El historiador, escritor y librero jerezano Manolo Romero Bejarano conversa con lavozdelsur.es sobre cultura, sociedad, política, patrimonio, turismo, literatura, y acerca de su faceta más popular, la de multiconcursante de la tele.
Manolo Romero Bejarano (Jerez, 1973) cierra un año para enmarcar. En 2015 ha vuelto a romper récords en un concurso de la tele (ha conseguido enganchar 100 programas en Saber y ganar), ha sido galardonado con el Premio Ciudad de Jerez a la Difusión, y ha rematado con la publicación de un nuevo libro Jerezanos bizarros de ayer y hoy, donde relata las andanzas y desventuras de 27 personajes históricos de la ciudad, oriundos o de adopción, que "se salieron del carril". Sentados junto a una pila de libros de su casa, El Laberinto, en plena calle Remedios, el historiador, escritor y librero repasa con lavozdelsur.es los últimos doce meses mientras mira de reojo a 2016 con Grandes esperanzas.
Un multiconcursante de la tele que no tiene tele en su casa. ¿Cuánto de bicho raro tiene usted?
Bueno, depende de a lo que se le llame bicho raro. La verdad que no es normal no tener tele. Pero para dedicarse a los concursos no hace falta ver la tele. No, no tengo tele desde que dejé casa de mis padres. Cuando quiero ver algo, o lo veo en el Gorila (una cervecería de Jerez) o me busco a alguien que tenga tele. Trabajo por la mañana, por la tarde… Y la verdad que no tengo tiempo así como para ponerme a ver la tele. Ahora con el ordenador también hay muchas posibilidades.
¿Cómo llegó a esto de los concursos y cómo los sigue para participar?
Bueno, cuando me enteré de esto de los concursos aún vivía con mis padres. Pero vamos, la gente ya te lo dice, te va avisando. Pero no hay tantos.
¿Sigue insistiendo?
Me presento a todo. Tampoco hay tantos, ¿eh? He intentando ir a Boom este año, fui al cásting, y no me han llamado. En Saber y ganar sí me llamaron como vieja gloria y allí fui.
¿Ha contabilizado el 'bote' acumulado?
En su día llevé la cuenta pero ya la he perdido porque son muchos concursos. Te puedo decir los más gordos. Además, en todos no he ganado dinero y en otros gané poco. Me acuerdo de Saber y ganar, de Pasapalabra… En Saber y ganar estuve 88 programas la primera vez, después me llamaron para ir a otros doce para hacer los cien; he estado en muchos especiales y ahora me llamaron otra vez por si quería reincorporarme al ciclo normal del programa, e hice otros 100. Y con Pasapalabra fueron 52 programas y gané el bote de aquel entonces, un millón y algo de euros, y con eso compré esta casa y monté esta librería.
Los concursos: "Me han permitido hacer muchas cosas que de llevar la vida normal que habría llevado, no habría podido hacer"
Los concursos se lo han dado casi todo, ¿les estará agradecido?
Claro, claro… Por supuesto que estoy agradecido, me han permitido hacer muchas cosas que de llevar la vida normal que habría llevado, pues no habría podido hacer. Por ejemplo, montar este negocio, haber viajado, haber hecho muchas cosas que me las ha facilitado el dinero y eso hay que reconocerlo. No me tengo por materialista pero la realidad es esa.
Aunque su trabajo, además, está en el Ayuntamiento, el área de Patrimonio.
Sí, sí, estoy muy contento con mi trabajo. Pero ya te digo, con el sueldo que tengo, que está bastante bien, no podría haber hecho muchas cosas de las que he hecho.
Patrimonio, por cierto, donde sigue casi todo por hacer. ¿Qué es más urgente?
