Carta de una feminista a Carlos Herrera

Foto Francisco Romero copia

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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Como feminista y como mujer me he sentido profundamente ofendida por las declaraciones que hizo usted en su programa el pasado viernes 29 de julio. 

Estimado Carlos Herrera,

Como feminista y como mujer me he sentido profundamente ofendida por las declaraciones que hizo usted en su programa el pasado viernes 29 de julio. Me parecieron misóginas, medievales, ignorantes y antidemocráticas y me gustaría explicarle por qué. Permítame, por tanto, que le dedique esta carta desde mi antipatriarcalismo más radical, de nuevo, como feminista y como mujer.

Hace unos días, la periodista Mariló Montero acudió al Instituto de la Mujer a denunciar el contenido de una conversación privada entre Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero en la que aparecían comentarios sobre ella que bien pueden calificarse de muy desafortunados, de muy machistas o de ambos. La noticia en sí misma ha aparecido en diferentes medios, pero si se fija usted bien, muy pocos han ido más allá de publicar primero la conversación (filtrada, robada) y luego la denuncia en el Instituto de la Mujer por parte de la presentadora.

Desde este medio en el que escribo, decidimos no escribir un artículo de opinión sobre el contenido de la conversación en sí mismo, no porque lo aprobáramos, sino porque teníamos claro que se había hecho en un contexto privado y personal, al que se había tenido acceso de manera ilícita y que, por tanto, creíamos que no debía ser comentado de forma pública. No aprobamos esa forma de hacer periodismo. Punto.

Esto no significa, y hablo aquí a título personal, que no me cabreara lo que decían esos mensajes. Me cabrearon, y mucho.

Esto no significa, y hablo aquí a título personal, que no me cabreara lo que decían esos mensajes. Me cabrearon, y mucho. Pero como me cabrean dos millones de cosas todos los días que dicen de forma pública y privada muchos hombres a los que leo, escucho, hombres con los que hablo o trabajo. De izquierdas y de derechas. Y tengo claro que si el secretario general de Podemos hubiera dicho lo que dijo de forma pública, como hicieron por ejemplo, el ex alcalde de Valladolid, el señor León de la Riva, sobre la exministra de sanidad, Leire Pajín, o el ex ministro Arias Cañete sobre lo jodido que le parecía debatir con mujeres, la respuesta (y la condena a tales declaraciones) por parte de medios como Tribuna Feminista habría sido diferente y contundente. Pero ya le he dicho que no aprobamos esta forma de hacer periodismo. Punto.

Sí me cabrea que se tome usted la licencia, y tire de ignorancia y soberbia para hablar como habló desde la tribuna libre que le proporciona su programa en la cadena Cope. Y como yo cuando me cabreo, hablo en andaluz, me va a permitir que continúe esta carta en un lenguaje y un tono que conoce y comparte conmigo, dado que es usted de Almería, residente en Sevilla, y yo soy de Jerez de la Frontera.

Yo le pregunto una cosa, señor Herrera: ¿usté se cree que las feministas somos carajotas? ¿Que todo lo que hemos conseguido y conquistado nos lo han regalao? Pues no primo, no. De regalar nada. Sudado, y sudado con sangre, como bien sabrá usté que como periodista habrá dado, y seguirá dando, muchas noticias de mujeres que son asesinadas por violencia machista.

Pero usté sin tener ni idea de feminismo ni de feministas tiene toda la poca vergüenza de decir que, por no comentar nada sobre la conversación de Iglesias y Monedero sobre Mariló Montero, las “progres de guardia” nos hemos quedao “calladas como pu….ertas”. Muy mamarracho le ha quedao eso, señor Herrera, muy mamarracho.

Porque si quería llamarnos putas, así en público, en su programa, y no en una conversación privada de WhatsApp con su primo el que sale en la hermandad del Santísimo Cristo del Gran Poder, podía haberlo hecho perfectamente. No hacía falta hacer el chiste, porque como andaluz, ya sabrá usté que en Andalucía a veces tenemos mucha gracia y otras veces lo que tenemos es una malaje impresionante.

Se queja de que no hemos salido a defender a Mariló Montero. Muy temerario por su parte el acusarnos a las feministas de no hacer nada por defender a las mujeres. Sin tener ni idea, se ha metido usté hasta la cocina, señor Herrera. Pero se ha metido con quien no se tenía que meter, porque le digo una cosa: Mariló Montero no puede venir a la cárcel a robar, como dicen en mi pueblo. ¿Sabe por qué? Porque cuando ella ha ido una vez al Instituto de la Mujer, yo he ido y he vuelto 33 veces. A reuniones, a cursos, a presentar justificaciones de proyectos, a llevar documentación, a recogerla. Yo sé lo que es el Instituto de la Mujer. ¿Lo sabe usté?

Si las feministas estuviéramos calladas como pu….ertas, Mariló Montero no habría ido al Instituto de la Mujer, porque ni habría Instituto de la Mujer ni habría. Las feministas sólo nos hemos callado cuando nos han silenciado, y aun así, hemos seguido gritando hasta que nos hemos hecho con espacios, con ámbitos de decisión y con nuestros derechos que han sido derechos conquistados no sólo para las feministas sino para todas las mujeres.

Incluso para aquellas que se apuntan al carro cuando les ha ocurrido algo, pero que no tienen ni un compromiso verdadero con el feminismo ni con las feministas que estamos todo el día aguantando a jartibles como usté. Mujeres que te dicen con la boca llena “yo no soy ni machista ni feminista” o “yo no quiero ser una cuota”, pero luego tienen una criatura y te vienen llorando y diciéndote “¿cómo era eso de lo que me hablabas cuando yo no te hacía ni puto caso?”. Y le dices tú con el coraje del mundo: “Conciliación, mi arma, conciliación”. “¡Ay, sí, eso, eso!”

Ha tenido suerte Mariló Montero, como la tienen otras tantas que no se suman al feminismo, porque las feministas peleamos por el conjunto de las mujeres, por la mitad de la población nada más y nada menos. Así que no ronee usté tanto y deje ya de decir que si no hemos defendido, ni hemos dicho, ni hemos hecho, porque todo lo que hemos conseguido las mujeres- como, entre otras cosas, que se creen organismos como el Instituto de la Mujer- no ha sido por habernos callado como pu….ertas, sino por haber gritado y peleado como feministas.

Le saluda atentamente, Beatriz Bonete.

Artículo publicado en tribunafeminista.org por Beatriz Bonete, socióloga e investigadora especializada en prevención de violencia sexual y de género.

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