Con De Guindos la banca siempre gana y los demás perdemos

Sus declaraciones anunciando futuras y sucesivas subidas de tipos de interés le confirman como un halcón, por cierto peregrino, en la política monetaria europea

Luis de Guindos, vicepresidente del BCE.
Luis de Guindos, vicepresidente del BCE.

Es una constante en la vida económica española que con Luis de Guindos, antes en el Gobierno de España como responsable económico y ahora en la vicepresidencia del Banco Central Europeo, la banca siempre gana. Sus declaraciones de hace poco más de 48 horas anunciando futuras y sucesivas subidas de tipos de interés le confirman como un halcón, por cierto peregrino, en la política monetaria europea.

No hay que olvidar que De guindos era director para España y Portugal de Lehman Brothers hasta su quiebra en 2008. Y tampoco conviene olvidar que fue esa entidad bancaria la que puso al borde del precipicio la economía mundial con sus subprime y otros productos bancarios tóxicos. Tampoco es conveniente olvidar que Mariano Rajoy le nombra en 2011 ministro de Economía en un ejercicio ciertamente cínico de poner el zorro a cuidar el gallinero. 

Y bien que utilizó su posición para evitar que la banca no sufriera en nuestro país los males que ella misma había provocado. Para ello se llevó a cabo un rescate financiero que a día de hoy arroja un déficit en torno a los 70.000 millones de euros que hemos soportados el conjunto de los españoles y españolas con nuestros impuestos. En aquel trance la banca española ganó y los españoles perdimos, nunca devolvió la banca las ayudas recibidas.

Y ahora, con De Guindos como vicepresidente del BCE, la banca española ha batido récords de beneficios de manera escandalosa. De ahí que la comunicación de los resultados de las principales entidades haya sido casi clandestina, sin ruido mediático y sin sacar pecho, no vaya a ser que la ciudadanía considere acertado el impuesto aprobado por el Gobierno sobre los beneficios y termine rebelándose por la subida de los créditos a empresas, hipotecarios y personales, que están produciendo beneficios caídos del cielo gracias al BCE del que De Guindos es la segunda autoridad.

Y es que lo dejó bien claro Ana Patricia Botín en la presentación de los resultados de su entidad en días pasados. Decía la señora Botín, tomando a los españoles por bobos, que no era el Banco Santander quien subía los intereses sino el BCE. Con lo fácil que sería para Ana Patricia y su consejo de administración un acto tan revolucionario como el de parar por decisión propia la subida del tipo de interés a sus clientes hipotecarios y empresariales. 

Pero son los consejos de administración bancarios modernas cortes de los milagros, paraísos de la codicia que desatienden criterios básicos como el de mejorar la calidad de su capital, dos puntos por debajo de la media europea, o atender a una mejor retribución de sus clientes. El objetivo es bien distinto, se aprovechan los vientos favorables para mayores repartos de dividendos y revalorizaciones de las acciones, se encarecen los préstamos y se siguen remunerando los depósitos también por debajo de la media europea.

Y todo en el nombre de la inflación, que a pesar de haber iniciado un camino descendente, continua siendo el pretexto que De Guindos y sus halcones siguen utilizando para justificar futuras e inmediatas subidas de los tipos de interés que asfixian a pequeñas y medianas empresas y ahogan a un buen porcentaje de hipotecados para los que el Euribor es el nuevo fantasma que recorre Europa. Eso sí, en esta espiral de subida de tipos, avisa el señor De Guindos sobre el riesgo de que los sindicatos pidan subidas de salarios, que no todo el mundo es Garamendi... vivir para ver y para llorar.

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