Mucho, mucho por hacer. Hay que hacer un plan, no ya de conservación, sino algo más global, más profundo, para el centro. El principal problema es que la gente se haya ido, por lo que hay que repoblarlo. Una vez que la gente viva aquí todo volverá. Pero claro, todo está tan mal que, ¿quién se va a vivir al centro? Es una bola. Desde hace 20 años se ha llevado una política de vaciado frente a una extensión descabellada de casas en sitios en los que no imaginas que viva alguien. Ahora hay que invertir ese proceso.
¿El saber ocupa lugar en la sociedad actual, molesta?
Soy bastante práctico. La gente hará lo que tenga que hacer. Creo que hay medios suficientes, principalmente un sistema educativo en el que si uno se esfuerza puede llegar lo bastante lejos y hasta que uno tiene 18 años es gratis. Hay muchas facilidades para saber y avanzar en esta vida. Quizás los valores de la sociedad actual no ayudan, más que culpar a las instituciones, que hacen mucho y muchas veces la gente no responde.
¿Se fomenta lo suficiente desde los poderes públicos?
En la medida de lo posible sí. En la televisión hay muchos programas y la gente ve Gran Hermano. Uno es libre de poner lo que quiera. Hay campañas de sensibilización para la lectura, los museos son gratis… y la gente tira por otro lado. Quizás haya que plantearse el problema no desde un sentido institucional.
¿Qué falla en su opinión?
El problema es más profundo que el político, sin decirte que no haya responsabilidad política. El problema quizás está más abajo, en no valorar el esfuerzo, en un país con una cultura del pelotazo, me lo dan todo, lo fácil… Quizás el esforzarse, y no solo en este sentido, pues no se valore. Si a uno le dan una medalla de oro en las olimpiadas no es por su cara bonita, es por lo que ha trabajado y entrenado.
Ese es el prototipo de héroe en nuestra sociedad, no el maestro o pongamos el caso, un librero.
De acuerdo. Pero también tienen su esfuerzo y hay que valorarlo. Es otro tipo de esfuerzo, quizás tiene más mérito dedicarse a otro tipo de cosas que darle patadas al balón pero no le quito mérito a gente como Iker Casillas.
Usted hizo Geografía e Historia y se especializó en Historia del Arte. ¿Todo por vocación?
Por supuesto. Si uno hace una carrera de ese tipo es por vocación. Yo soy doctor, después de muchos años con la tesis, y es porque me apasiona. Y si no fuera así, no sería. Es una carrera que te gusta mucho pero te encuentras solo frente a una investigación sin poder sobrevivir. Tienes que buscarte la vida. En mi caso fue el Ayuntamiento, los concursos… y he podido. Pero es complicado dedicarte a esto si no estás trabajando en una institución o algo así.
"Me sigo embelesando con esos pueblos que tenemos aquí en los que parece que se paró el tiempo"
¿Recuerda cuándo empezó a interesarse por la Historia y el patrimonio?
No tengo conciencia de cuando me interesé por eso. Siempre me ha gustado, entonces es una cosa que creo que fue casi natural. Cuando acabé el instituto quería estudiar eso. Todo el mundo decía que iba a acabar de profesor en un instituto, y me parece una profesión bastante respetable, pero te lo decían casi como un fracaso (se ríe). Y sin embargo, insistía. Pude acabar dando clases en un instituto, y con la cabeza muy alta, pero no ha sido el caso.
En estos años se ha dedicado también a recorrer mundo, ¿qué le ha dejado y le sigue dejando boquiabierto?
Hay tantas cosas que no sabría decirte una. Cuando uno sale se da cuenta lo grande que es el mundo. Podría decirte cosas desde Estambul a San Petersburgo, Chicago, México, que he estado este verano, o Italia, que vuelvo cuando puedo. Son cosas que te marcan. A nivel local me sigo embelesando, al mismo nivel que cuando uno va a Japón y ve esos templos, con Arcos, Medina, con esos pueblos que tenemos aquí en los que parece que se paró el tiempo. Vejer es una preciosidad y lo tenemos a tiro de piedra. Por suerte, me queda mucho por ver. El mundo es enorme y aunque parezca que estamos hoy de vuelta de todo, sigue habiendo cosas que te dejan con la boca abierta. En Roma, cuando ves la fontana. Imagínate cuando la vio alguien en el siglo XVIII.
