El lector conspicuo y perspicaz (eso decía de mí Pacheco cuando yo era jefe de informativos de la SER), las características de aquellos que nos siguen habitualmente, se habrá dado cuenta que las crónicas atípicas que escribo han pasado a la sección de opinión. Algo lógico porque si hay algo que me gusta en la vida es opinar y mojarme en los asuntos más variopintos.
Me cuentan que los expertos andan muy cabreados con el nombramiento de Juan Marín para un puesto que él presume tranquilo, pero donde tiene que tener mucho cuidado porque hay gente que no se lo va a poner fácil, y luego están los temas sobre los que el Consejo Económico y Social tendrá que pronunciarse. Ya tenemos colocado a Marín. Un artista del rejoneo, aunque prefiero a Álvaro Domecq.

Por cierto que Marta Bosquet, según la misma y experta fuente antes citada, andaba muy interesada en el cargo que finalmente va a ocupar Juan Marín. Me prometió contarme su decisión no antes sino el mismo día. De nada vale ya ser elegante y educado.
Admito que me ha conmovido la foto de los 'abuelos andalucistas' en Jerez comprobando que la pareja de la destrucción mutua asegurada —Rojas Marcos y Pacheco— como máximo son ex enemigos íntimos.
Hay que felicitar a Santiago Casal, ejemplo de trabajo serio y abnegado incluso a nivel familiar, porque está consiguiendo despertar un cierto orgullo andalucista en Jerez de la Frontera donde Vox anda buscando un perfil apropiado que le permita asegurarse un eventual pacto con María José García Pelayo en una batalla en la que pronto exhibirá un rosario de cargos, promesas y proyectos desde la Junta de Andalucía. Es minuciosa.

Con el genio y el carácter que tiene no seré yo quien se atreva hacer un pronóstico sobre el futuro más inmediato de la actual presidenta de la autoridad portuaria de la Bahía de Cádiz y exalcaldesa Teófila Martínez.
Pero tengo la impresión de que si se presenta de nuevo a la alcaldía las cosas no serán tan fáciles como en otros tiempos y que si lo hace debería contar con un equipo que aúne juventud y experiencia y situar claramente al delfín que ocuparía el puesto ya que soy del grupo que siempre la ha visto como ministra, ahora en un eventual gabinete de Núñez Feijóo.
Creo que a lo largo de mi vida profesional he hablado una sola vez y brevemente con el actual alcalde de Cádiz José María González pero he ido siguiendo sus aventuras y desventuras políticas, lo suficiente para decirles que todavía puede dar la campanada.

Mientras la semana ha pasado con la duda metódica y existencial de dónde estará el submarino ruso no se si el del apocalipsis, u otro más apañado, de andar por casa.
Este fin de semana el sonido de los grillos ha sido lo máximo que he escuchado en el gabinete de prensa de la Armada española cuando se me ha ocurrido preguntar si han tenido alguna falsa alarma sobre la eventual presencia de un submarino ruso, primero en aguas frente a Trafalgar y luego frente a las costas de Portugal, incluso de la salida de varias unidades de los dos países para verificar la alarma.
Algunos lectores amigos me han hecho llegar su inquietud compartida por la información acerca de los tremendos daños que podría causar un corte por sabotaje de los cables de fibra óptica que unen Europa con Estados Unidos, y que son clave para las comunicaciones de internet que, contrariamente a lo que la gente pueda pensar, se realizan por cable de forma masiva y mucho más que por satélite por muy rápido que el magnate de Tesla vaya desplegando su red satelital independiente a la que me voy abonar en el momento en que me hacía posible.
De todo lo que he visto leído y escrito en esta semana me produce un enorme cabreo e indignación la fortuna que puedan correr miles de ucranianos por culpa de Putin, pasando hambre, frío, privaciones y tortura emocional.
Sentado ante mi ordenador, recibiendo decenas de alertas, presiento que nada va a acabar bien en toda esta historia de la guerra de Ucrania y que se avecinan momentos muy complicados que pondrán a prueba nuestras convicciones y principios.
He vuelto a escuchar rock adulto americano, y a las estrellas del pop clásico de toda la vida. Spotify me permite, según mi estado de ánimo, elegir las canciones que siempre me gustaron. Y en esta sección de opinión me permitiré el lujo recomendaros alguna pieza que otra con evidentes y sanas intenciones.
Cada mañana, desde hace ya muchos años, me levanto muy temprano por tres razones: la primera por amor y la segunda porque bien temprano el campo de visión se amplía y se crea una atalaya desde la que observar y analizar la realidad. Tengan mucho cuidado y no se corten, hagan lo que les dé la gana, si no es un misil será basura espacial o un meteorito. No se van a dar cuenta. La tercera la contaré la semana que viene...


