Mal momento ha escogido el señor Bárcenas para tirar de la manta con el frío que hace, sobre todo en la oposición, que es donde los españoles colocaron al Partido Popular de Pablo Casado, heredero en proindiviso de todo ese legado de la caja B y los sobresueldos que de nuevo sobrevuela el espacio aéreo de la calle Génova, en concreto el número 13, que es donde reside en su tiempo libre, entre chorrada mediática y chorrada parlamentaria, el hombre que en campaña electoral susurraba a las ovejas buscando quizás el silencio de los corderos que acaba de romper Bárcenas de manera estruendosa.
El antiguo gerente del Partido Popular ha mostrado su total predisposición a colaborar con la Fiscalía que investiga uno de los episodios de corrupción, casi con total seguridad el más importante de la etapa democrática, y que tiene al partido de Casado como protagonista estelar. Y no sólo ha confirmado Bárcenas la existencia de sobresueldos y la identidad de sus principales perceptores sino que también ha resuelto el enigma más inquietante acerca de las iniciales MR, que como todos intuíamos desde tiempo inmemorial, hacen referencia al expresidente del Gobierno y del Partido Popular, el señor Mariano Rajoy. Pero con ser grave e inquietante lo manifestado por el señor Bárcenas en relación con la percepción de los sobresueldos en dinero negro de la caja B de Génova 13, más debiera inquietarnos lo manifestado en relación con la manipulación de la Justicia que se desprende de sus palabras.
Porque Bárcenas ha tomado la decisión de colaborar con la Fiscalía tras la entrada en prisión de su esposa, Rosalía, tras el incumplimiento de lo prometido por su antiguo partido en el sentido de que eso nunca ocurriría. Estamos ante una manifestación clara del control político sobre los órganos judiciales para conseguir el beneficio partidista. Quizás hechos como este sirvan para entender claramente la batalla política para la designación de los miembros del Consejo General del Poder Judicial, el máximo órgano de Gobierno de la Justicia, y por si acaso también de las vacantes a cubrir en las distintas Salas del Tribunal Supremo.
La verdad es que Bárcenas con su carta a la Fiscalía ha conseguido el hat trick de su vida, le ha marcado gol en el mismo partido a Mariano Rajoy, a los perceptores de sobresueldos en B y a la propia Justicia. Y como bien podemos suponer esto no ha hecho más que empezar y en este mercado de invierno el señor Bárcenas, como San Pablo caído del caballo camino de Damasco, se puede haber convertido en el fichaje estrella en la lucha contra la corrupción endémica del Partido Popular en cuyas categorías inferiores se formó hasta alcanzar la titularidad en el primer equipo.
Casi con total seguridad los tiempos que vienen en la investigación de la Fiscalía seguirán deparando titulares de portada, como ya está ocurriendo, que se verán reforzados por las comparecencias en la Comisión del Caso Kitchen que empieza a dar sus primeros pasos en el Congreso de los Diputados y donde ha sido citado el exSecretario de Estado de Seguridad y actual portavoz del Grupo parlamentario andaluz del Partido Popular, el señor Nieto, el aliado estratégico de Juanma el bueno sobre el que también parecen recaer la sombra alargada de los sobresueldos a tenor de lo manifestado por Bárcenas.
No cabe duda que con sólo tirar del pico de la manta el frío del miedo a lo desconocido empieza a recorrer ya las espaldas de quienes se sentían seguros mientras Rosalía disfrutó de libertad, ahora el frío del Norte empieza a soplar con fuerza y puede helar la sangre de más de un Campeón y de sus herederos más ilustres, tiempo al tiempo que esto no lo para ni la policía patriótica con Villarejo.
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