Ese no era el camino

El propio CGPJ ha prohibido expresamente que sean tenidas en cuenta las denuncias que únicamente vayan acompañadas de recortes de periódico

Pedro Sánchez y Begoña Gómez, en una imagen de archivo.
Pedro Sánchez y Begoña Gómez, en una imagen de archivo.

Hay políticos convencidos de que el dinero y los medios públicos son suyos y pueden usarlos en su único beneficio. Las múltiples causas abiertas lo prueban, pero nadie en su respectivo partido se preocupa más que por ocultarlo, incluso mintiendo, para crear confusión y salir indemne como si no hubiera ocurrido nada y al mismo tiempo culpando 'al otro'. Eso rebaja la calidad moral de los directa y los indirectamente culpables y del propio partido, aunque ellos se crean liberados en parte gracias a la mierda derramada y lanzada sobre los demás; así con el 'todos son iguales' cubren en parte el daño provocado, aunque el olor sobrepase esos muros de vergüenza, levantados con su propia escasez del digno material.

En esta ocasión Feijóo y todo el 'ayuserismo' han querido contrarrestar el efecto 'novio de Ayuso', sin contar con el reconocimiento de su culpa por González Amador, en cambio, todavía no hay ninguna prueba contra Begoña Gómez; más motivo para que Sánchez no exteriorizara su “tragedia” y hubiera dado a sus enemigos una respuesta enérgica, la oposición puede y debe ser noble; el acoso con hechos no probados es sucio, desleal, egoísta. Lógico viniendo de la ultraderecha. Su 'periodo de reflexión' quizá ha sido inadecuado, y no corresponde la comparación  con el caso de Suárez. Suárez dimitió cuando su propio partido le imposibilitaba seguir adelante. A Suárez no le hicieron falta enemigos, se bastaron sus propios compañeros. Sánchez, atacado tan solo por sus enemigos políticos, ha recibido el apoyo de su partido, del gobierno y de gran parte de la ciudadanía. Señor presidente, merece ser felicitado porque ha conseguido mantener unido lo que ya se resquebrajaba. Ayuso, Feijóo,  Abascal y los políticos con disfraz de asociaciones, lo han fortalecido. Enhorabuena.

Cualquiera puede denunciar a cualquiera. El problema no es ese, vendrá para quien hubiera falseado si se descubre su falsedad, porque la denuncia falsa también es condenable. El propio CGPJ ha prohibido expresamente que sean tenidas en cuenta las denuncias que únicamente vayan acompañadas de recortes de periódico. Por tanto, la respuesta lógica de Sánchez y su partido ante el posible bulo lanzado contra la mujer del presidente, debía haber sido 'si tienen alguna prueba sáquenla, y si no cállense'. Y resistir. A propósito conviene recordar la historia del payaso que reía y hacía reír a la gente durante toda la función con su tragedia escondida hasta encontrarse en su camerino, donde dejó escapar un raudal de lágrimas por su mujer, fallecida aquella misma tarde.

Los denunciantes, encuadrados en la extrema derecha golpista, algo nunca negado por ellos, renovadores de una táctica ya utilizada contra la II República, han preferido seguir, aunque la denuncia les pueda reventar en la parte marmórea de su propia faz. Porque aquí, con tal de hacerse con el poder, unos destruyen con demagogia y mentiras lo poco que otros construyen con demasiada dificultad, porque estas cosas, en especial mejorar el nivel de vida de la mayoría, es cuestión de voluntad. Feijóo, Cuca Gamarra e Isabel Díaz Ayuso, a la cabeza de la campaña, quisieran compensar la corruptela pese a haber sido confesada por el novio, por eso mismo menos motivo para la dimisión de un presidente que nunca debe rendirse, menos aún ante denuncia de tan corto recorrido. Dimitir es signo de dignidad ante un caso como el de Suárez, ya mencionado, pero aun así no conviene adelantarse —Suárez, aguantó, no dimitió a la primera— para impedir la repetición del reciente caso de Antonio Costa en Portugal.

Sánchez se ha adelantado Pero en este caso lo que debería ser confrontación se ha quedado en enemistad. En la política española, por desgracia, no hay opuestos, no hay personas o grupos distintos, solo enemigos. 'Pinocho' Feijóo después de mover a toda la ultraderecha política, mediática y asociativa —esta más política que la política—, dice con todo el cinismo que es capaz de acumular: “No podemos estar pendientes de los problemas del señor Sánchez”. No, no pueden. La misión de la oposición es hacer oposición, pero la mejor oposición es noble, leal, positiva, creativa; los sembradores de odio ya han hecho bastante con provocar y sostener la persecución que ha resultado inútil para tapar las mentiras de Ayuso. La misión de la oposición también debe ser construir, demostrar que cuando dicen 'españoles' no se refieren en exclusiva a los grandes grupos económicos. Feijóo continúa atacando con más demagogia vacía. Por eso la posibilidad de dimisión del presidente ha movido los apoyos, ante el temor a que pudiera haber puesto en el cargo a semejante personaje con tan perversa ideología y tamaña falta de ética, capaz de oponerse a cualquier mejora aunque sea mínima, porque para él/ellos la Constitución 'solo existe' cuando les conviene, por eso están en contra de facilitar el acceso a la vivienda a los más necesitados y va a seguir mintiendo, como cuando, entre otros detalles, aseguraba haber votado a favor de las subidas de salarios y pensiones muy pocos días después de haberlas rechazado en el Parlamento. 

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