Antropoceno y extrema derecha

Puede que las víctimas no sepan quién es el criminal, pero éste si sabe quiénes son las víctimas y fundamentalmente, quién es el criminal

Santiago Abascal en un acto reciente de Vox.
Santiago Abascal en un acto reciente de Vox.

Aunque pudiera parecer casual el hecho de que el programa de la extrema derecha española contenga a la vez la negación del cambio climático, la defensa de un capitalismo atroz y el racismo contra la emigración, no lo es. Puede que las víctimas no sepan quién es el criminal, pero éste si sabe quiénes son las víctimas y fundamentalmente, quién es el criminal. El colonialismo de la monarquías cristianas de occidente, al frente de las cuales se sitúa la hispánica, están en el origen de la primera forma de antropoceno que hemos conocido. El nacional catolicismo español no da puntada sin hilo y hay un hilo rojo de sangre que une colonialismo capitalismo y antropoceno.   

En 2009, el grupo de trabajo de Antropoceno de la Subcomisión de Estratigrafía Cuaternaria (AWG), un apéndice de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas ( IUGSI ), preguntó si la transformación de la Tierra a manos de la especie humana era lo suficientemente significativa como para declarar el comienzo de una nueva época. La idea y el término se expandió con velocidad. En 2016 el grupo de trabajo respondió “Sí”, y dijo que comenzó a mediados del siglo XX. El 11 de julio del 2023 anunció que había elegido el segmento de roca que debía tomarse para marcar este comienzo. Es una capa de sedimento depositada en Crawford Lake, cerca de Toronto, en 1950, poco después del comienzo de la era nuclear. Analizar cómo hemos llegado hasta este momento abisal requiere caracterizar de forma rigurosa en que consiste el evento época del cual el antropoceno es un epifenómeno terminal y que no es otro que aquel que el movimiento ecologista y la comunidad científica más activa ha llamado “crisis ecológica”.

Entendiendo ésta como el desajuste entrópico del metabolismo social de forma que se va generado una brecha progresiva de los flujos de entrada y salida de materia y energía entre el sistema social humano y el entorno biofísico. Como resultado de este desequilibrio encontramos una situación donde el medio ambiente de nuestra especie sufre cambios críticos que desestabilizan y ponen en peligro la continuidad de la misma.

Pero para ello debemos volver antes a una compresión del epifenómeno, el antropoceno,  de tal manera que lo despojemos de toda mística inercial o mecánica. El antropoceno no es el resultado de la evolución tecnológica, y menos de la dinámica natural de los ecosistemas biótico o abióticos sino de un determinado afrontamiento del metabolismo social por parte de la ideología, instituciones, prácticas sociales y políticas que se inició con los albores del capitalismo. 

En una investigación publicada en el año 2019 en Quaternary Science Reviews se demuestra cómo el antropoceno no es un fenómeno radicalmente nuevo sino que hunde sus raíces en el surgimiento del comercio atlántico al igual que el actual capitalismo. En esta investigación se evidencian cuatro ideas muy relevantes para conectar capitalismo y antropoceno y colonialismo y capitalismo: (1) La especie humana ya ha demostrado tener capacidad de modificar drásticamente el clima. (2) Esta modificación no proviene esencialmente por innovaciones tecnológicas sino por impactos/hechos políticos e institucionales. (3) El colonialismo  europeo y occidental está en el origen del antropoceno actual. Y (4) El antropoceno, como la crisis ecológica, son subproducto del programa del colonialismo. De igual modo se podía extender esta cuarta idea al programa de la desigualdad del capitalismo desde su misma formulación original. Así hay que entender el empeño en un capitalismo verde que haga compatible capital y ecología o capital, sostenibilidad y bienestar social.   

Esta investigación desmonta el mito de la absoluta novedad del antropoceno y redirige certeramente la mirada hacia las causas comunes del antropoceno y la crisis ecológica: las lógicas oncológicas del capital. La colonización  del continente  americano por los europeos implicó la muerte de unos 55 millones indígenas amerindios desde 1492 a 1600 (la llamada gran mortandad). Esta mortandad, en gran parte provocada por difusión de virus y bacterias traídas por los colonizadores y desconocidas para los sistemas inmunológicos indígenas, conllevó el abandono de unos 56 millones de hectáreas de suelo agrícola. Este abandono supuso que se eliminara de la atmósfera un importante volumen de gases de CO2 y se almacenaran en la floresta renacida en la superficie terrestre. Esta especie de antropoceno invertido no implicó aumento de las temperaturas sino todo lo contrario, la su disminución de la temperatura: la pequeña edad del hielo  desde el siglo XVI al XVII, como así se constata en diversos registros históricos y fósiles.

En un periodo político como el actual de alto voltaje ideológico es deber de la izquierda y de los demócratas aterrizar en los datos empíricos sin eludir la confrontación ideológica pero evidenciando que nuestra ideología es mucho más realista que los delirios mistificantes de la extrema derecha basados en cuentos de terror para la infancia de la humanidad. Ahora que el programa antiilustrado desfila al paso de la oca mediática se muestra cuan de incluso está el programa la ilustración. El uso de la mentira, no es ni un descuido, ni un error; es el centro de un programa ideológico de rearme post colonial.    

 

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