Javier López Peregrino: "Hay más personas a favor que en contra del toreo"

Aspira a ser torero por encima de todo, espera llegar a tomar la alternativa pese a lo mucho que le queda por delante. Ya tiene un compromiso casi cumplido, terminar la carrera universitaria

El novillero Javier López Peregrino, posando en el reloj del Gallo Azul.
El novillero Javier López Peregrino, posando en el reloj del Gallo Azul. MANU GARCÍA

Sentirse torero desde niño 

Javier López Benítez es Javier López Peregrino en el mundo taurino. Es el nombre que usa en los carteles cuando forma parte de una corrida de novilleros, que es en la epata en la que se encuentra este joven jerezano de 22 años de edad. Su sola planta lo delata cuando echa a andar, ya sea de luces o de particular por las calles. Ama la fiesta nacional desde que tiene uso de razón; su padre tiene mucho que ver en ello. Está en la etapa final de una carrera de ingeniería industrial, estudios que compagina con la intensa preparación que precisa para llegar a consolidarse en la que quiere que sea su profesión en el futuro: torero. Hasta los 18 años no empezó a prepararse, curiosamente en la escuela taurina de San Fernando porque la de Jerez, por criterio político, se cerró. Y fue así por petición de sus padres que le impusieron primero entrar en la universidad. Es afable, de semblante severo, de buena conversación y se le une su condición de cofrade en La Estrella y la Vera Cruz.

¿Cómo es la vida de un novillero que aspira a llegar a torero?

Pues la que puede llevar todo el que quiera dedicarse a esto: un buen estado físico, hacer mucho deporte, toreo de salón y por supuesto ir al campo. Y lo que es más importante, la mentalización en los compromisos, es decir, sacar en los diez o doce minutos de una faena todos los conocimientos que tienes. Hay que aprovechar todas las oportunidades, especialmente las importantes como la que tuve en Roquetas de Mar. que te ofrece el toro: tirar la montera y que sea lo que Dios quiera, asumiendo  el peligro y el riesgo y todo lo que tenga que pasar.

El miedo, ¿otro enemigo a vencer cuando está en la plaza?

Más que el miedo al dolor físico se impone el miedo a la decepción; podemos llamarlo responsabilidad ante el reto que tienes por delante.

Está a punto de acabar una Ingeniería, ¿pero su pensamiento profesional vuela a los ruedos?

Totalmente. Es lo que me gusta hacer en esta vida. Me encantaría vivir del mundo del toro; ese es mi objetivo. No obstante me he formado en la universidad para tener salida en el caso de que salgan mal las cosas.

Javier López Peregrino durante la entrevista.   MANU GARCÍA
Javier López Peregrino durante la entrevista.   MANU GARCÍA

¿Cómo se compagina prepararse para torero con unos estudios que no son nada fáciles?

Con mucha capacidad de sacrificio. No llevo la vida que puede llevar cualquier universitario o joven de mi edad. Paso poco tiempo con mis amigos; todo el tiempo lo tengo que dedicar a los estudios y al entrenamiento, tres o cuatro horas diarias. Me privo de salir de ocio o tener tiempo libre. No me arrepiento; si miro atrás veo que casi he acabado los estudios lo que supone que, en mi caso, no se da el dicho ‘el que estudia no torea o el que torea no estudia’. El sacrificio ha merecido la pena y sobre todo esa condición que me pusieran mis padre de que estudiara para darme rienda libre a dedicarme a esto.

¿Sus padres tienen reparos o miedo?

Totalmente. De hecho no querían; el día que me retire les daré una alegría. No obstante, si mi padre desde el principio me lo prohibía, ahora está totalmente volcado conmigo. Gracias a él, los ganaderos se portan muy bien conmigo en el campo, los profesionales me amparan gracias a él. Mi mejor amigo es mi padre.

Lo suyo, por tanto, es una vocación contra viento y marea.

Es una vocación porque es una forma de ser, de pensar, de entender la vida y de sentir. El que consigue por una vez sentir el toreo lo va buscando durante toda su vida. Es tan bonito lo que siento que sería una pena dejar de hacer lo que me gusta. Es amor por la tauromaquia. Antonio Bienvenida dijo que los que comienzan en la profesión deben enamorarse profundamente de ella y así estoy yo.