27 jerezanos bizarros en su nuevo libro. ¿Con quién se iría de cañas? ¿Quién debió de ser insoportable?
Insoportables varios. Varios (risas). Bueno, en el libro se reflejan varios bolizas, pero bolizas ya de los que te los encuentras en un bar y le dices (risas) ‘vete ya por ahí…’ Rosique mismo, Rosique, que es de los que más me han gustado cuando me he leído, tuvo una vida muy conocida por el resto al vivir en la calle, y debió de ser insoportable, eternamente borracho y además que no se lavaba nunca. Figúrate cómo olería Rosique. En mi casa tengo un dibujo de él y Pepe Guerra, que falleció el pobre hace poco, me decía que era buen pintor. Pero esto no era París, ese hombre alcoholizado acabó en una cuneta tirado. ¿De cañas? Con Lord Mollate, por ejemplo. Fue un lord inglés que vino aquí, tenía mucho dinero para invertir en el negocio del vino. Cuando viene toda la pesca inglesa a invertir en Jerez, a uno de ellos, Henry de Gilford, le gustó tanto el vino que acabó siendo Lord Mollate. Al final acabó rodeado de bolizas y en una excursión que hicieron al Guadalete se cayó al río y nunca más lo encontraron. Todos los personajes me han interesado por llevar una vida fuera de la norma. Hasta hace bastante poco, por desgracia, la sociedad jerezana era muy cerrada, en el sentido de que todo el mundo tenía que ir por el mismo sitio.
En cierto modo sigue pasando, ¿no?
Hombre, pensé que nunca iba a ver a dos hombres dados de la mano por Jerez. Y los he visto; y tengo 40 años, no nací en el siglo XVII. Que quizás hubiese gente que los mirara mal, pero es que hace veinte años jamás se me habría pasado por la cabeza. Y bueno, lentamente, porque siempre habrá gente más retrograda, la sociedad ha cambiado bastante frente a aquel pensamiento único. Muchos de los personajes del libro acabaron mal por salirse del carril, de muchas maneras, y lo que me interesa es la gente que peleó para que esto fuese de otra manera. Por ejemplo, en el siglo XVI, Catalina de Estudillo es una mujer que hereda una empresa que fabrica objetos de hojalata, es la primera que hay, y en esta ciudad con eso del vino tenía una demanda que no veas. Tenía mucho dinero y todo el mundo quería casarse con ella. La acusaron de bruja en la Inquisición. A uno que se quiso casar con ella le dijo ‘éste se va a esperar’. Se fue a América, a Perú, y dijo: ‘ahí os quedáis’. Hay muchos personajes divertidos.
"Pensé que nunca iba a ver a dos hombres dados de la mano por Jerez. Y los he visto; y tengo 40 años, no nací en el siglo XVII"
¿Cuál de ellos le pone más, le parece más fascinante?
El no va más… Hay un gladiador…
¡Lo tenía apuntado! ¿No es Balbo de Asta, un gladiador que nunca perdió un combate, una paradoja en una tierra con un puntito loser como Jerez?
Eso fue en Roma (risas).
Al final viene en la cadena genética, ¿no?
Las noticias de Balbo de Asta llegaron mucho tiempo después. Pero nunca perdió. Fue un personaje de los triunfadores de la ciudad. También me encanta el doctor Vander, ese personaje con un punto grotesco y abominable, que montó una clínica de psiquiatría sin ser psiquiatra. Se dedicaba a dar tratamientos como Dios le dio a entender y hubo muchos damnificados. Además era este tipo de personajes tan jerezanos de la Academia de San Dionisio, del Orfeón, de golpes de pecho, pero era un verdadero granuja que iba a ganar dinero. Se inventa un medicamento para calmar los nervios y era aguardiente directamente. Le das aguardiente a un niño de diez años y lo que cogía era un cebollón. No se iba a calmar (ríe a carcajadas)… Se descubrió bastante después lo del Serenógeno. Visto desde hoy, el conjunto de disparates me parece muy divertido.
