CaixaBank, dueña de Jerez

Foto Francisco Romero copia

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

caixa1.jpeg
caixa1.jpeg

Es habitual que en la casa de una familia trabajadora en Jerez haya todavía un libro o un disco de la antigua Caja de Ahorros.

Es habitual que en la casa de una familia trabajadora en Jerez haya todavía un libro o un disco de la antigua Caja de Ahorros, una entidad que caló bien hondo en la vida de la ciudad en las décadas de 1970 y 1980. Las nóminas de los/las trabajadores/as de las bodegas, las hipotecas de muchas familias, los ahorros de mucha gente… estaban puestos en esa entidad pública que nació en el siglo XIX, que hacia 1993 se fusionó con la Caja San Fernando de Sevilla, que en 2007 pasó a fusionarse con El Monte de Sevilla, denominándose Cajasol, que en 2010 pasó a formar parte del grupo Banca Cívica, y que finalmente fue absorbida por el banco CaixaBank en 2012.

La Caja de Ahorros —como se le sigue llamando en Jerez— llegó a tener una extensión enorme en la localidad, con numerosas oficinas, pero también con una importante obra social que incluía locales para asociaciones, bibliotecas, escuelas infantiles, centros culturales… y hasta un centro de estudios universitarios. Recordemos que las Cajas de Ahorros tenían una estructura semipública, por ley, que les obligaba a no tener ánimo de lucro. Su finalidad social les exigía que una parte importante de sus beneficios debían dirigirse a la obra social en forma de becas, actividades culturales, conservación del medio ambiente, etc. Los Ayuntamientos y los impositores —clientes ahorradores— tenían un poder de decisión definitivo en los consejos de las Cajas, aunque también es cierto que numerosos casos de corrupción  política salpicaron la gestión de esas entidades.

Con la bancarización por decreto de las cajas de ahorro, nuestra tradicional Caja de Ahorros pasó a estar por completo en manos privadas y con nulos o escasos intereses sociales, y en un corto margen de tiempo, numerosos locales y pisos pasan a ser gestionados con el único interés del lucro y de la especulación, con una CaixaBank que se convierte casi en la dueña de Jerez. Sus “activos” son tantos que prácticamente no los conoce ni sabe qué hacer con ellos.

Para conocer las innumerables propiedades de CaixaBank en Jerez no es necesario hacer una labor de investigación exhaustiva; basta con mirar su portal inmobiliario llamado Servihabitat, y comprobar que en Jerez dispone para la venta de unos 40 locales y oficinas, y de muchas viviendas. Muchas de esas oficinas fueron antiguas sucursales distribuidas por barriadas obreras, las que les dieron el capital a la Caja de Ahorros; capital acumulado con los ahorros conseguidos con mucho sudor por parte de trabajadores/as. Las oficinas de La Granja, Parque de la Serrana, Olivar de Rivero, calle Porvera, Guadalcacín y La Barca de la Florida están hoy día cerradas a cal y canto, cuando bien podrían haberse cedido para uso público de esas barriadas o pedanías.

Probablemente, al mismo tiempo, parte de este patrimonio esté siendo devorado por esos “fondos buitre” que compran a precio de saldo importantes lotes inmobiliarios, aunque se desconocen esas operaciones públicamente. Además de ese capital inmobiliario, CaixaBank es dueña de amplios espacios que tuvieron uso cultural y educativo, y que hoy en día están abandonados y camino de la ruina si no se utilizan en breve. Es el caso del Auditorio de la Plaza de las Marinas, las instalaciones del antiguo Centro de Estudios Universitarios en la Avenida León de Carranza —donde su ubicó la Facultad de Derecho— o el Edificio Cañada —antiguos archivos de la Caja de Ahorros—.

Pese a que esta entidad acumula riquezas sin necesitarlas y sin saber qué hacer con ellas, hasta ahora, su iniciativa “social” en Jerez y en la provincia es irrisoria, más allá de las exposiciones en carpa que de vez en cuando aterrizan en nuestras plazas más céntricas. En los dos últimos años, CaixaBank se ha limitado a ceder al Ayuntamiento algunas viviendas “sociales”, subvencionar a alguna ONG local y ceder en usufructo al municipio dos locales abandonados en la barriada de San Telmo y Polígono San Benito —este último, un año después de la cesión, continúa cerrado—.

Hace unos meses varias personas que habían participado en la okupación del CSOA “El Restaurante”, fueron procesadas por un presunto delito de “usurpación” de un inmueble en la calle Pizarro —un antiguo restaurante—. La juez que llevaba el caso citó a acusados y a la propietaria, CaixaBank, que envío a una abogada desplazada desde otra ciudad, y que desconocía totalmente la ubicación del inmueble y sus circunstancias, por lo que no pudo concretar prácticamente nada de la acusación. Resultado: archivada la causa, más bien por descontrol de CaixaBank.

Cabe preguntarse si, dado que fue la clase trabajadora jerezana quien levantó la Caja de Ahorros, y ante el hecho de que puede esperarse bien poco de las administraciones, no sería esa misma clase trabajadora la que tendría que tomar cartas en el asunto.

Publicado en La Levantera. Prensa autogestionada de la provincia de Cádiz. Nº 26.

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído