El obispo de Jerez, José Mazuelos, en una imagen de archivo. FOTO: JUAN CARLOS TORO
El obispo de Jerez, José Mazuelos, en una imagen de archivo. FOTO: JUAN CARLOS TORO

José Mazuelos, obispo de la diócesis de Asidonia-Jerez desde 2009, nos abre las puertas del Palacio Bertemati, sede del obispado, donde mantenemos una conversación en la que apenas se habla de religión.

La cita es a las 10 y media de una mañana no muy fría de mediados de febrero. El lugar, la llamada casa de la Iglesia, sede del Obispado de Asidonia-Jerez, en la casa-palacio barroca que levantaran allá por el siglo XVIII los Sopranis-Dávila. Sin embargo, hoy todos la conocen por Bertemati, en recuerdo a la familia que adquirió el inmueble tras el declive de los primeros en el siglo XIX.

Tras cruzar un amplio zaguán, recibe al visitante un bonito patio porticado que hace las veces de elemento repartidor de las principales dependencias del edificio reabierto en 2005 tras su restauración. Nuestro protagonista nos espera en la primera planta, a la que accedemos después de subir una monumental escalera sobre cuyos peldaños divisamos unas pinturas al fresco y una vidriera con una Virgen con el niño Jesús en brazos. Allí, en la llamada sala de audiencias, una amplia estancia en la que destaca una mesa enormemente larga, varios cuadros, un retrato del Papa Francisco, una talla de una Virgen y una puerta ricamente pintada en la que se observa el árbol genealógico de los Sopranis-Dávila, nos espera el obispo de Jerez.

José Mazuelos Pérez (Osuna, 1960), es sacerdote de vocación tardía. Tras terminar sus estudios de Medicina y ejercer la profesión, primero en su pueblo y posteriormente en el hospital militar de San Carlos (San Fernando) durante la mili, entró en el seminario con 25 años después de profundizar en la vida de la Iglesia y del Evangelio. “Lo que saco de la vocación es que Dios habla. La cuestión es si nosotros tenemos sintonizada o no la onda”, afirma.

En su caso sí sintonizó esa llamada divina, y tras cursar estudios eclesiásticos y ordenarse sacerdote en 1990,  fue párroco en los pueblos sevillanos de Lora del Río y Benacazón, con un paso intermedio por Roma para ampliar sus estudios, doctorándose en Teología Moral por la Academia Alfonsiana-Pontificia Universidad Lateranense en 1998. En 2009, Benedicto XVI lo nombraría tercer obispo de la diócesis de Asidonia-Jerez.

La entrevista, acordada en 45 minutos -aunque lograríamos robarle otros 12 más- se realiza días antes de que Cáritas diera a conocer su último informe sobre la realidad social en la provincia, que refleja datos desoladores como que casi una cuarta parte de la población está en riesgo de exclusión social. En este sentido, José Mazuelos afirmaba que “la realidad es difícil. Requiere que todas las instituciones se pongan a trabajar. Este informe no tiene como meta el meterse con nadie en concreto, porque hay diferentes administraciones, pero puede ser una llamada de atención, sobre todo para reconocer el pecado de omisión, que es de los más difíciles de reconocer”.

Vistos los datos de Cáritas, ¿sin ella la población necesitada podría salir adelante?

Si la Iglesia católica hubiera cerrado todo habríamos tenido una revolución. Porque no sólo es Cáritas, son las hermanas de la Cruz, el Comedor del Salvador, el hogar San Juan, es la atención en las diferentes parroquias de los pueblos, de los curas atendiendo a las personas que no tienen ni para pagar la luz… Hay pueblos donde se ha notado especialmente la crisis, sobre todo la parte de Torre Alháquime, Setenil, que estaban acostumbradas a la construcción en la costa y que de golpe y porrazo se han encontrado en el paro después de haber tenido unos niveles de vida hasta cierto punto altos porque la construcción pagaba bien. Y en ese sentido se ha tenido que atender eso, y había muchas veces que no llegábamos. Por eso, entre otras cosas, le hemos pedido mil veces a los políticos que no podían cortar el subsidio a los parados.

Habla usted de los políticos. ¿Le duelen palabras como las que dijo en su día el ministro Montoro poniendo en duda los informes de Cáritas? ¿Cree usted que están al pie de la calle los políticos o están en su mundo?

