Unas 100 familias jerezanas que invirtieron en dos cooperativas de viviendas de Rochdale demandan a Bankia por permitir que la promotora abriera cuentas para sus anticipos sin seguro que garantizara sus aportaciones.
-¿Aquí es donde iba la piscina, Raúl?
-Yo creo que iba aquí. Iría aquí... Más o menos.
-Claro, claro… la piscina quedaba en medio de la urbanización (Silencio). Estamos lejos de Jerez, ¿eh? No me gustaba el rollo de estar tan lejos del centro.
-Nos han dejado en pelotas, los ahorros de nuestra vida. Aquí iba mi puerta (hace como que saca la llave del bolsillo).
En medio de las ruinas, de los esqueletos a medio construir, de las montañas de malas hierbas y las mierdas de perro, uno imagina que su unifamiliar tiene puertas y paredes, y el otro que el acceso a su garaje está urbanizado. Raúl Domínguez y Juan Antonio Rosado caminan entre los restos del tsunami. Seis años después de embarcarse en la que sería la casa de sus sueños, donde depositaron los ahorros de toda la vida, ahora se enfrentan junto a otro centenar de familias a una demanda colectiva contra Bankia (antigua Caja Madrid). Quieren tratar de recuperar las cantidades que depositaron como aval para las viviendas que ya saben que nunca podrán habitar: una media de 20.000 euros por cada uno de los alrededor de 100 afectados. Han vuelto juntos al lugar del crimen, donde se esfumaron sus sueños y su dinero. "Ahora es el momento de tener tu propia casa. Desde 350 euros al mes", rezaba el cartelón comercial cuando ya había reventado en mil pedazos la burbuja.
El sábado 28 de noviembre, a partir de las diez de la mañana, está prevista una concentración de los afectados ante la sede de la entidad en la calle Larga de Jerez
Juan Antonio tiene ahora 33 años. A finales de 2008 cumplió los deseos de su ahora esposa y apostó por Pinar de Mirabal, una "idílica urbanización acorde a lo que podíamos aspirar". Ambos trabajaban -él lleva 10 años como teleoperador en la antigua Qualytel- y con los ahorros se metieron en una casa de 135.000 euros. Si Zapatero negaba entonces la crisis, ¿por qué ellos no? Desembolsaron 30.000 euros por anticipado. En el caso de Raúl, operario en el sector de la automoción con 36 años, fueron 20.000 los que entonces puso a disposición de Rochdale. Estaba soltero, con dinero al vender otro inmueble de su propiedad, y quería dejar el alquiler que afrontaba por un piso de dos dormitorios: una VPO de 90.000 euros. Ambos se quedaron sin ahorro y sin vivienda. Ambos, además, eran miembros de las juntas rectoras de las cooperativas creadas para levantar ambas promociones: Pinar de Mirabal, con 45 unifamiliares de renta libre; y Jardines de Caulina, 178 viviendas de protección oficial en bloques de pisos.
"O sea que esa ley del franquismo deja claro que debe estar ese seguro y si no, el banco es responsable", asegura Juan Antonio, que reconoce que "a estas alturas he hecho un máster de todas estas cosas". "Dijeron que la póliza se había solicitado pero que se denegó. O sea que podríamos pensar que Rochdale llevaba 30 años conduciendo sin seguro hasta que se dio un buen porrazo. Ellos decían que se financiaban de anteriores promociones y empezaban las obras sin tener el contrato firmado con el banco que les iba a avalar", agrega Raúl. Es mucho suponer que fuese siempre así, pero teniendo en cuenta que en la edad de oro del ladrillo todo valía, ¿alguien se extraña? Van para cuatro años que lo perdieron todo. Les prometieron que en marzo de 2012 tendrían sus casas pero en ese año las obras están como siguen hoy: paralizadas.
