Así comienza una de las sevillanas de la Reina que compusiera Manuel Pareja Obregón allá por 1983, aunque la carta a la que me refiero no vino de Londres sino de Madrid a Sevilla y la firmaba la vicepresidenta del Gobierno de España, María Jesús Montero, y tenía como destinatario al presidente de la Junta, el señor Moreno Bonilla.
La carta en cuestión es lo que popularmente se llama “una guantá sin mano” y sitúa en el tejado de San Telmo la construcción inmediata del nuevo hospital de Cádiz, ese del que ya se hablaba en tiempos que han adquirido el carácter de históricos por el paso de los años y también del gobierno andaluz de manos de los socialistas a las del Partido Popular.
Con esta jugada, bastante audaz, del gobierno de Sánchez al Partido Popular se le ha roto el juguete de culpar a la Zona Franca de Cádiz y a través de ella al Gobierno de España de dilatar la construcción por la negativa a ceder los terrenos. Pero he aquí que, de la noche a la mañana, cuando ya la propia Junta había obligado al alcalde de Cádiz a responsabilizarse de la compra de los terrenos al contrario de lo que por ejemplo había hecho en Málaga, aparece la vicepresidenta socialista y anuncia en la propia ciudad la cesión gratuita e inmediata de los terrenos. Me imagino los gritos, y no precisamente de alegría, que han debido escucharse esta mañana en el noble edificio presidencial de la Junta de Andalucía.
Y es que en política el don de la oportunidad es, aunque en ocasiones se menosprecie por los mediocres, consustancial a los gobernantes atrevidos y de atrevimiento entiende mucho Sánchez y todo su gabinete donde destaca sobremanera la vicepresidenta Montero. Las primeras reacciones del gobierno andaluz están en la línea del argumentario del que a diario bebe el consejero de Presidencia y otras muchas cosas que ha manifestado su satisfacción porque Zona Franca y el gobierno de España hayan rectificado, y es que como dice el refrán popular el que no se consuela es porque no quiere.
Queda por ver la inmediatez del gobierno de Moreno Bonilla en recoger el guante que le ha lanzado la futurible aspirante a la presidencia andaluza, porque ya se acabaron las excusas y los pretextos y ni la agradecida acorazada mediática que protege por tierra, mar y aire al buque insignia del PP andaluz va a ser capaz de guarecerlo de estos drones políticos que sobrevuelan el espacio aéreo del cortijo de Moreno.
Y por si fuera poco, y para mayor desgracia del responsable de la Consejería del nombre interminable, la señora Montero ha aterrizado en la ciudad que sonríe, como la hizo llamar Teófila en sus tiempos de esplendor municipalista, con dos barcos BAM bajo el brazo para que la industria naval de la bahía puede disfrutar durante algunos años de los logros conseguidos con la reciente huelga del metal, y es que debe pensar Sanz que estos gobernantes socialistas siempre están con los que arman ruido, por que como cantaba Sabina “ella quiso barcos y él no supo qué pescar... y hubo tanto ruido que al final llegó el final”, pues eso señor consejero del nombre interminable…