No sé si lo dijo o no, pero si lo ha dicho aquí tenemos las cuentas muy transparentes y muy claritas. Que venga y las vea de dónde viene el dinero y dónde lo invertimos. Nosotros tenemos datos de las necesidades de la gente y por eso no entiendo que diga eso, porque yo creo que sí se corresponden con la realidad. Nosotros que estamos al pie de la calle sí veíamos y vemos la cosa mal.

El arzobispo de Valencia habla de vender patrimonio de la Iglesia para destinarlo a los pobres.

Bueno, cuando haya que vender patrimonio de la Iglesia, habrá que vender patrimonio de la Iglesia. Pero aquí hay dos cosas. El arzobispo de Valencia lo que ha dicho, que siempre se malinterpreta, es que el diez por ciento, el diezmo, podría ir de cara a los pobres. Y después sobre el patrimonio, ya lo decía la Sollicitudo Rei Socialis de Juan Pablo II: Si hay que vender patrimonio, habrá que vender patrimonio. Ahora bien, y hablando del patrimonio que hay en Jerez. ¿Vendemos La Virgen Niña de la Catedral a una colección privada, que además no sé en cuánto puede estar tasada? ¿Eso soluciona el problema? ¿O es mejor que La Virgen Niña esté ahí y empiece a generar riqueza en el sentido de puestos de trabajo para el mantenimiento de los templos y que ese dinero vaya a Cáritas? Esa es otra forma de poner en valor el patrimonio. Porque patrimonio que nos sirva, por ejemplo si tenemos un piso que no estamos usando ni va a tener uso en El Puerto, pues se pone al servicio de Cáritas para que lo use Cáritas. Porque yo me pregunto qué patrimonio tenemos para vender. ¿Qué vendemos? Yo creo que en lo que se está apostando es en poner en valor ese patrimonio, porque también es que hay un patrimonio que no nos pertenece, que no es mío. No puedo decir que voy a vender Santiago, porque es que no se vende.

El Papa Francisco y su mensaje de cercanía, sencillez, humildad y austeridad ha calado fuerte.

Hay una continuidad dentro de los Papas. Juan Pablo II era muy carismático, cogía a los niños, viajaba, se ponía el gorro o el collar de un africano… Benedicto era más tímido pero más intelectual, y el día que se muera se dará cuenta la gente de la capacidad intelectual que tenía y cómo ha atacado y aniquilado todo el pensamiento del relativismo en el cual está cimentada nuestra sociedad. Uno de los grandes antídotos de ese pensamiento relativista lo ha metido Benedicto XVI, pero el mundo intelectual va más en la retaguardia, tocando los cimientos. Y el papa Francisco, además de ser carismático, tiene la facilidad de hacer pastoral esa intelectualidad de Benedicto XVI, ponerla en la calle, decirla con un castellano que entendemos perfectamente. Y después su sencillez y cercanía. El Papa Francisco ha hecho un poco como la parábola del hijo pródigo. Podemos decir que la casa del padre estaba tomada por el hijo mayor, con las ventanas cerradas, y lo que ha hecho Francisco es abrir las ventanas, encender las luces y que el hijo pródigo vea que sigue teniendo su casa y que puede volver.

¿Le gustan de él esas formas más austeras como Papa? Vivir en otros aposentos, usar su antiguo vehículo, incluso los mismos zapatos de siempre…

Bueno, cuando él decide vivir en Santa Marta es porque no quiere vivir aislado en unas habitaciones inmensas, él no estaba habituado a eso, y se va a Santa Marta a pequeños apartamentos donde hay cardenales, obispos para vivir y comer con gente. En ese sentido él opta por eso, y ojalá yo tuviera un apartamento así. Pero eso no quiere decir que Juan Pablo II o Benedicto XVI tuvieran esos lujos. Hay una frase que dicen los italianos de que los Papas son los prisioneros del Vaticano. De hecho a Benedicto XVI tras su renuncia le habría encantado irse a Alemania, sin embargo sigue ahí, no puede irse. Y a Juan Pablo II le habría encantado ser enterrado en Polonia. Se dice que viven en una jaula de cristal.

