Cuba 2021

Bien es cierto que la revolución trajo cosas buenas, como hacer que Cuba dejase de ser oficialmente el prostíbulo-casino de EEUU. Pero como todo régimen dictatorial, a la larga solo crea problemas y deja muchos otros sin resolver

Imagen de La Habana. u7068ko (flickr.com)
Imagen de La Habana. u7068ko (flickr.com)

El otro día estaba pensando en cuál es la diferencia más notable entre el sistema capitalista y el comunista y finalmente llegué a la siguiente conclusión. En el capitalismo la mayoría de privilegios irán a parar a los hijos de los grandes empresarios, idiotas habituales de discotecas caras que llevan como siete años diciendo que están terminando el TFG y dos asignaturas. En un sistema comunista los privilegiados serán los hijos corruptos de aquellas personas con un peso importante dentro del partido comunista, el ejército o el alto funcionariado. Por lo tanto, en ambos sistemas existe cierta injusticia a la hora de distribuir recursos, la diferencia está en que mientras en un sistema los privilegiados se limitan a explotarte y gastar su fortuna en copas, en el otro además tienen carta blanca para decidir sobre tus derechos civiles e incluso programar tu ejecución.

Se habla mucho de cuáles son las causas que precipitan la caída de un régimen comunista y su economía. Para quienes tienen una ideología afín suele tratarse de una cuestión preocupante, ya que cuesta entender cómo el sistema más justo y equitativo jamás concebido puede fallar. La explicación más común es cargarle el muerto a la corriente del partido más aperturista, supuestamente corrupta, o a la intervención extranjera.

En el caso concreto de Cuba, se incide en el tema del bloqueo de Estados Unidos. En una escuela de verano de las Juventudes Comunistas vino de ponente un señor cubano a explicarnos el tema. La cosa no es que no se puedan comprar materias primas y víveres, sino que son más caros. Por ejemplo, podrían comprar arroz estadounidense a un precio razonable, pero en lugar de ello han de comprarlo a China a un precio mucho mayor dado que el coste del transporte no es el mismo que el que hubiera resultado de haberlo cargado en Miami, a tan solo 330 millas. Se convierte así en un problema presupuestario.

De este razonamiento surge otra cuestión. ¿Cómo es que la isla no es autosuficiente? El que sepa un poco de economía y comercio internacional sabe que realmente ningún país lo es, quizá China sí, pero es un caso especial. Sin embargo, si se prohíbe o limita la iniciativa privada en estas circunstancias el problema se agrava. No solo hablamos de la producción de alimentos, sino de los canales y redes de distribución interna, ya que según me han contado, en el centro de la isla se suele pasar más hambre que en la costa.

En circunstancias normales, quien tuviese acceso a un campo mediano lo sembraría entero de patatas, vendería lo que le sobre si ve que le puede ganar dinero y compraría más tierras para sembrar y vender más si ha visto la operación rentable. De la misma forma, si alguien ve que le sale rentable cargar en la costa una furgoneta de pescado y llevarlo al interior, puede que acabe comprando un camión. Nacen así empresas agrícolas o de transporte que cubren necesidades básicas hasta ahora insatisfechas. Esta es la magia del capitalismo y la razón de su superioridad, si alguien cree que puede ganar un pico haciendo algo lo intentará y cuanto antes mejor. Por el contrario, en una economía planificada esto depende de la decisión de varios burócratas lentos sin ningún incentivo, que entre que detectan la necesidad, consideran distintas variables, proponen soluciones y finalmente aplican una, pueden pasar varios años si es que alguna vez llegan a ello.

Estas son las principales causas microeconómicas de la caída de un sistema comunista. En términos macroeconómicos y presupuestarios, suele sacrificarse consumo familiar a favor de la inversión pública, normalmente en gasto militar. De nuevo, esto ha sido decisión de otro grupo de burócratas con sus necesidades ya cubiertas, un conocimiento nulo de la situación en el resto del país y a veces una formación escasa, ya que llegaron al puesto gracias a un trato de favor dentro del partido o por ser familiar de alguien importante.

Bien es cierto que la revolución trajo cosas buenas, como hacer que Cuba dejase de ser oficialmente el prostíbulo-casino de EEUU. Pero como todo régimen dictatorial, a la larga solo crea problemas y deja muchos otros sin resolver o incluso los agrava. Historias sobre el mercado negro, hambre, control político… No voy a meterme en temas de libertades, derechos civiles y posibles crímenes de lesa humanidad porque ese relato corresponde contarlo a los exiliados que lo han vivido.

Sin embargo, tampoco es que me fie de un Estado que prohibió el jazz por considerarlo imperialista. Prefiero limitarme a hablar de economía y a rememorar lo que los exiliados que he conocido me han contado sobre la economía de allí. Las palabras que me resultaron más impactantes decían algo así: “La gente en Cuba es feliz y alegre como si la vida fuera una fiesta, pero te levantas por la mañana y nada te asegura que vayas a comer. Existe cierta tristeza oculta por ello.”

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