Medio metro de agua en Las Pachecas: “¿No habían limpiado el río?”

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Una riada obliga a desajolar animales y enseres en parcelas situadas en Rancho Zarandilla. En La Greduela tuvieron que echar mano de bombas para desaguar un canal y hasta tres carreteras sufrieron cortes por inundaciones.

Tras 21 días de lluvias, la zona rural de Jerez no pudo tragar más agua. Hacía ocho años que la zona de Las Pachecas, La Greduela y La Ina no sufrían inundaciones. En Rancho Zarandilla, en la zona —inundable— de parcelas situada debajo de la autovía de Los Barrios, a última hora de la tarde de este lunes muchos vecinos pedían al cielo que dejara de llover y otros se hacían a la idea de que el martes tocaría limpiar barro. Las imágenes no fueron ni mucho menos dramáticas como en 2008, cuando había que desplazarse en barca para llegar a las parcelas, pero a eso de las ocho de la tarde, el agua ya cubría la carretera de acceso hasta alcanzar el medio metro. “¿No habían limpiado el río? ¿Para qué se han gastado tantos millones?”, critica Antonio, hermano de un parcelista que a eso del mediodía desalojó a sus animales para evitarles un sufrimiento innecesario, previendo la riada. Horas antes, la alcaldesa, Mamen Sánchez, de visita a la zona, defendió precisamente los trabajos realizados por la Junta de Andalucía durante los últimos años en el río Guadalete, donde en la zona de la Cartuja "ha pasado de tener 15 metros de orilla a orilla a 65 metros", recordando también las obras en el azud de El Portal por un valor de 200.000 euros.

Sin embargo, el desembalse de los pantanos, la pleamar y los más de cinco metros de altura que alcanzó el Guadalete fueron el coctel que provocó las inundaciones y el corte de las carreteras que conectan Lomopardo con Puerto Real, de un lado, y La Cartuja con La Ina, además de la vía de servicio junto a la autopista de peaje. Por los pelos se libraron en la venta La Cartuja, ya que al río le faltó apenas unos metros para alcanzar la terraza del bar que conecta con su planta baja. Aquí aún recuerdan las enormes pérdidas que sufrieron durante la riada de 2008.

Otro punto donde se vieron en dificultades fue en La Greduela, donde no quedaron incomunicados por apenas 30 centímetros, la pequeña distancia que separó la cota del río del puente que conecta la barriada rural. Sin embargo, aquí el peligro eran las escorrentías provenientes de los montes que rodean las tierras de cultivo y que las anegaron por completo. Esto, unido a que la cota del Guadalete impedía abrir el canal para desaguar el agua, obligó a una decena de vecinos a tener que echar mano de tres bombas e incluso de una excavadora desde bien temprano. “Si deja de llover no hay peligro de que llegue el agua a las casas. Lo malo sea como no pare”, señalaba uno de ellos a última hora de la tarde.

Cruzando la carretera de La Ina, en los llamados Cejos del Inglés, el agua también amenazaba alguna vivienda. Nos lo confirma José Manuel, que lleva 50 años viviendo junto a la histórica ermita del siglo XIV. “Mi hijo ha traído varias pertenencias porque ya teme que empiece a inundársele la casa”. Él, por su parte, estaba tranquilo. A pesar de tener el Guadalete a apenas 20 metros de su casa, afirma que “otras veces el agua ha llegado a mi muro”. ¿Funcionaron entonces los trabajos de limpieza en la ribera? “Limpiaron en el puente de Cartuja, en este punto casi nada. Y para cuatro árboles que han cortado no han eliminado los tocones, con lo cual están volviendo a salir ramas”.El Ayuntamiento, por su parte, mantuvo ayer activado un dispositivo de realojamiento para los vecinos que se pudieran ver afectados. En este sentido, la Policía Local no dejó de patrullar las zonas susceptibles de ser inundadas durante toda la tarde y la noche, al igual que la Guardia Civil. Aun así, todo hace indicar que lo peor ya ha pasado, teniendo en cuenta además de que las precipitaciones, por fin, darán una tregua y hasta el viernes no hay previsto que vuelva a llover, aunque no con la intensidad de días atrás.

Asaja relaciona las inundaciones con el desembalse del pantano de Bornos

De otro lado, organizaciones de agricultores, como Asaja, mostraron su temor a que cultivos como la patata, tomate, remolacha y aguacate puedan verse perjudicados por las inundaciones en los campos que rodean a la zona de La Ina, además de señalar "problemas de pérdida de la superficie que está recién sembrada", lo que les obligará a "resembrar". Señaló, además, la coincidencia de las lluvias con el desembalse del pantano de Bornos, "que está ocasionando daños en todas las comarcas de la provincia", por lo que ha preguntado "por qué se está desembalsando coincidiendo con la prealerta de Guadalete".

En la Costa Noroeste tampoco están mejor las cosas, con "daños importantes" por las inundaciones, señalan desde Asaja. "Los agricultores llevan varios días achicando el agua con los motores y denuncian que es posible la pérdida de parte de la producción". La organización añade que en esta misma zona las hortícolas al aire libre están registrando daños, principalmente en la zanahoria por pudrición, tratándose además de un problema generalizado en todas las comarcas donde está presente este cultivo.

La Junta lamenta las críticas

En cuanto a la Junta, el delegado de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Ángel Acuña, lamenta las críticas a la gestión de embalses durante estos días de intensa lluvia en la provincia de Cádiz, reprochando el desconocimiento de los que "parecen olvidar que la función principal de estas infraestructuras es precisamente regular la llegada del agua de la lluvia y evitar que llegue con todo su caudal a las poblaciones y el campo, minimizando los riesgos y evitando posibles daños".

Acuña recordó que precisamente al embalse de Bornos ha entrado este fin de semana un caudal de agua que ha alcanzado picos de hasta 700 metros cúbicos por segundo, mientras que el desembalse controlado que se ha realizado ha sido "absolutamente medido, calculado y de alrededor de 100 metros cúbicos por segundo". En la misma línea, el representante de la Junta de Andalucía incidió en que "se trata de la presa ubicada en la zona geográfica más lluviosa de España, e irremediablemente cuando llueve como lo ha hecho estos días hay que liberar parte de esos caudales de agua por razones de seguridad cuando llega a las cotas establecidas para ello".