Hablaba de que la sociedad ha ido evolucionando, ¿no siente que aún queda mucha caspa?
Por suerte, creo que cada vez hay más gente que sale fuera, que estudia, que se da cuenta de que el mundo no acaba en La Parra, en todo caso empieza, y eso ha facilitado mucho el avance de esta sociedad. Jerez está muy bien, vivo aquí y me gustaría seguir viviendo aquí, pero creo que no es lo mejor del mundo. Todo es mejorable y tenemos la obligación de intentar mejorar esta sociedad. Por desgracia, la ciudad tiene muchos problemas que entre todos deberíamos intentar solucionar.
"Que cada vez haya más gente que sale fuera, que se da cuenta de que el mundo no acaba en La Parra, ha facilitado mucho el avance de esta sociedad"
En 2009 publica De los orígenes a Pilar Sánchez. Seis años después, esos protagonistas del libro están en prisión o a punto de entrar. ¿Pudo intuirlo entonces?
No pensaba que esto iba a acabar tan mal. Cuando presenté el libro hubo cuatro vainas que dijeron que hay que ver lo que había escrito cuando dije que la ciudad en 2009 iba como un barco a la deriva. Pues mire usted, estamos en 2015 y diría que se ha ido al garete. Me parece muy triste que dos alcaldes de la ciudad estén condenados y cumplan o vayan a cumplir prisión. Es muy triste tanto por haber tenido a delincuentes en el Ayuntamiento como por una sociedad que les ha votado y les ha dado igual eso. Porque aquí hay que ver las cosas desde los dos lados. Todos tenemos nuestra parte de responsabilidad.
¿Tenemos lo que nos merecemos?
Totalmente. Creo que sí, hemos consentido eso con una reelección, con otra y con otra. Ojo, que los que han cometido el delito son los que lo han cometido, hay que dejar las cosas en su sitio, pero ha habido mucha permisividad.
¿No es en cierto modo extensible al resto de España? A los resultados del pasado 20D me remito.
Ahí me pierdo. Sí, pero quizás haya miedo lo que pueda… que bueno por conocer. No lo sé. En el panorama actual nacional tengo muy claro que hay una serie de granujas que han hecho lo que han hecho, hemos tenido escándalos muy gordos que parece mentira que no se hayan depurado responsabilidades. Aquí seguimos y seguimos votando. No doy nombres de partido, si fuera uno solo…
Usted ha recibido este año el Premio Ciudad de Jerez a la Difusión. Fecundo historiador, amante del arte, librero… ¿No duele que haya que salir por la tele para que le reconozcan?
Sí, sí ha sido así. Si fuera por haberme dedicado a la Historia, solo a eso, estoy convencido de que hay gente que se merece el premio antes que yo, que llevan muchos más años que yo y han sacado estudios magníficos. Por ponerte dos casos, Fernando Aroca en la Historia del Arte, y Diego Caro en la Historia. Con ellos dos me quito el sombrero porque sé la carrera que tiene cada uno. En mi caso, el premio es de la Difusión.
O sea, por hablar bien de su tierra para toda España.