Saludado por aficionados que lo reconocen en la calle.    MANU GARCÍA
Saludado por aficionados que lo reconocen en la calle.    MANU GARCÍA

Dice el refrán que quien no tiene padrino no se bautiza. ¿En los toros quien no lo tiene no tiene nada que hacer?

En parte sí. Ahora en los comienzos es necesario tener una preparación que requiere una inversión; aquel que tiene capital pues acelera esa preparación. En mi caso por los contactos soy un privilegiado, más que por el capital que puedo tener. Todos buscamos a ese o esos padrinos. Un empresario o un apoderado que apueste por nosotros es complicado que aparezca porque es una inversión a ciegas, a largo plazo. Hoy no surgen estrellatos rápidos; va todo más despacio y el que invierte en ti tiene que ser por amor al arte. Por eso hoy no se ven novilleros que de la noche a la mañana están triunfando.

Esa preparación dice que es muy cara. ¿En qué hay que invertir?

Simplemente es un traje de torear nuevo a la medida tienes que gastarte entre 3.000 y 4.000 euros. Un capote vale más de 300 euros, una muleta unos 200, las espadas están entre los 500 o 600 euros. En gasolina, imagínate lo que hay que gastar para ir a los tentaeros, los viajes a las corridas… y ya ni hablar de lo que cuesta comprar dos o tres toros para torearlos en el campo y matarlos a puerta cerrada, algo que muy pocos se lo pueden permitir.

Hay muchas voces contra la fiesta nacional, sobre todo por los animalistas. ¿Es más difícil ser torero peleando contra esa corriente?

Es más difícil ser torero porque ahora hay menos novilladas, que evidentemente se puede deber a la corriente animalista. En parte porque además se dan menos espectáculos por la crisis. Si nos remontamos al año 2000 un torero podría torear unas 120 corridas. Eso era así porque en todos los pueblos se daban espectáculos; del mismo modo que la Pantoja no va ya a los pueblos a cantar. Los ayuntamientos han recortado. En cuanto al movimiento antitaurino pienso que ha bajado o se ha normalizado. Creo que lo que más hay es desconocimiento del mundo del toro; hay más personas a favor que en contra de la fiesta.

¿Se ha politizado lo taurino?

Sí y es una pena. Esta fiesta siempre ha sido del pueblo, es decir, que se puede encasillar más en la izquierda política que en la derecha, que ahora apoya más el toreo; la izquierda es más radical en contra. En Jerez, en 2017, la escuela taurina se cerró por motivos políticos. Insisto en que cerró no por quitar la subvención municipal, se obligó a cerrarla. Por ese motivo tengo que ir a la escuela taurina de San Fernando. Esto que sucede no es democracia.

'Peregrino' sueña con el día de su alternativa.      MANU GARCÍA
'Peregrino' sueña con el día de su alternativa.      MANU GARCÍA

Y se da la circunstancia de que Jerez tiene muchos jóvenes aspirantes que quieren aprender.

De hecho tengo compañeros que están en las escuelas de Sevilla, Ronda, El Puerto, dado que en tu ciudad no tienes donde entrenar.

¿Cuánto le queda para ser torero?

El toro no pide carné de identidad. Ahora han triunfado Juan Ojeda y Pablo Aguado. Los dos tienen 32 años; los dos triunfaron antes de la pandemia. Aguado no tomó la alternativa hasta que tuvo 27 años. La edad para ser torero no es un condicionante como sucede en el fútbol. Ahora soy novillero sin picadores. El año próximo lo seré con picadores. Una vez que toree 24 novilladas con caballos entonces puedo tomar la alternativa y ya soy torero. Eso no significa que vayas a todas las ferias. Eso depende ya de tu apoderado, de tu calidad, de tu capacidad para triunfar.

¿Sueña con ese día?

Totalmente pero ahora toca soñar a corto plazo con los compromisos más inmediatos; poder expresarme delante del animal como lo hago en el campo y en mi preparación.

Sobre el autor:

KIKO ABUIN 1

Kiko Abuín

Periodista.

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Comentarios (1)

Manu Hace 1 año
Menudo sinvergüenza con el que la gente normal tenemos la desgracia de compartir espacio en este pueblo. Psicópata.
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