1-O: entre el antes y el después

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Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

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Que el propio pueblo catalán haya llegado al insulto contra los máximos defensores de su lengua y el sentir catalán durante el fin del siglo XX, como Serrat o Marsé, llega a escandalizar incluso al ciudadano que intenta mantenerse al margen o en la distancia.

El director de esta publicación me encarga una reflexión sobre el 1-0. Hacía mucho tiempo que no corrían tanto ríos de tinta en torno a un problema político como el que estamos viviendo e incluso sufriendo, aunque algunos lleguen a bromear con el estado de la cuestión.

Lo cierto es que la brecha que se está produciendo en el sentir político y ciudadano será difícil de suturar. Y ciertamente ya es difícil decir algo nuevo, es realmente difícil realizar reflexiones que no se hayan llevado ya a cabo por cualquiera de los prestigiosos politólogos que opinan en los más diversos medios de comunicación. Y es un tema sobre sobre el que pensamos que ya no hay nada más que decir. Pues no, siempre quedará algo más que aportar para la reflexión y finalmente voy a aprovechar la oportunidad para ello.

Está claro que el problema está de una vez por todas sobre la mesa y está claro que toca de una u otra forma buscarle una solución. Posiblemente los españoles de cualquier comunidad autónoma, ni tampoco los catalanes, nos merecemos la situación política insostenible en la que se ha desembocado con este asunto. Todos tenemos amigos, amigas, ídolos, catalanes y ellos y ellas a su vez proceden en su mayoría de andaluces, extremeños o albaceteños... que nos sentimos consternados. ¿Se puede decir que no? ¿Votar nulamente o en blanco desde fuera de Cataluña con argumentos? Hay una gran parte de la ciudadanía que sigue sin entender nada, a la que tampoco se ofrecen explicaciones convincentes. Y sin embargo, hay determinadas cuestiones que nos están llevando de nuevo a enfrentarnos, a posicionarnos, a extremar los planteamientos en favor o no de una independencia, justificada o no, legal o no...

La incertidumbre rodea al 1-O, pero lo que sí es seguro es que después de ese día ya nada será lo mismo. Y es triste y es duro porque los que tenían que haber empleado la cordura y tenían que haber negociado para que esto no se sobredimensionase como lo ha hecho han mostrado una incapacidad política inigualable. La reforma de la Constitución, los Derechos de las Comunidades a un autogobierno, son cuestiones supranacionales y de política internacional que deben debatirse y consensuarse en un mundo en el que la desunión ha demostrado que no lleva a ninguna parte. Bueno sí, a la ganancia de unos cuantos, de algunos poderes e intereses que utilizan como paragüas el divide y vencerás.

Que el propio pueblo catalán haya llegado al insulto contra los máximos defensores de su lengua y el sentir catalán durante el fin del siglo XX, como Serrat o Marsé, llega a escandalizar incluso al ciudadano que intenta mantenerse al margen o en la distancia. Estamos en una situación carente de garantías y eso no puede permitirse en un Estado de Derecho.

Que el propio pueblo catalán haya llegado al insulto contra los máximos defensores de su lengua y el sentir catalán durante el fin del siglo XX, como Serrat o Marsé, llega a escandalizar incluso al ciudadano que intenta mantenerse al margen o en la distancia

Y finalmente, tendrán que sentarse si no quieren que llegue de nuevo la sangre al río. Con esta deriva todos perdemos si no son y no somos capaces de ponernos de acuerdo y actuar coherentemente y conforme a principios democráticos y legales. Actuar al margen, llevados por la exaltación y los radicalismos no lleva a ninguna parte, ahí está el repaso a la Historia para demostrarlo. Aquí, en este país todavía llamado España, hay muchas heridas sin cerrar y demasiadas banderas... Deberíamos aprender de nuestro pasado y de la Historia de los pueblos. Los alemanes tras reconocer sus errores, el terrible holocausto y el horrible muro, los recuerdan a diario, derribaron sus muros y unificaron su bandera. ¿No pueden servirnos de ejemplo?

Y aunque se beneficien unos cuantos de esta triste y difícil realidad, deberíamos reivindicar todos los demás el derecho a la Paz, a una paz definitiva. No es bueno vivir bajo el manto del miedo, de la desunión y de tantas mentiras.

Ojalá el día después consiga llevar a los deseos de independentismo por otros derroteros.

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