales que no fuesen del PP. Está claro que las campañas electorales son momentos propicios para el atrevimiento, los proyectos hiperbólicos y las fantasías oníricas redentoras, pero lo de García-Pelayo, créanme, excede con mucho esos parámetros como si de una Alicia en el Jerez de las maravillas se tratara.

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído