Emprender desde la vocación
Pilar Infante Sánchez cumple diez años con su propio negocio en el centro de Jerez. No es un establecimiento de grande dimensiones; es más bien pequeño por lo que hay que buscarlo. Y eso es lo que ocurre con El Imperdible en la calle Santa María. El establecimiento fue el sueño hecho realidad de esta jerezana de 55 años de edad que desde pequeña soñaba con bobinas de hilo, manejas de lana, botones, encajes… Tiene una amplia experiencia laboral en este tipo de negocio. Ante una de esas disyuntivas que la vida nos sirve, tuvo que decidir abrir su propio establecimiento, el cual tiene más de un millar de referencias. Y todo lo que hay cabe en su cabeza y en los metros cuadrados de la pequeña pero encantadora tienda.
Respuesta. Es un sueño de niña. Cuando era pequeña le pedía a mi padre tener una mercería. Y él me decía que no podía ponérmela, pero que le encantaría. Entonces empecé a trabajar en una. Toda mi vida laboral ha sido como dependienta en una mercería. Hasta que se cruzó en mi camino alguien, que ya no está, y a él se lo pedí. Y cumplí mi sueño. Si Dios quiere, en septiembre haré 10 años aquí en la tienda.
"Diez años después, sigue siendo mi sueño y también mi forma de vida"
R. Era mi sueño, mis inquietudes. Abrí también una puerta a la incertidumbre, pero decidí tirar para adelante, luchar y disfrutar. Es un trabajo que me gusta mucho.
R. Sí, pero son tus problemas y tus alegrías. Todo es para ti. Abrir un negocio crea muchos quebraderos de cabeza, mucho trabajo, pero también mucha alegría, porque soy yo la que hace y deshace.
R. Para mí, positivo. Sí que hay muchas trabas y últimamente el negocio no es lo que era antes, porque la gente piensa mucho lo que va a comprar. Pero bueno, estoy contenta.
"En una mercería cabe casi de todo, pero hay que saber elegir bien"
R. Muchísimas, calculo que un millar más o menos. En este sector hay miles de artículos y evidentemente no se puede tener todo, pero se hace una buena selección. La mercería tiene un margen muy pequeño y hay que tener otros productos que atraigan clientes y que en las cajas den fruto.
R. Eso es la mercería básica. Luego hay que ayudar todo eso con otras cosas para subir los márgenes. El margen mayor lo dan los encajes, que es en lo que me he especializado desde el principio, porque era uno de mis artículos favoritos y lo he potenciado. Junto a las lanas y las medias. Esos son tres de los puntales fuertes de mi mercería.
R. Cosas raras no se dan en este tipo de establecimientos. Pero lo especial en El Imperdible son el encaje y la tira bordada. Eso es lo que potencia mi negocio. Incluso viene gente de fuera que me sigue a través de las redes sociales porque en su pueblo o en su tierra no encuentran ese artículo y se vienen para acá.
"La vocación se nota y se transmite desde que se entra en la tienda"
R. En mi caso, sí. Desde pequeña yo pedía esto. Se nota que me gusta mi trabajo. De hecho, la gente viene y dice que es una alegría entrar aquí. Disfruto con mi trabajo.
R. Exactamente. Eso lo he mamado en mi casa porque a mi madre le encantaba. Ella era autodidacta y yo también he vivido eso desde pequeña. Abrí la mercería, trabajé en mercerías, así que conozco bien el artículo.
R. Hago punto, no mucho, pero sí algo. Coso, medio entiendo de costura, corto cosas… En fin, me manejo en ese mundo.
R. Sí, el 90% de la clientela es mujer. Pero también viene el hombre que apuesta, el diseñador, el que se hace sus cuatro cosas y sus arreglos. Hay un 10% de hombres.
"La gente entra y dice que es una alegría estar aquí"
R. En el centro hay pocas mercerías. Hice un estudio en los barrios para conocer los hábitos de la gente y no vi que una mercería encajara, por lo que estaba abocada al fracaso. Al centro la gente viene y se mueve.
R. Exactamente. La gente viene aquí. Viene al mercado, aprovechan el momento de ir a la plaza y de acercarse a la mercería. Concluí que el centro era el sitio. También porque a mí me conocían del centro, de trabajar durante años en él en otra mercería.
R. Todo en la cabeza. No tengo ordenador.
R. Sí, buscas sobre todo por tener artículos distintos. Aquí tengo artículos que tienen también otros compañeros, pero sí tengo cosas en exclusiva. La gente viene a buscarme. El objetivo es que me busquen por cosas más selectas.
R. El local es chiquitito, pero tiene abajo un almacén. Era lo que buscaba desde el principio. Las cosas pequeñitas gustan más. A la gente le gusta estar aquí apretadita.
R. Ahí está. Creo que ese es el encanto de este tipo de negocio. Cositas chiquititas, coquetitas, con regusto. Simplemente.
