El acuífero no se ha salvado

Ante la gravísima problemática de la sequía más fuerte de los últimos cincuenta años, nos quedaba una última esperanza: bajo nuestro suelo se encuentra el mayor acuífero de Andalucía y de la península

Cobre Las Cruces. Más de 10 años de saqueo del acuífero de Gerena-Posadas.
Cobre Las Cruces. Más de 10 años de saqueo del acuífero de Gerena-Posadas.

Ante la gravísima problemática de la sequía más fuerte de los últimos cincuenta años, nos quedaba una última esperanza: bajo nuestro suelo se encuentra el mayor acuífero de Andalucía y de la península. El acuífero Niebla-Posadas ocupa más de la mitad del territorio andaluz.

En último extremo podía recurrirse a él para abastecernos. Aunque es desaconsejable porque el acuífero es uno, el mismo en toda su extensión y lo que se haga, lo que se actúe sobre él en cualquier rincón repercute de inmediato de la misma forma en toda su superficie. Por eso la posibilidad de utilizar esa gran bolsa de agua dulce para consumo humano debería haber sido tan sólo una solución extrema, muy extrema, sólo para ser utilizada en caso de extrema gravedad, de situación desesperante por la necesidad de ingerir agua, más importante para la vida que el alimento, incluso. Pero ya se ha actuado y con consecuencias muy negativas, sobre el mayor acuífero de Andalucía.

Los dos mayores riesgos para el acuífero Niebla-Posadas son la salinización del agua y la contaminación con cualquier material nocivo para la salud. Dos graves peligros amenazan al acuífero. En primer lugar los pozos legales e ilegales al extraer agua de forma masiva ha aumentado el riesgo de de salinización, pues podría haber provocado un hundimiento y acabar con Doñana y los cultivos vecinos en todo el Condado de Niebla.

El otro peligro grave es la contaminación provocada por la mina Cobre Las Cruces, incluida la inyección de mercurio que, de continuar, inutilizará ese manantial de forma plena y permanente con lo que ese agua que ya no servirá para consumo humano ni para regadíos.

El acuífero por lo tanto no debe tocarse, no debería, pues eso conlleva unos riesgos que superan con mucho el posible rendimiento que pudiera obtenerse durante el tiempo limitado que esa explotación pudiera mantenerse, porque está más que demostrado que la extracción de agua sólo conduce a su salinización por agotamiento o por agotamiento y hundimiento. Por eso solamente podría servir en casos muy extremos. Pero la sobreexplotación y la contaminación producto ambas del egoísmo humano y no tener en cuenta las condiciones del terreno, no preocuparse de su idoneidad antes de ponerse a cultivarlo nos han condenado a no poder hacer uso del agua bajo nuestro suelo durante varios cientos de años contados a partir del momento en que en ese lugar no hayan regadíos ni explotación minera.

En economía aportan muy poco a la local, pues mina y cultivos están en manos de multinacionales que cotizan en las ciudades dónde se localizan sus respectivas sedes sociales. La explotación de la mina se está llevando a cabo por una multinacional, canadiense en este caso y el mercado de la fresa  dominado también por grandes empresas extranjeras, empresas a quienes nada les preocupa el daño provocado a la ecología y a la economía de Andalucía; sólo les preocupa el beneficio de lo que puedan extraer, tanto en minería como en cultivos no adaptados a las condiciones climáticas y físicas de cada lugar concreto. No les preocupa el daño hecho sin dejar a cambio nada más que algunos efímeros puestos de trabajo y la destrucción del paisaje, y dejar su reparación al erario cuando vuelven a su lugar de origen.

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