Un momento de la manifestación feminista del 8M de 2019 en Jerez.
Un momento de la manifestación feminista del 8M de 2019 en Jerez.

¿Quieres ser tu propio jefe? En internet podemos encontrar una amplia gama de mensajes similares, cohabitando fluidamente por redes sociales o por plataformas de contenido multimedia. Tanto TikTok, como YouTube, Instagram o Twitter, son aplicaciones consumidas mayoritariamente por jóvenes. Y claro, podemos pensar que meramente se utilizan a modo de entretenimiento, pero con el avance de las TICs y el impacto de estas en la sociedad, la política y los movimientos sociales se han extendido con facilidad e intensidad. 

Los partidos políticos lo han entendido, sirviéndose del mundo digital para desarrollar sus campañas electorales, atraer simpatizantes e informar de los eventos o actividades que van a tener lugar en un sitio determinado. No obstante, como consecuencia del capitalismo, han proliferado una extensa cantidad de divulgadores de contenido que antes que tratar de aportar soluciones a sus espectadores u orientar a su público empírica y objetivamente, comercian con la ingenuidad y el fracaso. Es por ello que podemos vincular discursos que fomentan la dominación y el concepto de masculinidad con supuestos expertos en la mente femenina, que con unas simples recomendaciones conseguirán convertirte en el líder de la manada, y bueno, quizás en esto último no se equivocan.

La ausencia de empatía y la deshumanización de la mujer está presente constantemente, añadiendo además unos mensajes que giran en torno a la economía,  exponiendo al hombre como un hacedor de riqueza y a la mujer como un mero producto, completando la conquista del poder frente al resto. Si deparamos en algunos mensajes, podemos señalar ciertas características vinculadas al machismo, ya sea con la homogeneización exclusiva en el hombre hetero, la sexualización de la mujer y la dominación frente a esta y entendiendo las relaciones sentimentales como una estructura dispar, en el que el hombre actua con pasividad, siendo un bad boy, y la mujer activamente, buscando la aprobación del mismo. Si realizamos una breve búsqueda en este tipo de contenido, encontramos tips que fomentan el concepto de masculinidad tóxica: seguridad forzada, posturas corporales relacionadas con la dominación interrelacional, éxito económico, ausencia de emocionalidades negativas y el establecimiento del poder dominante.

Por otro lado, fuera de los gurús de internet también encontramos a los creadores de contenido que promulgan la ideología de los partidos políticos, en mayor medida, las ideas de aquellos partidos con un discurso populista, propagadas con simpleza y teniendo un fuerte arraigo en los espectadores. A ejemplo de ello, se encuentra la idea de que el feminismo busca la superioridad moral, social y jurídica, bajo calificativos como feminazi. Así, no es de extrañar que acciones como las escenificadas en el Colegio Mayor Elías Ahuja, sean normalizadas e incluso defendidas en redes sociales, blanqueando el machismo e invisibilizando el movimiento feminista en la lucha por la igualdad y en tratar de erradicar la violencia de género.

En definitiva, la crispación y la manipulación entra en juego en la esfera digital y el machismo aumenta en internet tenazmente, nos basta con leer los comentarios en los videos publicados por influencers feministas como Carla Galeote, Isabel Serrano u otras, dónde se inferioriza y deslegitima su discurso, desprestigiando su persona con insultos que en una mayor proporción hacen referencia a la sexualidad, obviando en sí el argumento expuesto en el contenido multimedia. Es por ello que las jóvenes y los jóvenes feministas debemos tomar un papel activo en redes sociales, promoviendo la igualdad, la libertad y como no, el progreso. El activismo es vital para alcanzar un mejor mundo, para hoy y para el futuro.

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