Lo mejor que puede hacer usted y su consejo es dimitir ya. Al menos le daría un buen ejemplo a seguir a Puigdemont y su gobierno.
Con respecto al artículo publicado en este medio bajo el título "La nueva Carrera Oficial beneficiaría a ciudadanos y cofradías", donde entrevistan al actual presidente de la Unión de Hermandades y Cofradías de Jerez, Dionisio Díaz Fernández, quiero realizar algunas aclaraciones para que cofrades y ciudadanos en general tengamos en cuenta a la hora de leer las declaraciones de este presidente.
Recordarle al señor Díaz que llegó a su cargo bajo el fraude de saltarse la normativa diocesana. Todo este fraude fue orquestado por el delegado diocesano, Joaquín Perea, para colocar a su propia familia.
Quizás muchos cofrades y ciudadanos no tienen conocimiento de que Joaquín Perea destituyó del cargo de hermano mayor al otro candidato, José Luis Sánchez, caso inaudito en nuestra historia cofrade. En ese momento el señor Díaz debió de tener algo de dignidad y haber renunciado a presentarse, al menos hasta que no se respetara la normativa diocesana y el restablecimiento de su cargo a su opositor en las elecciones, José Luis Sánchez. Todo esto está denunciado e impugnado ante la delegación de Hermandades y Cofradías y ante el propio obispo, José Mazuelos, sin respuesta alguna por parte de la delegación y del propio obispo, como ya nos viene acostumbrado estas formas de actuar desde Bertemati.
Sobre el artículo de este medio, decir que beneficiaría a los ciudadanos es un descaro en sus declaraciones, ya que lo que se pretende con esta Carrera Oficial, dejando los evidentes riesgos de seguridad, es privatizarla para una cierta oligarquía cofrade o ciudadana, situación que por las manifestaciones escritas en las redes sociales y comentarios entre los ciudadanos, Jerez nunca admitirá que se cierre alguna parte de la carrera oficial. Señor Díaz, las calles de Jerez son de todos los jerezanos y jerezanas, que libremente y en la dirección que quieran pueden circular por las mismas. No venga usted a decirno en qué sentido tenemos que coger ahora la calle Larga, una calle que por cierto hace ya muchos años que está peatonalizada para el libre movimiento de los transeúntes. Usted dirá quienes cogemos desde la tienda de mi amigo, Sombrerería Antonio García, en dirección a, o quiénes cogemos desde La Canilla, en dirección a. Tan sólo hay que tener sentido común.
Si hablamos de movilidad, en nuestra sociedad existen personas con una movilidad reducida y otras dificultosa, además de las madres que van con sus hijos de pequeña edad (bebés), que también tienen derecho a moverse libremente por sus calles. Si usted sitúa palcos en segunda fila, como se pretende en la calle Larga, estamos robando un espacio de movilidad muy considerable. Si ya hablamos de calles como Eguilaz o Tornería, ni lo contamos.
Sobre seguridad, a no ser que se blinde impidiendo que el ciudadano pase y se privatice para esa cierta oligarquía cofrade, si tenemos que recurrir a la calle San Cristóbal —que al final de la misma se estrecha y que no es lo suficientemente ancha para que pasen dos coches a la vez— y si tiramos para el Boquete, salimos a la calle Larga, donde nos encontramos con las personas que están en la misma viendo las cofradías. Para ver esta inseguridad no se necesitan muchas luces que digamos.
Puede usted preguntar los beneficios que tendrán los industriales de hostelería ubicados en el principio de la calle Larga, al desaparecer este tramo de la Carrera Oficial o cómo afectará a las terrazas situadas en la Alameda del Banco, porque se entiende que esta plaza estaría libre como vía de escape. Esa merma de beneficio afecta a toda una cadena: menos consumo, menos venta, menos compras a proveedores y menos empleo.
Dice usted que todo esto es debido a la petición de las hermandades del Jueves Santo, especialmente la Oración del Huerto, y no sé si a usted se le ha ocurrido la fácil solución que tiene y muy sencilla, tan sólo hay que recomendarle a esta hermandad que haga su estación penitencial la primera del día.
Señor Díaz: en los corrillos cofrades y en otros menos cofrades, se comenta que todo esto viene dado por presiones del Ayuntamiento. Le rogaría que fuera claro y sincero. Por parte del Ayuntamiento, yo personalmente le he preguntado a la alcaldesa y me dice que ella nunca se meterá en nada, que es una propuesta de la Unión de Hermandades que tiene que dar el visto bueno la mesa de seguridad y los técnicos para su aprobación. Posteriormente es la Unión de Hermandades la que tiene que aprobarlo con las demás hermandades y ellos están para ayudar en lo que haga falta. Usted sabe que al final todo se sabe y se filtra, para muestra el cartel de Semana Santa del próximo año y la propia Carrera Oficial, así que lo más sensato es que diga la verdad y no nos mienta, tal como se hizo con el comunicado sobre la Carrera Oficial, cuando cierto medio de información publicó la noticia. Diga la verdad.
Por otro lado no olvide que de aprobarse, el Ayuntamiento sabe que el pueblo se movilizaría y en este caso masivamente, eso a la hora de los votos no conviene, aunque es significativo que ningún grupo municipal se haya pronunciado ni para bien ni para mal, es decir para nada sobre este tema. Eso al menos es algo sospechoso.
Sobre el título de mi artículo, hago una comparación con un tema tan candente como es Cataluña. Señor Díaz, se ha convertido usted en el Puigdemont de la Semana Santa jerezana, y le explico. Usted está en ese cargo bajo las bendiciones de Bertemati, pero en el fraude ilegal del incumplimiento de la normativa diocesana. Se empecina en crear una oligarquía cofrade que no existe y ni el pueblo ni los cofrades quieren. Está metiendo a los cofrades en un callejón sin salida con esta suicida Carrera Oficial, al igual que está haciendo Puigdemont con los catalanes. Miente públicamente con notas de prensa que al final terminan siendo falsas en sus declaraciones.
Presiona usted a una minoría para valerse de su voluntad y hacer lo que una mayoría no quiere, suena a lo que está pasando en Cataluña. En los corrillos cofrades se dice que usted va a presionar a los hermanos mayores en el pleno para que voten afirmativamente, incluso dicen que si no se aprueba no habrá dinero para las hermandades, eso también suena a catalán. Tiene usted entre sus miembros de gobierno consejeros que desprecian a cofrades e incluso les insultan llamándole “sinvergüenza”. Esto además de ser de una fe cristina edificante, suena a lo que está haciendo el gobierno catalán con el resto de los españoles. Se está usted saltando hasta el sentido litúrgico de nuestra pasión, con el nombramiento del próximo vía crucis, aunque de esto ya escribiré un artículo basado en la liturgia, piense todo lo que está haciendo y tiene un símil muy parecido con Puigdemont.
Ante toda esta situación anormal que usted y su consejo están creando y ante la respuesta masiva de cofrades y ciudadanos por las redes y medios de comunicación que demuestran su no a la Carrera Oficial, no provoque que esto termine en un movimiento social en contra de nuestra Semana Santa, que le pesaría factura a nuestra evangelización y destruiría toda la labor realizada por los que nos han precedido en la fe. Lo mejor que puede hacer usted y su consejo es dimitir ya. Al menos le daría un buen ejemplo a seguir a Puigdemont y su gobierno.
Carta al director de Fernando Romero Benítez.
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