Lo que está claro es que esa sencillez que promulga y muestra el Papa contrasta con la de otros miembros de la Iglesia bien conocidos, como el cardenal Bertone en Italia, que se ha construido un ático inmenso, o aquí en España con el cardenal Rouco, que también va a trasladarse ahora a un piso de 400 metros cuadrados. ¿Qué opina de esto?

Bertone no sé donde se ha ido a vivir, pero Rouco se va allí con una comunidad de monjas, y allí tiene que tener una capilla, un despacho donde seguir atendiendo a gente…

Sí, pero a lo mejor también se podría haber ido a un piso de cien metros cuadrados…

Bueno, pero si va con una comunidad de monjas que le tienen que atender y que además necesitan un espacio para sus rezos… Por eso digo que no estamos hablando en condiciones normales de un cura que se retira, sino que hablamos de una comunidad de monjas que ha estado con él, que le hacen de secretarias, que le ayudan y que han estado viviendo con él siempre y que le seguirán atendiendo hasta el final de sus días. Pero claro, cuando se hablan de 400 metros cuadrados para un señor de 75 años, pues sí, puestos en ese plan… Pero vista después la realidad es otra cosa.

¿Qué le dice que de los tres últimos alcaldes de Jerez, uno esté en prisión, otra condenada y la actual investigada por la Gürtel? ¿Esta es la clase política que nos merecemos?

A mí lo que me da es alegría de la democracia que tenemos, que quiere decir que no todo vale. Y los que se piensan que cogiendo el poder pueden hacer todo, se demuestra que el poder judicial sigue funcionando, más lento, es verdad, pero sigue funcionando. A mí por un lado me da alegría ver que en una democracia se les pide responsabilidades a los políticos y aquellos que han hecho mal las cosas son responsables. Por un lado me da alegría. Al mismo tiempo, parecía que se estaba politizando el poder judicial y resulta que lo que nos está mostrando es que sigue teniendo ética, que no se ha dejado engullir por el poder político, y eso es otra esperanza. Si vemos la democracia de los Estados Unidos, el fiscal general del Estado tiene un papel fundamental, con gran objetividad, y hay cosas que frena. Y vemos que un presidente como Nixon se quitó de en medio a través de la información de la prensa y del poder judicial. Y yo creo que tenemos que estar contentos de los resortes democráticos que tenemos. Y al mismo tiempo tenemos que valorar que la política no es fácil, que hay mucha gente metida en política que es honrada y honesta. También hay que ensalzar un poco a la clase política. Decía el Cardenal Amigo Vallejo que los arquitectos y los ingenieros se pueden importar de otros lados, pero los políticos no, porque son los que nos van a gobernar y los que van a hacer las leyes, y eso no se puede traer de fuera, tienen que ser gente de aquí. 

Se levantó una gran polvareda cuando pidió el indulto a Pacheco.

No entiendo por qué se armó tanto revuelo. Yo lo que hice fue apoyar un derecho constitucional que tiene todo condenado. Todo condenado puede solicitar el indulto, que el indulto no quiere decir que sea inocente, el indulto lo que pide es que esa pena se conmute por otra cosa. Pedro Pacheco solicita como derecho constitucional ese indulto y viene a decirme si le puedo apoyar y le digo que sí, pero como a él y como a otros tantos a los que se pide el indulto. Porque yo en estos casos prefiero que se devuelva el dinero que se ha ganado a que esté un año en la cárcel, por ejemplo. Y estoy hablando en general. A mí me viene Pedro Pacheco, me solicita que yo me una a su solicitud de indulto y a mí me parece bien, pero para Pedro o para el que sea, lo que pasa es que hay otros indultos que se han pedido que no han salido en televisión o prensa. Ahora, ¿que ese indulto ha podido utilizarse políticamente? Eso ya es problema de ellos.

Tampoco la Iglesia se libra de los escándalos ¿Qué siente cuando ve casos relacionados con la pederastia, como el de los Romanones en Granada?

Siento lo mismo que cuando un pastor ve a un lobo en medio de su rebaño. Me conmueve, no me lo explico, no lo entiendo, pero sí tengo una cosa clara: que los lobos tienen que estar fuera del rebaño como sea.

"Nosotros que estamos al pie de la calle si veíamos y vemos la cosa mal"

Habla de lobos y de ovejas. ¿Hay muchas ovejas negras en la Iglesia?

