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El derrotismo es el signo más evidente del progreso. Cuando los avances cambian la forma de entender las cosas, salen detractores hasta de debajo de las piedras

El derrotismo es el signo más evidente del progreso. Cuando los avances cambian la forma de entender las cosas, salen detractores hasta de debajo de las piedras. Al igual que la medicina, la alimentación y las relaciones personales, el ocio ha cambiado debido a la revolución tecnológica. Véase revolución informática. La gente, en nuestra época, se divierte de maneras muy diferentes, pero en los últimos años los videojuegos han irrumpido en nuestras vidas de una manera abrumadora. Evidentemente siguen los clásicos, como hacer deporte, jugar a las cartas y multitud de actividades que los más conservadores consideran más puras que estar pegado a un ordenador o a una 'maquinita'.

Las app´s para móviles han universalizado los videojuegos y éstos están dejando de ser motivo de discriminación social ¡y ya era hora! No exagero, los videojuegos han estado demonizados durante los 80 y gran parte de los 90. Nuevamente el derrotismo. Os lo escriben los mismos pulgares que casi se luxaron hundiendo los botones de los mandos de la NES y la Master System.

Una  de esas aplicaciones que está revolucionando el mundo en general, al menos temporalmente, es Pokemon Go. Me voy a detener muy poco a explicar lo que es porque esto es un artículo de opinión y no de información. Sólo os digo una cosa: informaos. Y digo informaos porque es un tema que está en boca de todos y muchos opinan sin saber. Podéis dejaros llevar por las anécdotas que produce este juego y pensar que los que lo utilizan van por la calle cruzando sin mirar, atentos al móvil, cayendo por precipicios y chocando contra paredes, cual lemmings suicidas. Primero tenemos que entender el concepto de realidad aumentada, no te hablo a ti, querido lector no derrotista y ducho en la materia, hablo para aquellos que no comprenden que los usuarios de Pokemon Go ven a través de sus móviles y que, de vez en cuando, les sale un bichejo al que tienen que atrapar, ¡pero sale junto a la columna que está delante, la misma que ven gracias a las cámaras de sus móviles!

Pokemon Go tiene más de 20 millones de usuarios. Si juntas a 20 millones de personas, habrá miles de locos, racistas, despistados, altruistas, millonarios, pobres, bomberos, médicos, enfermos y puede que algún premio Nobel. En resumen: tantas personas dan para muchas situaciones, pero los medios se centran en contar las malas, en hacer que suene mal el hecho de salir a la calle a divertirse con una aplicación para móvil. Es una campaña de desprestigio de los que no comprenden los cambios en la sociedad. He visto vídeos en Facebook en los que gente que mira el móvil, se tropieza, se cae o hace caer a otros, bajo el título “Gente jugando a Pokemon Go”. Ya os digo yo que no están jugando a eso. Otros que publican posts jactándose de no jugar a Pokemon Go como si fuera algo malo o algo que hacen los estúpidos. Jactarse de no hacer algo que no conoces y ridiculizarlo, es cuanto menos de catetos. Realidad aumentada no, pero amuermada un rato.

Hay otros vídeos que son ciertos, hay situaciones absurdas protagonizadas por usuarios de Pokemon Go, pero mi teoría es que, esas personas que hacen un uso negligente del juego, también harían un uso negligente de una bicicleta, un coche o un arma. Un idiota es idiota a pie y a caballo. La imagen que dan del usuario de Pokemon Go, es la de un adolescente descerebrado que corre por las calles y conozco a más de un padre de familia que caza estos bichos por la ciudad.

Todos los inventos revolucionarios han tenido sus cruzados en contra. La fotografía roba almas, el cine y la televisión te dejan tontos, Internet te convierte en un antisocial y los videojuegos son Satán en la Tierra. ¿Quieres formar parte de la inquisisción tecnológica?

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