Las cifras reflejan un incremento de inmigrantes llegados por mar en relación a otros años. Al drama que esto supone hay que unirle que cada vez son más “los niños adolescentes provenientes del Magreb”.
Fueron 34 las personas que a finales de semana llegaron a Cádiz. Una cifra que se une al dato que ya manejaban las instituciones y que no hace sino refrendar las conclusiones que estaban alcanzando. El incremento de inmigrantes llegados por mar ha aumentando en relación a otros años. Cifras que se suman a los 22 del primer día de agosto y 73 personas en los últimos días de julio. “Estos datos confirman una clara tendencia creciente desde el año 2010”, comenta Iñigo Vila, responsable de la Unidad de Emergencias de Cruz Roja Española, quien lamenta que “aunque sea impredecible”, habrá “unos meses intensos, dado el buen tiempo”.
Al drama que esto supone -que multitud de personas se jueguen la vida para cruzar el Estrecho en “lanchas de juguete”-, hay que unirle que cada vez son más “los niños adolescentes provenientes del Magreb”. Así lo lamenta Ana Rosado, responsable de la Asociación de Derechos Humanos que hace una radiografía en este medio de lo que está siendo el año en materia de inmigración vía marítima. “Llevamos un registro sobre el terreno y hemos visto que se está produciendo un incremento en el Estrecho, en especial en la zona de Barbate”, comenta Rosado que denuncia la cantidad de pateras “de madera” que está volviendo a verse.
El tercer dato significante es la procedencia de los inmigrantes, siendo los magrebíes los “más están llegando”. Con respecto a los posibles motivos, las relaciones diplomáticas de los gobiernos “tienen bastante peso”. En diciembre, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea truncaba las esperanzas del pueblo saharaui con respecto al libre comercio de productos agrícolas y pesqueros. El acuerdo no era aplicable al Sáhara Occidental, por lo que desde Apdha preveían que podría influir en el control migratorio.
La segunda parte del problema llega cuando, una vez rescatados y atendidos por los efectivos policiales, salvamento y Cruz Roja “no hay plazas suficientes en los centros de menores”. Además de ello, denuncia la activista, “no se está contando ni con el personal ni lo recursos adecuados”, citando como ejemplo uno de los centros del Campo de Gibraltar que tiene plazas para 25 personas “y ya van por 88 menores”. En cuanto al traslado, tampoco considera Rosado que se está llevando a cabo de la mejor manera posible, puesto que se está haciendo en “furgones de detenidos”, sin garantizar los “derechos de los menores, al no cumplirse el protocolo”.
Sin embargo, a pesar de todo, tanto rescate como la atención médica primera está muy bien valorado por Derechos Humanos, ensalzando la labor de los compañeros de seguridad y de Cruz Roja.
Precisamente, esta entidad ha hecho públicos unas cifras que refrendan el alarmante estado en el que se encuentra el drama de la inmigración. Los Equipos de Respuesta Inmediata en Emergencias (ERIE) de Ayuda Humanitaria a Inmigrantes han duplicado su atención a personas llegadas a costas andaluzas, Ceuta y Melilla en el primer semestre en relación al mismo periodo del año anterior (7.400 personas frente a las 3.600 atendidas en los primeros seis meses de 2016).
En la provincia de Cádiz, el voluntariado que forma el ERIE ha prestado asistencia a más de 2.640 personas entre enero y el pasado mes de julio. Solo en este último mes, los voluntarios y voluntarias han ayudado a 874 personas con asistencia sanitaria, entrega de alimentos, ropa seca y abrigo. El número de atenciones en la costa gaditana constata un aumento en la actividad en este último año si se compara con el mismo periodo de 2016, cuando el número de personas atendidas fue de 540, la mayoría de ellas procedentes de países subsaharianos.
El procedimiento de rescate es relativamente fácil y se produce en cuatro pasos: embarque en Marruecos; llamamiento a Salvamento Marítimo; cuando se produce el rescate se llama al 112 y, una vez en puerto, se realizan las atenciones primarias. Hipotermia leve, severa o quemaduras son algunos de los cuadros que presentan las personas rescatadas.
En el año 2004, ante la llegada masiva, se abría en el puerto de la Albufera de Barbate un módulo compartido entre la Guardia Civil y Cruz Roja. Sin embargo, desde hace unos años se empezó a centralizar todas las actuaciones en el puerto de Tarifa y el habitáculo se clausuró. Aunque aludían a cuestiones de logísticas, muchos eran los que apuntaban razones económicas. No obstante, la apertura de un nuevo módulo, no en lugar donde se hallaba (próximo al muelle pesquero), sino junto a la zona del varadero, que como apuntan desde Cruz Roja, está en una zona mejor habilitada.
Entre otros datos aportados por Cruz Roja, en el conjunto de la costa española, las personas atendidas son mayoritariamente hombres (90.48%) de origen subsahariano. En la provincia de Cádiz, sin embargo, el perfil de las personas inmigrantes atendidas en el último año ha cambiado: por primera vez en años son más las personas de origen magrebí (1.782) las que han recibido ayuda de Cruz Roja Española. Un 28% de las 2.640 personas atendidas eran menores de edad.
Todas esas cifras ocultan dramas similares. Personas, no cifras, que se unen a una larga lista que intentan encontrar una vida mejor para ellos o para sus familias. El año 2017 se cerrará como un año “tristemente histórico”, a pesar de los gestos de solidaridad y concienciación que se produjeron, con la pérdida del pequeño Samuel, aparecido en la orilla de la playa de la Mangueta, allá por el mes de enero. Un drama que no cesa para esas personas que, como aquel rayo hernandiano, su “destino es de la playa y mi vocación del mar”.
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