Te digo lo mismo que con los políticos. Hay muchos curas, muchas monjas, muchos religiosos trabajando y atendiendo en las zonas más marginales y no hay casos de estos. Que se hayan infiltrado algunos por ahí, sí. Pero a pesar de todo, si hay un colectivo que esté poniendo las cartas sobre la mesa y que está diciendo que hay que solucionar esto y que hay que dejar de tapar esto y quitar esto es la Iglesia católica. ¿O es que en otras instituciones no se dan estos casos?

Sí, pero en la Iglesia esto es más escandaloso y por eso se magnifica más.

Se magnifica o se habla mucho. Esa es la cuestión. Porque en los últimos 50 años ha habido muchas atenciones en colegios, en hospitales, mucha atención a pobres… Habría que ver esos porcentajes. ¿Con uno sólo es suficiente para alarmarse? Tolerancia cero, lo ha dicho el Papa Francisco y lo dijo Benedicto XVI. Tolerancia cero.

¿Le gustó la actitud del Papa de ponerse en contacto con el joven afectado?

Claro. Es que mire, cuando aparece la víctima lógicamente es la sensibilidad del pastor, porque la víctima viene destrozada, y claro que hay que pedirle perdón a las víctimas en nombre de la Iglesia e intentar reparar. Es decir, reconocer el pecado, propósito de enmienda y a ser posible, reparar el daño cometido. Es verdad que cuando actúa un sacerdote es la Iglesia la que actúa. Por eso, la gravedad de un sacerdote pederasta es inmensa, es inmensa, porque la Iglesia lleva el tesoro de Cristo, el tesoro del perdón y de la misericordia, el tesoro que la Iglesia se lo pone en sus manos para que lo lleve. Por eso la gente se acerca a los curas, porque tiene un tesoro en sus manos, no porque un cura sea guapo. Y hay gente que dice que no cree en los curas. Yo tampoco creo en los curas. Yo en lo que creo es en el mensaje que lleva, en el tesoro que la Iglesia pone en sus manos. Y si tú utilizas ese tesoro para que se acerquen las ovejas para ser un lobo disfrazado, eso es muy grave, y ahí nosotros no podemos tolerar nada.

¿En cuanto al sacerdote detenido en la operación Edu Costa en Jerez?

Que yo sepa, y sacamos una nota de prensa, no hay ningún sacerdote. A los sacerdotes los controlo yo, y ningún sacerdote está implicado en eso porque ningún sacerdote es director de un colegio. Religioso que esté detenido tampoco. Ha habido un religioso que ha declarado. Pero es que después qué es lo que han hecho. Han dado cursos en el colegio donde es director, vale. Ahora bien, el cómo lo han hecho ya se está investigando. Porque yo le puedo arrendar a una empresa y puede ser la empresa la que esté defraudando. No lo sé exactamente. Yo sigo confiando en la Justicia. Lo que pasa es que en nuestra sociedad se está eliminando la presunción de inocencia, cosa que me parece una auténtica barbaridad. Y se está condenando a la gente cuando sale en los medios de comunicación, y no se está reparando, que es lo triste. Porque al final lo que queda es que un sacerdote está robando. Y cuidado, porque sacerdotes en Jerez somos muy pocos, son 80. ¿Y ahora cuál de los sacerdotes de Jerez es el ladrón? ¿Nos ponemos a buscarlo? Yo creo que tenemos que tener un poquito de sosiego en este campo. Yo pienso que se ha intentado politizar o usar para la política la Justicia, y eso es muy peligroso. De pronto la gente es imputada, condenada, se les dice si tienen o no que dimitir… ¿A dónde vamos? ¿Estamos locos? La presunción de inocencia es uno de los derechos fundamentales y aquí condenamos porque una persona ha ido a declarar ante el juez. Sobre todo los políticos tendrían que replantear eso de usar las pruebas judiciales y la Justicia para darse palos unos a otros, porque lo que están haciendo es cargarse la presunción de inocencia.  

Está acabando la legislatura y la Ley del aborto sigue en las mismas. ¿Le decepciona que el PP la mantuviera tal y como está?

