75 Aniversario de la Explosión de Cádiz: habla una víctima (IV)

La Marina tuvo una responsabilidad determinante, después del informe que los altos mandos encargaron al comandante Bescós

Una imagen de la explosión de 1947 en Cádiz

En primer lugar, a la Marina.

Con las últimas investigaciones de José A. Aparicio que ha publicado en sus libros, queda meridianamente claro que la Marina tuvo una responsabilidad determinante, después del informe que los altos mandos encargaron al comandante Bescós y que éste en su informe final lo diría con toda claridad: "Estas consideraciones mueven al Jefe que suscribe a aconsejar el  urgentísimo traslado del depósito de Defensas Submarinas que, en  caso de voladura, originaría una catástrofe de carácter nacional.  Mientras subsista, debe extremarse la vigilancia militar y  naturalmente la técnica, dando las órdenes oportunas" (José A.  Aparicio "El Amanecer de un Cádiz desolado").

Este importantísimo informe de Bescós no fue tenido en cuenta en la Instrucción Judicial que se abrió, primero por lo civil , que tuvo que inhibirse y después por parte de la Marina que llevó la instrucción y que se encargó de juzgarse a sí misma. ¡Perfecto!

Por eso Aparicio ha titulado su último libro: Una catástrofe anunciada. También ha quedado demostrado que, cuando se  llegaron a Cádiz las bombas alemanas, cargadas con  algodón pólvora, no se cumplieron los protocolos obligatorios para  recepcionarlas, sino que se  almacenaron directamente, sin más.

La Marina debe pedir perdón a las víctimas y a la ciudad de Cádiz asumiendo ya de una vez su responsabilidad y actuar en consecuencia, indemnizando a las víctimas aunque hayan pasado 75 años y compensando a la ciudad de Cádiz por su responsabilidad en aquellos gravísimos hechos que ocasionaron 150 muertos, entre 5.000 y 10.000 heridos y centenares y centenares de casas destruidas.

Lo menos que debe hacer la Marina es ceder a la ciudad de Cádiz las instalaciones-al menos de modo parcial- del actual Instituto Hidrográfico, para que allí vaya la Exposición permanente de la Explosión, que hoy está de modo provisional en el Castillo de Sta. Catalina.

Igualmente, debe colaborar económicamente con el Ayuntamiento para la construcción del nuevo Mausoleo que se edifique en honor a las víctimas. Un mausoleo que debe ser amplio y digno, donde queden expuestos de forma permanente todos los nombres y apellidos de las 150 víctimas, junto con la edad de cada una de ellas.

Los nombres y apellidos de esas 150 víctimas no deben quedar en el olvido ni limitarse sólo a una lectura de todos ellos, una vez al año, en el acto que se celebra cada 18 de julio en la Pza. de San Severiano. No podemos olvidar nunca que la Explosión de Cádiz ha sido una de las mayores tragedias ocurridas en España en los últimos 100 años.

Así mismo la Marina debe desclasificar por completo los archivos secretos que se encuentran en Madrid y S. Fernando, permitiendo a los investigadores que puedan seguir descubriendo todos los detalles relacionados con aquella tragedia que ha marcado la historia de nuestra ciudad.

¿Por qué los mantiene en secreto después de 75 años? ¿Qué teme? El que habla se quedó sin padre cuando tenía 6 años por culpa de aquella terrible tragedia que debió de ser evitada. 

Mi padre Ramón Cejudo

Creo que nunca es tarde para seguir demandando justicia, perdón y reparación en la medida de lo posible. Nunca, el silencio como respuesta.

En segundo lugar, al Ayuntamiento.


Antes de nada empiezo reconociendo lo que los últimos ayuntamientos de Cádiz han venido haciendo en relación con el recuerdo de la Explosión de Cádiz y sus víctimas. Seguir reivindicando por mi parte no quiere decir que no reconozca lo que se ha venido haciendo estos últimos años: el acto conmemorativo en recuerdo de las víctimas  en la Pza. De S. Severiano, la colocación del pequeño monolito, aunque sea pequeño, las visitas guiadas al lugar de la Explosión, explicadas por José A. Aparicio, las distintas charlas conmemorativas que se han dado estos últimos años, la proyección del documental del Canal Sur y especialmente  el poder disponer en el Castillo de Sta. Catalina de esa importante Exposición permanente tan necesaria.

Justo decir que estas novedosas e importantes iniciativas se han llevado a cabo gracias a la presión de un grupo importante de ciudadanos ( especialmente investigadores, periodistas, escritores, juristas ) quienes, sobre todo, gracias al primer libro que aparece sobre la Explosión de José A. Aparicio, suponen un impulso y un acicate  para que el Ayuntamiento reaccione y colabore en apoyar estas iniciativas.

Pero dicho ésto, debo decir que el Ayuntamiento debe hacer mucho más de lo que viene haciendo. La misma conmemoración de este 75 aniversario  me ha parecido muy pobre. Sólo se han reforzado las visitas guiadas a la Exposición Permanente del 15 al 18 de agosto y organizado el acto homenaje a la víctima como siempre el 18 de agosto. Pero nada más.

Este año no ha habido visitas guiadas al lugar de la Explosión como años anteriores, el acto homenaje a las víctimas  ha vuelto a ponerse como tiempos atrás por la mañana a las 11, en vez de a las 9,45 de la noche, como se hizo en otros años. No se ha organizado ningún otro acto.

Se podría haber podido proyectar de nuevo el documental  último de Canal Sur sobre la Explosión que fue todo un éxito cuando se proyectó, con lleno absoluto y que dejó  a mucha gente sin poder verla, o se podía haber organizado una charla, aprovechando la publicación reciente del último libro de José A. Aparicio : “Una catástrofe anunciada” y organizar como años anteriores la visita guiada al lugar de la Explosión y poner por la noche el homenaje a las víctimas… Y seguramente otras importantes iniciativas que, con meses de anticipación, se podían haber previsto y organizado para dar realce a este 75 aniversario…

Además de ésto,  el Ayuntamiento debería presionar a la Marina para que asuma su responsabilidad en la tragedia de la Explosión,  a la vista de las últimas investigaciones que ya se tienen y que por tanto asuma sus responsabilidades indemnizando a las víctimas y a la ciudad de Cádiz a la que debería ceder, al menos parcialmente, sus actuales  instalaciones en el Instituto Hidrográfico, para llevar allí la Exposición Permanente y levantar un Mausoleo digno y amplio donde estén expuestos todos los nombres de las 150 víctimas y sus edades. A estos gastos debe colaborar de modo importante la Marina y el Ayuntamiento debería presionar para conseguirlo a todos los niveles políticos posibles. 

Igualmente para que los archivos de Madrid y San Fernando sobre la Explosión dejen de ser secretos y los investigadores puedan seguir trabajando para esclarecer todo lo que aún no sabemos. Igualmente el Ayuntamiento debe tomar un papel protagonista para implicar a las administraciones provinciales, autonómicas y estatales en solucionar lo que estamos diciendo.

Debe tomar conciencia que la tragedia del 18 de agosto del 1947 en la que 150 personas murieron, hubo entre 5.000 y 10.000 heridos y centenares de casas destruidas o seriamente dañadas, ha sido una de las tragedias más importantes ocurridas en España en los últimos 100 años.