En peores plazas hemos toreado

Basta con recordar los momentos de la transición política de la dictadura franquista a la democracia y los asesinatos llevados a cabo por elementos de esa extrema derecha

Pedro Sánchez durante la investidura.
Pedro Sánchez durante la investidura.

Al menos eso pienso yo y así se lo he trasladado a quienes en estos días, desde la cercanía ideológica o electoral, me han preguntado sobre la situación política en los momentos previos a la sesión de investidura. Y es que además esa expresión que resulta valida para el momento previo también puede resumir el futuro al que nos enfrentamos en los próximos meses.

En relación con la previa de la investidura está claro que quienes ya tenemos unos años hemos vivido momentos en los que la extrema derecha y su enfermedad infantil, nazismo o fascismo llámale como quieras, hacían ostentación de su radicalismo violento y lo que eran aún peor desde el propio poder institucional. Basta con recordar los momentos de la transición política de la dictadura franquista a la democracia y los asesinatos llevados a cabo por elementos de esa extrema derecha con la connivencia de las fuerzas de seguridad de aquel entonces.

Y por poner un ejemplo más contundente y cercano en el tiempo valga el golpe de estado protagonizado por Tejero al frente de un grupo de guardias civiles que ocuparon la sede de la soberanía popular y secuestraron durante largas horas a sus representantes. Y son esos retazos de la memoria los que me llevan a afirmar al contemplar la violencia fascista de estos días que con total seguridad en perores plazas hemos toreado.

De todas formas esa manifestación surrealista de la España más profunda que viene tomando cada atardecer la calle Ferraz está dejando momentos para la historia del disparate nacional, qué pena que Berlanga no siga entre nosotros para inmortalizar esos momentos, desde la lectura del rosario de esa especie de predicadores del lejano oeste americano hasta el batallón ultramontano de las muñecas hinchables, sin olvidarnos del tridente trumpista o lo que es lo mismo la santísima trinidad de la comunicación fascista, Alvise, Negre y Quiles, el bueno, el feo y el malo de esta revuelta pandillera.

Y si esto es el pasado más reciente también para el futuro más inmediato vale eso de que en peores plazas hemos toreado. Todavía Sánchez no ha tenido tiempo de tomar conciencia del momento post-investidura cuando llega el fronterizo Feijoo y le felicita con una amenaza que debe ser la nueva forma de entender la política del líder del Partido Popular. Un comportamiento con tintes de bipolaridad el de la felicitación amenazante y la de la totalidad de su intervención parlamentaria donde por un lado acusa de fraude electoral para a renglón seguido admitir la legalidad del pacto para la elección de Sánchez. 

Y en relación con el futuro decía que en peores plazas hemos toreado también porque si nos remontamos a la oposición que llevó a cabo Aznar al gobierno de Felipe González de la mano del famoso sindicato del crimen mediático lo de Feijoo puede parecernos de preescolar de la política. Los Ansón, Pedro J., etc.., esos si que eran profesionales y no este tridente de YouTube y Twitter. Basta recordar hasta qué punto llevó Aznar la crispación política en su etapa de oposición que el Propio Ansón, a la sazón director de ABC, se vio obligado a publicar una portada en la que conminaba a Aznar a no cabalgar a lomos del tigre del GAL.

Podría seguir contando más tardes de gloria en esos ruedos de dios de la historia española más reciente pero quizás con estos nos podemos hacer una idea de que es cierto de que antes y ahora en peores plazas hemos toreado y hemos cortado orejas y hasta algún rabo.

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