Verás, yo lo dije cuando me lo dieron, he hecho lo que tenía que haber hecho cualquiera. Por circunstancias, voy a la tele y oye, me preguntan que si soy de Jerez, y tal y cual. Y hablo de Jerez y hablo bien. Jerez tiene para hablar mal, en fin, da para un canal temático, pero hablar bien es lo que tenemos que hacer todo el mundo. Bastante hay ya. Por supuesto que si tengo que hablar de la Feria, de nuestro patrimonio... pues claro que voy a hacerlo bien. ¿Esto tiene mérito? Para mí no lo tiene, pero el Ayuntamiento ha considerado que sí y por eso me han dado el premio. Pero he hecho lo que pienso que debe hacer todo el mundo. Han sido circunstancias que no he buscado, voy a la tele a lo que voy, a ganar dinero. En cuanto al premio, fue un acto muy bonito, un día muy especial, pero ya te digo que no merezco ese honor.
En su discurso de la gala de premios defendió no sentarnos a llorar en un bordillo y enseñarle a quienes nos visitan que Jerez no es solo paro y crisis, ¿es posible poner buena cara ante la enorme fractura social que sufre la ciudad?
Mira, hoy por hoy, la única fuente de ingresos que puede tener esta ciudad a nivel inmediato es el turismo. Tiene posibilidades para hacer lo que quiera, pero por desgracia hoy es así.
La vía rápida para escapar del agujero.
Exactamente. ¿Qué tira del centro si no es eso? Hay una fractura social gordísima y muchísimos problemas pero hay que tirar de esto y dar la cara buena. La mayor parte de los visitantes creo que se van muy contentos, no se esperan lo que hay aquí. Jerez tiene un patrimonio considerable, en muchos casos mal conservado, pero está, que eso no lo podemos olvidar. Ciudades grandes de España no todas pueden decirse eso. Date una vuelta por Algeciras o Málaga, o Almería, a ver qué les queda de patrimonio. En Jerez lo tenemos y una situación geográfica increíble en una provincia maravillosa. Las playas de Cádiz no están en todos sitios, ni la Sierra, ni Cádiz capital. Y una Feria como la de Jerez, y cómo se come aquí. El que viene de fuera no va a los barrios chungos, como cuando vas a Londres te vas al British Museum. Y ese turista es el que trae el dinero y el que habla cuando vuelve recomendando venir a Jerez, que era barato y comimos muy bien. Hay que pelear por eso. No quedarnos en eso pero hoy por hoy es lo que tenemos.
"La ciudad está como está, y en parte se debe a esa política ficción y a una sociedad totalmente insensible a lo que estaba pasando"
Imagine que llego a la ciudad con ojos nuevos, ¿qué tres cosas me recomendaría no perderme?
Yo una bodega, la que fuera, siempre la recomendaría. Respirar y oler allí sería algo imprescindible. Después, la Plaza. Me encanta. Ir a ver el ambiente, cómo se mueve aquello, está muy bien. Y me gusta mucho, sin decirte 40 monumentos, que los hay excepcionales, ir por la carretera del Calvario y contemplar una viña en cualquier época del año. Habiendo un patrimonio increíble, quizás no sea lo más identificativo de la ciudad. Una Iglesia gótica, con sus características particulares, la hay aquí y la hay en Polonia, pero bodegas como las de Jerez no las hay en ninguna parte. O el campo como el de Jerez, tirar para Medina, Vejer, ese campo… Eso no lo he visto en ninguna parte. Y para alguien que venga de fuera pues quizás sea una cosa que mostrar que no haya visto nunca. Todo eso es Jerez en el sentido más hondo del término. Quizás por ejemplo todo lo de la Zambomba lo vea un poco artificial, que no es algo masificado y de una barra. Hay poca hondura ahí.
Para 'jondura', la del solar de la que iba a ser la Ciudad del Flamenco, ¿qué hacemos con la 'zona cero' de Jerez?