Claro que me decepciona. No sé si sabe que el único país donde se reconoce el aborto como un derecho es España. Ningún otro europeo reconoce el derecho al aborto. Se determinaría así para que las extranjeras vinieran a abortar aquí, no lo sé. Por eso me decepcionó Zapatero cuando aprobó esa ley del derecho al aborto, que es la mayor inhumanidad que existe, y me ha decepcionado muchísimo el PP por no quitarla, y estoy esperando al Tribunal Constitucional a ver si dice que es inconstitucional el derecho al aborto. Esto quiere decir que durante tres meses la vida humana no vale nada. No es que haya problemas, es que no vale nada, es capricho de la madre. Ahora, cuando hay dinero de por medio, herencias y demás, qué pasa, ¿que no hay derecho al aborto? Si un hombre se muere con una mujer embarazada, ¿la familia del padre no podría decir vamos a matarlo para que no se lleve la herencia? Esto es una incoherencia, una barbaridad. Y la mayor barbaridad que veo es que montones de políticos y periodistas hayan salido diciendo que no se le puede obligar a una madre a tener a un niño subnormal o discapacitado o mal formado. Y la ley dice que hasta los cinco meses y medio, si tiene una malformación, podemos abortar, y eso es la mayor salvajada e inhumanidad que tiene la ley. ¿Es que entonces tienen menos derechos? Estás minando el principio de igualdad de los seres humanos. Y a mí me alegra ver a niños con síndrome de Down o cuando veo a Adrián con hidrocefalia cantando. Y después, seguimos con las incongruencias de la ley. Abortan a muchos niños con cuatro o cinco meses y medio diciendo que tienen síndrome de Down y luego es mentira. Yo soy médico, y yo sé que se matan a niños en el nombre del síndrome de Down y luego es mentira. ¿Van esos médicos a la cárcel? Tendrían que ir, según la ley. Cuando una ley es injusta le brotan las incoherencias por todos lados.

"En la política no hay que votar con el corazón, sino con la cabeza e intentando buscar lo mejor para todos"

¿Qué le parece el fenómeno de Podemos?

Veo que lo que hay es un clamor popular de una regeneración ética de nuestra sociedad. Lo llevamos diciendo hace mucho tiempo. Esta crisis no es sólo una crisis económica, sino también de valores, y en ese sentido podemos decir que Podemos es el altavoz de todo el mundo, de esa gente que pide una regeneración ética, un pensar ético, que no todo vale, que se acabó el relativismo. En ese sentido me parece muy bien. Otra cosa es que la propuesta de Podemos sea la solución para eso, eso es lo que habría que ver y analizar cuando digan sus propuestas, porque ahora mismo no tienen fijado qué es en sí y qué van a hacer económicamente. Yo siempre digo que en la política y en la democracia no hay que votar con el corazón, sino con la cabeza, y con la cabeza intentando buscar el bien común y lo mejor para todos. Entonces hay que analizar, y cuando llegue el tiempo de las votaciones veremos del plantel de políticos qué proponen. En política hasta cierto punto se puede decir que todo es relativo. Todo tiene sus pros y sus contras. Habrá veces que haya que apostar por lo menos malo. Ahora, le digo que la democracia está cimentada en ciudadanos que pensamos. Decía Juan Pablo II que hay tres sistemas de gobierno, por decirlo de alguna forma. Uno es la monarquía absoluta, cuyo único responsable es el rey, no los ciudadanos. Después tenemos el feudalismo, donde el responsable es el señor feudal, y el pueblo que está con él no es responsable y pienso que es la que se ha instaurado más o menos aquí. Tenemos nuevos señores feudales y habría que preguntarle a esos señores feudales condenados en la cárcel que qué pasa con el pueblo. Y luego está la democracia, donde todos somos ciudadanos, que significa que todos somos responsables. Por eso, cuando yo voto, o me abstengo o emito el voto en blanco soy responsable. Por eso, de las leyes que se hagan y que sean injustas soy responsable, sea o no del partido. Si una ley es injusta me da igual PP o PSOE, y hay una ley injusta como la del aborto, y hay una ley injusta como la de los desahucios, que la gente no tiene suficiente con entregar el piso, sino que tiene también que pagar una hipoteca millonaria, eso son leyes injustas que no podemos callarnos. Soy ciudadano en la democracia, así que soy responsable. A mí no me valen promesas, me tienen que explicar cómo van a llevar adelante esto. Analizaremos a Podemos como analizaremos al PP, al PSOE, a Ciudadanos o al Partido Andalucista, a cualquier partido. Ninguno es el mesías, y a mí me da mucho miedo cuando uno se presenta como el mesías, porque nadie va a construir aquí el paraíso terrenal. Y después habrá que ver, de las diferentes propuestas que se nos presenta, quién es el más capacitado para buscar el bien común de los españoles, integrado en una globalización y en la comunidad económica europea.

