Álvaro Ordóñez, 'el Hulk jerezano' campeón del mundo: "Esto no se hace por gustar; me siento bien conmigo mismo"

Para empezar, dígame, por favor, estatura y peso.

Mido 1,78 y en competición suelo rondar los 90 kilos.

¿Cómo llega al fisioculturismo en Jerez?

Con once años le pedí a mi padre mancuernas y remos, y empecé con mis primeros pinitos en musculación. Me apunté al gimnasio de la calle Zaragoza, Fudoshin, donde hice artes marciales y empecé a tocar las pesas.

Hoy en día, algunos se llevarían las manos a la cabeza por empezar a levantar pesas de preadolescente.

Siempre recomiendo que se haga el deporte que motive a la persona. Se pueden poner ejercicios específicos para todo el mundo según su condición, sus lesiones o su edad. Es un mito eso de que corta el crecimiento. Si no, ¿cuánto debería medir yo? ¿Dos metros?

¿Se fue a Madrid por su deporte?

Me fui en 2008 porque conocí a una chica tras divorciarme. No salió bien, pero decidí salir adelante a pesar de que me habían dejado tirado allí. Llevo 15 años y quiero volverme a Jerez, porque la tierra siempre tira. Yo tengo allí mi trabajo, soy representante legal en juicios para una empresa de seguridad privada. Me pongo el uniforme, como mucho, cinco o seis veces al mes.

Veamos, estoy en la crisis de los 30 y con la pandemia me pesa mucho el culo. ¿Sabe de alguna fórmula para que otro haga deporte por mí?

No hay nadie, eso tienes que hacerlo tú. Ve al gimnasio, apúntate, paga tres meses y oblígate así a ir. Ten paciencia, fuerza de voluntad y piensa que las agujetas son algo transitorio.

No me imagino que haya usted estado en mi situación nunca, tan fuera de forma.

La única vez fue en el confinamiento. No hice nada de ejercicio porque me dio mucha pereza y me quedaba en casa viendo tonterías en el ordenador, fue una locura.

"Al volver al gimnasio tras el confinamiento estaba fuera de forma como tú"

Pero le dio tiempo a volver.

Terminé de competir en diciembre de 2019 y en ese plazo de descanso llegó el cierre. Cuando volví al gimnasio, me dolía todo, no tenía fuerza, parecía un principante. Estaba como estás tú.

Por pura ignorancia, pero me lo imagino comiendo solo latas de atún y bebiendo batidos de proteínas.

Eso es otro mito más. La gente come, pero cuando haces deporte de competición, no comes, sino que te alimentas, y comes lo que necesitas. Yo no siempre como lo que puedas comer tú. Como una cantidad concreta de hidratos, proteínas, como huevo, ternera, arroz, boniatos...

Pero lo de la proteína sí se nota.

Es fundamental comer ternera, carne, huevo, y los hidratos que te dan energía. Hay que echar gasolina, el cuerpo es como un coche.

También me lo imagino echando horas y horas en el gimnasio.

Para nada. Dedico hora y media diaria, incluyendo el cardio.

¿Entonces?

El físico se consigue en la cocina, no en el gimnasio solamente. Eres lo que comes. Yo tengo volumen, pero cuando restrinjo ciertas cantidades, esa parte del cuerpo que se consume es la que permite que veas la figura de la competición. En el gimnasio esculpes, empiezas con un trozo de piedra. Cuando como, me pongo hecho un tonel, pero no comiendo hamburguesas, sino lo que te decía antes. Debajo de esa grasa que genero es donde está el músculo. Yo hago seis comidas diarias, por siete días, son 42. Si haces tres malas comidas de las 42, ganan las buenas comidas. Pero si son 30 comidas malas, el cuerpo lo nota. No te comas media barra de pan con los garbanzos de tu madre cada día, que está bueno, sí, pero deja eso para días esporádicos.

Vivimos en una sociedad del culto al cuerpo, pero ya los antiguos decían lo de mens sana in corpore sano, porque uno no está bien mentalmente si no se cuida.

Porque todo va unido. Competir, puedes competir si te apuntas, pero para ganar, necesitas también un nivel mental frente al estrés, para lograr hacer algo.

Habrá visto transformaciones en estos años a lo bestia.

He visto lo que llamo estrellas fugaces en el fisioculturismo, porque son todo químico. A los tres meses de competir no tienen músculo. Por mucho que dejes una preparación, se nota cuando hay tanta química, y es un error.

¿Se hacen muchas locuras?

Hay mucha desinformación. Gente que piensa que con cuatro pinchazos logras ese cuerpo. Y no. Es esfuerzo, alimentación, descanso, disciplina... El culturismo tiene mala imagen, de gente fuera de lo normal que excede los límites. ¿No exceden los límites los ciclistas que con 60 kilos se hacen grandes etapas cada día, incluyendo tanta montaña? Hay médicos que dopan sin que se dé positivo. Eso todo el mundo lo sabe. Pero, si al final en este deporte no has hecho las cosas bien, se acaba notando.

No sé si se siente el Hulk jerezano.

A mí me conocen muchos por El Van Damme, porque hacía artes marciales antes de dedicarme al fisioculturismo y no se me daba mal. Aunque no tengo esa mala leche de ese Van Damme de las películas.

Nunca es tarde para nadie ponerse en forma y muscularse, ¿no?

Lo que necesitas es fuerza de voluntad, motivarte. Muchos piensan que nuestra motivación es gustar, y no es así para nada, yo practico fisioculturismo para sentirme bien conmigo mismo, no para los demás. Hay quien hace deporte cuando ya tiene una enfermedad. Evítalo cuidándote, cuida tu cuerpo.

¿Cuánto ha echado al tanque la última vez que fue a una gasolinera?

En una semana en Jerez, ya he gastado 250 euros. Me está costando más que la comida. 

Un plato de verano.

Un buen salmorejo. Eso no lo perdono. No puedo ahora, estoy a tres semanas de competir, sufro al abrir la nevera ahora que estoy en casa de mi madre en Jerez. Abres la nevera y hay mil helados, yogures. Me siento como cuando entra el diablo en una iglesia, lo paso muy muy mal.

Un lugar para perderse. 

La Sierra de Benamahoma. Estuve hace unos días con mi mujer, mis hijos, mis perrillos, y me encantó. No me gusta el bullicio, sí la playa, pero no que haya tanta gente. 

Puesta de sol o amanecer, y dónde.

Prefiero puesta de sol. Amanecer no, porque el verano es para descansar.

Un libro o película para el verano.

Kickboxer, de Van Damme.