Los presupuestos de la normalidad

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Jerez ha recuperado el imprescindible diálogo y la esencial negociación política, al tiempo que esta circunstancia le ha permitido ir, aunque aún muy lentamente, recuperando el paso perdido.

Jerez, la ciudad más poblada y extensa de la provincia de Cádiz, ha aprobado sus Presupuestos municipales para el año en curso, las cuartas cuentas a las que el gobierno local da luz verde en menos de tres años de gobierno; y la primera vez en los últimos cinco años que el Ayuntamiento dispone de este documento esencial para su funcionamiento en el primer trimestre del ejercicio en curso. A diferencia del año anterior —cuando el PP se quedo solo en su negativa a la aprobación y ésta sí encontró respaldo en Cs—, esta vez ha sido el tripartito compuesto por PSOE, Ganemos e IU el que ha sacado adelante unas previsiones económicas que, como ya ocurriera en 2017, redundan directamente en la ciudad, con importantes inversiones sociales, en materia de vivienda y recuperación de patrimonio cultural en desuso o arruinado desde hace años para revalorizarlo al servicio de la ciudad, la generación de riqueza y empleo.

Sin entrar en las grandes cifras presupuestarias, la valoración política que simboliza este nuevo acuerdo, a poco más de un año de las próximas elecciones municipales, no puede ser más que positiva, por mucho que deje al resto de la oposición con exiguos argumentos —el PP, de hecho, se ha abstenido, que en este caso parece que es votar no queriendo votar sí—. Esta vez, da la impresión incluso que hasta las negociaciones han sido más sencilla que en el curso anterior, por lo que no extraña que la propia alcaldesa haya manifestado pública la “gozada” que supone gobernar con la agrupación municipaliza y la organización de izquierda.

Jerez ha recuperado el imprescindible diálogo y la esencial negociación política, al tiempo que esta circunstancia le ha permitido ir, aunque aún muy lentamente, recuperando el paso perdido

Si a mediados de 2015, cuando se abordó el pacto de investidura entre las fuerzas de izquierda de la ciudad, con el primer objetivo de recuperar social y económicamente la misma tras cuatro años de rodillo del PP —que, hay que decir, vivió los años más duros de la recesión y de los recortes impuestos por Rajoy a diestro y siniestro—, esta nueva fórmula de gobierno municipal parecía una locura o el caos, el tiempo está demostrando que Jerez ha recuperado el imprescindible diálogo y la esencial negociación política, al tiempo que esta circunstancia le ha permitido ir, aunque aún muy lentamente, recuperando el paso perdido. Hay ejemplos: la nómina municipal vuelve a pagarse antes de que acabe el mes, se ha reducido la deuda e, incluso, vuelven las obras a la ciudad y las empleadas de ayuda a domicilio al fin van a un trabajo digno con sueldo digno. La normalidad es absoluta y solo cierto ruido interesado la empaña.

Habrá qué ver la evolución de este próximo año, donde a buen seguro la carrera preelectoral se vivirá a cara de perro, pero gracias al apoyo de Ganemos e IU, ambos cada vez más pragmáticos en su rigurosa labor de oposición constructiva, el ejecutivo que preside la alcaldesa, Mamen Sánchez, parece haber encontrado un camino abonado para reeditar esta ecuación en 2019. De hecho, la encuesta que hizo pública el PP de Jerez recientemente repetía, prácticamente, el escenario político actual, a expensas de que una subida de Cs pueda sumar con el PP de Antonio Saldaña. De producirse, y habrá que ver bajo qué formato comparecen estas fuerzas de izquierda unidas (o no) a Podemos, probablemente los acuerdos puntuales de hoy se transformen en equipo de gobierno. Hasta entonces Jerez parece haber recuperado cierta normalidad, que ya hacía falta y que, vivido lo vivido, no es poca cosa. Harina de otro costal es que sigan habiendo demandas históricas sin atender, que sobre improvisación y falte coordinación y planificación, o que la ciudad siga necesitando como el comer políticas integrales que resuelvan sus déficits estructurales. En todo caso, sería demasiado pedir para apenas 18 meses de mandato.