"Las cooperativas son el timo de la estampita. Ellos se llevan su 12% sobre el valor de la vivienda. Nunca pierden"
Las condiciones financieras eran "fantásticas", la cooperativa les permitía decidir cómo construían sus viviendas -"¿Sótano? Por 15.000 más, merece la pena"-, e incluso "estábamos al pie del cañón en las juntas rectoras". Todo era una trampa. O algo falló para que al final lo fuese. "Las cooperativas son el timo de la estampita. Ellos se llevan su 12% sobre el valor de la vivienda. Nunca pierden. Nos querían compensar con otra vivienda de su propiedad pero a precio de 2005. De locos", comenta Juan Antonio. Y agrega su compañero: "La putada es que he tenido que estar pagando durante años alquiler y las aportaciones para el piso. Menos mal que medio pude seguir adelante con los ahorros que aún tenía porque pagaba dos viviendas y yo tenía la imperiosa necesidad de tener la casa, sí o sí. No podía esperar y, fíjate, al final hasta hace meses he tenido que vivir de alquiler".
En septiembre del año siguiente ya tenía auto judicial en el que se aceptaba su demanda de concurso voluntario de acreedores. Hace unos meses, salían a subasta pública unos 300 bienes de su propiedad tasados en más de 60 millones de euros. Hoy su oficina de la calle Armas abre dos días en semana. Su cristalera transparente muestra la decrepitud del negocio. El teléfono no suena. Pero hubo una época en la que echaba humo. Con 16.000 viviendas construidas a sus espaldas, hubo un tiempo en el que Rochdale era el “Audi en el mundo de la promoción inmobiliaria”. Pero ya saben que a veces hasta las marcas más prestigiosas tienen problemas de gases tóxicos. “Nuestros clientes son realmente socios que participan en los consejos rectores”, aseguraba orgulloso Romero en la fiesta que celebraba tres décadas de esta sociedad de trabajo cooperativo. Un lustro después se amontonan las sombras tras el triunfal camino recorrido por Rochdale, que basa su nombre en el del pueblo cerca de Manchester donde germinó el movimiento cooperativista a nivel mundial.
-¿Qué hacéis aquí...? Tened cuidado, esto no es seguro...
-Estamos cogiendo ranas.
El banco debe ser subsidiario de un desastre social y económico para los afectados que la demanda, a la que ha tenido acceso este medio, cifra en 1,52 millones de euros más intereses y costas. El centenar de demandantes puso una media de 20.000 euros. "No tenían dinero en el banco, solo nuestros depósito". "Éramos sobre 200 -narra Juan Antonio- pero hubo quien se quitó a tiempo o que perdió poco y no le ha interesado meterse en líos de abogados". Confiado en que la nueva estrategia prospere, asevera: "Ha sido muy complejo llegar a la demanda, estuvimos más de un año con un despacho que no nos resolvió nada y ahora llevamos seis meses con este nuevo de Madrid, que lo ve claro y que tiene más de 20 sentencias favorables en casos calcados al nuestro. Ha sido el primer bufete que le han ganado a un todopoderoso banco por este tema".
La ley establece que el banco no puede permitir esto y debió de haberlo evitado. "El 1 de enero próximo será derogada esa ley del 68. Imagínate quién manda aquí", apunta el operador telefónico. El abogado madrileño explica que el éxito de las demandas han llevado a los bancos a forzar este cambio, "de manera que las inversiones que los ciudadanos hagan en cooperativas de viviendas, a partir de 1 de enero de 2016, dejarán de estar garantizadas, en lo que significa un paso atrás en los derechos de los ciudadanos". A lo que Rosado añade: "Me ha llamado gente llorando porque estaban desesperados, que se iban a casar, que lo habían invertido todo y no tenían casa ni dinero. Me preguntaban: ¿Se acabarán las casas? ¿Sigo aportando? Imagínate la responsabilidad y el mal trago de asumir eso. La gente no tenía claro el concepto ni dónde se estaba metiendo. Pedían la devolución del dinero pero no le puedes reclamar nada a ellos porque estarías reclamándote a ti mismo". Con indignación, ambos no ocultan que ninguno de los afectados "quiere ya esto; ya no nos meteríamos ni locos", mientras que la empresa "se ha ido ya de rositas pase lo que pase". "Pidieron el concurso y se quitaron el marrón de encima".