Eso digo yo. Yo haría un parking gratis para la gente de Jerez. Yo haría la Ciudad del Flamenco pero si no se puede, ¿qué haces? Lo que no puedes es tener allí un descampado. Que la gente aparque y venga al centro, o haz un parque para que jueguen los niños. Lo que no se puede tener es ese descampado lleno de hierbajos para que un boliza le meta fuego. Lo ideal habría sido la Ciudad del Flamenco, lo que necesitaba esa zona de la ciudad, pero no puedes plantear las cosas así, y esto lo he hablado con Pacheco. No puedes meterte a hacer obras en el cuarto de baño si no tienes para lo básico, y no puedes meterte en un proyecto esperando que te apoyen las otras administraciones, lo tienes que tener amarrado. Luego vino lo que vino y en fin. Sí haría la Ciudad del Flamenco, que era un proyecto muy bueno, pero las cosas hay que hacerlas con más sentido. Vivimos una época desde el 90 y largo hasta 2010 disparatada, y ahora se están pagando consecuencias de todo tipo. La ciudad está como está, y en parte se debe a esa política ficción y a una sociedad totalmente insensible a lo que estaba pasando. Creo que no se va a volver a repetir pero no debió de haber pasado.
"Hay poquitas librerías y es por algo. Pero vamos, funciona. No estoy aquí haciendo el tonto"
¿Lo de la librería es por puro amor al arte o da para vivir en estos tiempos tan sombríos para la cultura?
Hay poquitas librerías y eso es por algo. Si me dedicara solo a esto daría para vivir pero no para hacerte rico desde luego. Desde que abrí, hace ahora doce años, he visto ya cerrar unas pocas de librerías. Tiene su parte de vocación, evidentemente, pero vamos, funciona. Si no funcionara, no estoy aquí haciendo el tonto. Esto es un trabajo que no es solo atender al cliente.
¿El futuro está en los móviles y tablets o siempre habrá románticos y nostálgicos?
Creo que después de la revolución tecnológica el libro ha encontrado su sitio. El libro no va a desaparecer. Seguirá para nostálgicos, regalos, niños… Pero hay un mercado. Aparte las editoriales, al menos en España, han acabado bastante desengañadas del libro electrónico. Se saltaban a todos, al comercial, al librero y, al final, se saltaban hasta a la editorial porque la gente se baja los libros gratis. Las estadísticas demuestran que han acabado un poco desengañados y están volviendo al redil.
"La gente sigue comprando libros. Será de viejunos pero el libro sigue despertando fascinación"
Al final, aunque suene algo viejuno, ¿no le parece que seguimos necesitando lo físico, el olor, el tacto...?
Creo que sí. Hay campos que se han visto muy afectados, libros técnicos, pero otras cosas… La gente sigue comprando libros. Será de viejunos pero el libro sigue despertando fascinación.
¿Qué libro o, al menos, qué título resume este 2015 que se va?
En Jerez podría ser El gran Gatsby porque aquí hemos vivido un poco a lo grande, sin en realidad tener un fondo. Como pasa en la novela, al final la realidad da la cara. Pero quizás también Grandes esperanzas porque todo está para que la cosa vaya bien. Yo lo veo. Creo que el defecto global ha sido esperar demasiado de las instituciones públicas sin decir ‘tiro para adelante y ya está’. Te pongo el ejemplo del centro: el Ayuntamiento no ha tenido ninguna acción que haya dado resultado para promocionar el centro en mucho tiempo y, sin embargo, está otra vez tirando. La gente me llamaba loco cuando dije de comprarme una casa en el centro pero si no lo haces tú, ¿quién lo va a hacer? Y los hosteleros que se arriesgaron y ahora viene todo el mundo a montar un bar. Hemos estado esperando que lo hiciera el Ayuntamiento, la Junta… Te deben facilitar las cosas pero si el centro está como está ahora no ha sido por ninguna institución pública sino por gente que hemos peleado por esto. En Jerez la gente ya se está dando cuenta, cuando seamos conscientes de esta realidad la ciudad saldrá adelante porque tiene muchas posibilidades. El político de turno debe estar para otra cosa, para regular y tal, para facilitar, pero aquí los políticos se creían que eran el padre de los españoles, como Franco.
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