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Que se vuelva a aparcar en Cristina es una involución. ¿Qué aportan ahí diez o doce coches?

Hacía tiempo que no pasaba por Cristina. ¿Y este tío?, pensará cualquiera de ustedes… No siendo natural de Jerez, como casi todos ustedes saben o lo saben a partir de estas líneas, una ex compañera de trabajo decía que para mí “Jerez acaba en la calle Paúl”, una broma celebrada precisamente por los autóctonos. Con esto quiero decir que puede que sí, que sea una persona un tanto reconcentrada en el centro de la ciudad, tan reconcentrada que, por exagerar la broma, no ya Paúl, sino hasta Cristina me coge un poco a contramano. Total, que el otro día, hará cosa de un mes, pasé por Cristina. Me llamó la atención que todo el lateral de la plaza (en dirección salida hacia calle Sevilla-Avenida) estaba lleno de coches. Lo primero que pensé fue en cómo se está notando que los guardias andan enfadados con la alcaldesa, que allí había diez o doce coches aparcados impunemente, sin ningún guardia a la vista que estuviera expidiendo la correspondiente ‘receta’.

Bien… en realidad no les he dicho toda la verdad. En mi afán por extender (o al menos afianzar) lo que considero centro de Jerez volví a pasar por Cristina hace un par de semanas. A lo loco. Y comprobé que los coches, diez o doce, ya digo, seguían allí. No los mismos –o sí, cualquier sabe, no debe ser fácil desaparcar una vez que se ha conseguido aparcar en Cristina– pero allí estaban los coches. Extrañado, me fijo en que debajo de los coches está pintada la línea azul, es decir, que ni los guardias ni nah, que el Ayuntamiento está al cabo de la calle de la posibilidad de aparcar en la segunda plaza más importante de la ciudad y que por acción u omisión es el que ha habilitado diez o doce nuevas plazas en pleno centro, en una zona que además tiene alrededor dos de los principales aparcamientos subterráneos de la ciudad.

No sé cuánto hace que no se podía aparcar en Cristina, ¿15 años? En fin, no soy un ‘santón’ de las peatonalizaciones, cortes al tráfico, etcétera, entre otras cosas porque creo que hay que dejar que sea la propia ciudad con su funcionamiento la que lleve a cabo esa demanda, no los políticos con ‘sus’ ideas, siempre dados a aportar continente donde no hay contenido ni nada. Otra cosa es la involución. Y que se vuelva a aparcar en Cristina es una involución. ¿Qué aportan ahí diez o doce coches? Nada. Vale, algo de pasta. Queda precioso. Si no fuera por los modelos de automóvil sería una postal recién sacada de los 70…

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