La base de la belleza es la limpieza

La responsabilidad es imprescindible en toda su extensión cuando se posee un animal de compañía

25 de septiembre de 2025 a las 10:04h
Excrementos de perros.
Excrementos de perros.

Tenemos una bella ciudad, pero no está limpia.

Ello no se debe a falta de limpieza, "no al menos en la mayoría de las zonas y barrios de la ciudad".

Las papeleras no son escasas, yo diría que en algunos parques y calles, como por ejemplo a lo largo de la Avda. de Arcos, el problema está en que casi nadie las usa.

Esta avenida es uno de los trayectos alternativos que yo escojo para hacer esas caminatas que el médico me recomienda por mi edad y mi salud y que hago lentamente con mis bastones, por ello puedo observar y contabilizar la cantidad de papeles, botes de bebidas y envoltorios con restos de comida que hay, etc.

Los contenedores para basuras, los contenedores de cartón y papel, y los de reciclaje de plásticos, no se quedan más atrás de la falta de responsabilidad de los ciudadanos, ya que se pueden ver bolsas con envases en el suelo, las han dejado antes que molestarse en introducirlas en los contenedores. Lo mismo ocurre con el cartón, no lo introducen, cuando lo debido es romperlo e introducir los trozos en el contenedor para tal fin.

Si las cajas son demasiado grandes, siempre se pueden desmontar antes de llevarlas para poder colocarlas muy próximas al contenedor de cartón, en el caso de que no quepan.

Si seguimos describiendo lo que se puede ver al rededor de los contenedores durante el día, mientras se pasea por las calles, encontramos colchones, muebles, sanitarios y hasta restos de electrodomésticos alrededor de ellos, incluso durante varios días.

Para retirar estos residuos los ciudadanos disponemos de un teléfono y un día de recogida, es un servicio municipal a disposición del ciudadano.

Cuando nos interesa mucho algo, pedimos rápidamente información.

Una ciudad que se precie y quiera seguir siendo bella, debe de saber cuidarse desde lo más esencial que es ser y estar limpia.

He preguntado a limpiadores que van en las barredoras-aspiradoras, por las mañanas, y me han indicado que la cantidad de latas que aspiran del suelo y demás desechos es impactante, que en las papeleras casi no tienen basura y que la mayoría de ellas están vacías, coincide con lo que yo observo en mis caminatas de salud.

A este caos de falta de educación cívica, hay que añadir el comportamiento de muchas personas que tienen mascotas, tampoco utilizan las papeleras para tirar los excrementos de sus “animalitos”, pues dejan que las cacas invadan las aceras, y hay que ir sorteando los pasos, para exitosamente, no llegar a casa con la suela del calzado repleta de, perdónenme la expresión “mierda”, aunque es exactamente con lo que se impregnan.

La responsabilidad es imprescindible en toda su extensión cuando se posee un animal de compañía, el perro es un animal domesticado, pero animal, y los responsables son los dueños.

El resto de ciudadanos viandantes, no tenemos por qué estar sometidos a estos abusos anti cívicos. De la misma manera que los llevan al veterinario para su placa de identificación, sus vacunas y a la peluquería canina, deben de cumplir las normativas vigentes, como ir sujetos o con bozal (algunas razas y en algunos lugares públicos).

También deben de someterse a recoger lo que su perro suelta y a respetarnos al resto de ciudadanos.

Si hablamos de los orines de los perros no es menos problemático, en Cádiz por ejemplo los responsables de sus mascotas, cuando los sacan a hacer sus necesidades no solo tienen que recoger los excrementos por legislación, sino que deben llevar una mezcla jabonosa en pulverizador y humedecer la zona donde el animal hizo pis.

Han disminuido allí las actuaciones incívicas de este tipo, al poner vigilancia en varios puntos de la ciudad, ya que penalizan con el pago de multas desde 50 a 750 euros.

Suciedad en la calle.
Suciedad en la calle.

Según la Ley de Bienestar Animal, se considera una infracción leve y las multas pueden variar entre 500 y 10 euros. En las ciudades que han implementado sistemas de identificación de ADN canino para multar a sus dueños irresponsables, algunas tienen multas de entre 300 y 3.000 euros.

Ejemplo de algunas ciudades españolas con sus respectivas multas por no recoger las heces de su perro:

Málaga 300-3.000 euros. Madrid 300-3.000 euros. Valencia 400-4.000 euros. Barcelona hasta 900 euros.

En Jerez, el teniente de alcaldesa de Servicios Públicos y Medio Ambiente, Jaime Espinar, y el delegado de Educación, José Ángel Aparicio, presentaron en el mes de abril del presente año, una campaña de iniciativa, ante las continuas quejas de los vecinos, cuyo lema decía:

“Cuidar Jerez, es tan fácil como quererlo”

La información la escribió Francisco J. Jiménez en este periódico, que nos describía que Jerez tenía un censo canino de 37.000 perros, que superaba la población infantil que estaba en el momento en 33.000.

Informó igualmente de las Ordenanzas Municipales, que contemplaban multas de hasta 500 euros.

Nos anunciaba igualmente que, según comunicaban los responsables, el Ayuntamiento aumentaría la presencia Policial Local para evitar estos actos y también la presencia de vigilantes ambientales, que valorarían los resultados.

Se puede multar también, si algún policía local les ve o si alguien denuncia, hay comercios que tienen una cámara y puede quedar registrado.

El macho por instinto orina donde lo hizo otro perro para así marcar el territorio, un orín tras otro y día tras día pueden hacer que el olor ser insoportable sobre todo para los vecinos que viven en casas de planta baja, en las tapias de las urbanizaciones, en los portales de acceso a estas y en los cierres o persianas metálicas de los establecimientos y comercios que es donde también se orinan los perros.

Lo he podido comprobar en los alrededores de mi casa, donde hace un año una mujer optó por poner un cartel, al poco tiempo de abrir su negocio de decoración.

En el cartel pedía por favor que no orinaran los perros en la persiana de su establecimiento, ella me comentaba que al abrir por las mañanas levantando el cierre metálico, se le impregnaban las manos de orín reciente y por añadidura el olor que quedaba en la fachada, podía ser molesto para sus clientes, teniendo que mojar con agua con lejía o jabón la calzada.

Yo, que por mi fibromialgia tengo un olfato más agudo, me sentí muy identificada con este problema que sufro también, sobre todo en las entradas y en las tapias de la urbanización donde resido, hice lo mismo que ella y colgué unos carteles en la fachada de acceso; otro comercio próximo, me pidió por favor que imprimiera otro para colgar en su fachada.

Si no disciplinan, aunque sea a base de pequeñas multas y no somos repito cívicos, esto puede llegar a ser no solo un problema estético que deteriorará incluso el turismo, sino un problema de salubridad pública, ya que curiosamente a la vez que disminuye la natalidad, lo que si aumentan son los perros.

Los niños juegan en los parques, tocan el suelo, etc.

A través de las heces de las mascotas, se pueden transmitir varias enfermedades y parásitos intestinales.

Los servicios municipales de limpieza deben limpiar adecuadamente y, si llega el caso, desinfectar las áreas contaminadas, si fuera preciso. Pero más vale prevenir que curar. Las multas pueden ser una solución como en otras partes de España y del extranjero, pero:

¿Dónde están los efectivos policiales anunciados en abril?

¿Dónde están los vigilantes ambientales?

¿Cuántas multas han puesto?

¿Habrá que esperar como a los autobuses y los alcorques vacíos? Una ciudad bella no puede ni debe estar sucia.

La base de la belleza es la limpieza

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