Se armó un gran revuelo a finales del año pasado por la propuesta que hizo la Unión de Hermandades de regalar cada hermandad, a través de El Corte Inglés, las papeletas de sitio. Se llegó a convocar un pleno en el que puso firmes al Consejo y a los hermanos mayores afirmando que usted es “el hermano mayor de los hermanos mayores”.

Yo no dije eso…

Publicado está en prensa…

Eso no lo dije, ni tampoco le recriminé a Pedro Pérez lo de las papeletas de sitio, sino a todos los hermanos mayores. Pero, ¿por qué no puede dar El Corte Inglés la papeleta de sitio? Lo primero que tenemos que ver es qué es la papeleta de sitio. La plenitud de la hermandad, su fin último es dar culto público de su fe y su devoción, que es cuando sale la imagen a la calle, y van los hermanos a coger su papeleta de sitio. Pero es que después hay muchas cosas. Hay hermanos que van con promesa y que no quieren que se sepa que van. Hay hermanos que a lo mejor le corresponde llevar alguna insignia, y tampoco le vamos a decir a El Corte Inglés que designe a dicho hermano. Hay hermanos que a lo mejor deciden no ir, por algo personal, o porque están enfermos o porque precisamente se van a sacrificar no yendo. ¿Por qué tiene que estar la papeleta de sitio ahí? Luego además es que puede haber hermanos que estén suspendidos por la hermandad y que no pueden salir por lo que sea. ¿Entonces qué pasa, que se les devuelve el dinero a través de El Corte Inglés? Es que son muchas cosas que están ahí. Yo no dudo de la buena intención que se quiere hacer para que gente con problemas económicos tengan su papeleta, pero el cortejo no lo podemos montar el 6 de enero en El Corte Inglés. Ahora sí que los hermanos empezarán a movilizarse para montar el cortejo, para recoger las papeletas, saber dónde van los hermanos, qué derechos tienen unos u otros… Luego van dos o tres días a la hermandad, se hablan, incluso si alguien no puede pagar puede hablar directamente con el hermano mayor… En definitiva, hermandad, no frialdad.

También se ha criticado mucho la decisión de trasladar la sede de la Unión de Hermandades de Curtidores al Palacio Garvey, en el Mamelón. ¿De verdad es necesaria una sede tan amplia?

Yo no tengo constancia…

Eso ya es público y notorio…

Pues si la mayoría de los hermanos mayores han decidido irse, se irán, no me voy a oponer. Yo tampoco me meto… La cuestión de si se van o no es de los hermanos mayores. Ellos sabrán las actividades que tienen en la Unión de Hermandades, qué es lo que pretenden y qué es lo que hay, y serán ellos lo que decidan, no el presidente, sino los hermanos mayores. Es lo mismo que cuando en una hermandad se quiere hacer una inversión, que tienen que convocar un cabildo extraordinario y tener un número de votos. Pues si todos han decidido trasladarse a otra sede están en su derecho de decir, y tendrán que venir al obispo para corroborar si se van o no. Yo eso lo dejo en manos de los hermanos mayores, y la responsabilidad es de los hermanos mayores que han votado. Y vuelvo a lo de la papeleta de sitio. No era un problema de la Unión de Hermandades o de Pedro Pérez, sino de todos los hermanos mayores, y hubo hermanos mayores que dijeron que no estaban de acuerdo y yo les aplaudí. Pero no podemos escudarnos en la Unión de Hermandades. Hay responsabilidades que son del obispo, responsabilidades de la Unión de Hermandades y responsabilidades de los hermanos mayores, y esta determinación de cambiarse de sede es una responsabilidad de los hermanos mayores. Si los dos tercios votan, que sus respectivas hermandades les pidan cuentas a sus hermanos mayores.  

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Jorge Miró

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