Morreo, un guateque andaluz del siglo XXI: otra 'Fiesta Nacional' es posible

El grupo formado por Germán y Joseca acaba de sacar su primer LP, donde aúnan sonidos añejos de arraigo cañí con pop electrónico y naif. El próximo sábado, 5 de marzo, tocan en la sala Velvet de Málaga

Morreo en sus últimas fotos promocionales en Madrid.
Morreo en sus últimas fotos promocionales en Madrid. Sharon López

Germán Marchena y Joseca Luna (Cádiz y Doña Mencía, Córdoba, 1995) se conocieron por Tinder, se hicieron pareja y al poco montaron Morreo, un grupo andaluz, residente en Madrid, que empezó a hacer canciones durante la pandemia, tiempo que aprovecharon "para escuchar música a tope". Antes de la llegada del covid, reconocen que hacían un tipo de música muy alejada a como suenan en la actualidad, entre un sorbo de Mirinda y un pegote de crema Nivea bajo el sol.

Acaban de publicar su primer disco Fiesta Nacional, que pretende resignificar toda connotación casposa -y por qué no decirlo- franquista del concepto, de la señalada fecha. El próximo sábado, 5 de marzo, bajan a Málaga para tocar en la sala Velvet en la presentación del festival Oh See. Además, acaban de grabar en los conciertos de Radio 3 y comienzan su gira a partir de abril hasta septiembre.

Estos 'viejóvenes milenials' recuperan la estética y los sonidos que bailaron sus abuelas y sus abuelos, pero con cadencias actuales. Sus letras naif de amor de verano consiguen retrotraer a los tiempos donde Karina y Marisol eran iconos, pero una pareja LGTBIQA+ no podía vivir su orientación con libertad. 

Un cordobés y un gaditano con un grupo llamado Morreo. Tiene que haber una explicación...

J: Nos conocimos en Tinder y el nombre del grupo surgió de una forma muy natural. Estábamos en Cádiz esperando el catamarán para ir al Monkey Weekend. Al principio nos íbamos a llamar Gotelé, que es la palabra favorita de Germán, pero nos metimos en Spotify para ver si ya estaba pillado y había bastantes grupos con ese nombre. 

G: La gente se espera que sea por algo súper romántico o con mucho transfondo, pero en realidad salió de manera espontánea.

En vuestra banda prima la estética y los sonidos 60s, algo poco habitual en vuestra generación, que parece recuperar la moda de los 90 y 00s. En este sentido, Morreo rompe con este paradigma

G: Nace tanto de la música que escuchamos como de la música actual que bebe de los 60 y los 70. También era una forma de escapar de esa década de referencia musical que para nosotros está bastante quemada como son los 80. Queríamos hacer el ejercicio de cómo sonarían grupos de los 60 en la actualidad, pero con referencias de ahora.

Vivís en Madrid. ¿Notáis algo de esa andaluzofobia que tanto se señala últimamente? Aunque esta realidad no sea nueva

J: Es algo que siempre ha estado ahí, pero existen picos dentro de esa andaluzofobia. Obviamente hay, porque de Despeñaperros para arriba todo se entiende diferente. Es otra España, hay otra manera de mirar y otro ritmo. Para mí, ese otro ritmo, quizás no tan rápido, resulta positivo. No porque una persona se eche la siesta es o parece andaluza, pero el simple hecho de echársela ya es un acto político, incluso anticapitalista. En Andalucía definitivamente se tiene otro ritmo de vida muy diferente al de Madrid.

G: La única vez que he sentido esa discriminación ha sido en el ámbito laboral. Cuando cumples tu jornada laboral de ocho horas y te vas a la hora que corresponde, pero te reprenden el hecho de ser andaluz o cómo se nota que eres andaluz. Y aunque te lo digan de coña... No comparto ese culto por echar horas extras gratuitas y sin sentido que hay aquí.

J: Sobre todo existe andaluzofobia en el ámbito administrativo. Cuando vamos al médico o a pedir cualquier papel, por ejemplo, si no eres de Madrid te matan con la mirada. Y es curioso, pero dentro de nuestro círculo de amigos aquí, no hay nadie de Madrid. 

Sin embargo, en el plano músical, cada vez son más las bandas emergentes andaluzas que están copando carteles de festivales de toda índole

J: Siempre ha habido bandas y artistas de Andalucía, pero es cierto que ahora tienen más presencia porque ha habido una tendencia a la reivindicación de ciertos sonidos, como puede ser el flamenco. Ese valor es lo que ahora están buscando festivales y promotores. 

G: A día de hoy, en el ámbito musical, se busca ese sello andaluz. Y no solo en Andalucía, también está pasando con artistas como Rodrigo Cuevas con su folclore asturiano. Puede que resulte algo superficial, pero sacando el lado positivo, se le está dando una visibilidad que hace diez años dudo que hubiese funcionado. Otro ejemplo en Andalucía serían los Derby Motoreta's Burrito Kachimba

¿Qué pensáis sobre ese movimiento identitario cultural que ha aflorado en Andalucía y en otras regiones consideradas "minoritarias"?

G: Me parece muy guay, aunque muchas propuestas se estén comercializando, como por ejemplo las Tanxugueiras que cantan foclore gallego y han triunfado en un programa como el Benidorm Fest. Me parece una herramienta bastante importante para reivindicar lenguas, folclore y cualquier identidad.

J: También tiene que ver con el centralismo. Aquí en Madrid existen distintos tipos de música, hay movimientos que surgieron aquí, pero realmente no se ha explotado tanto o no le han sabido dar tanto recorrido como lo han hecho en el extrarradio. Cuando alguien empieza a hablar de un sonido propio o de una comunidad, te das cuenta de que en Madrid no lo hay. Sí, tienen el chotis, pero no hay un estilo propio.

G: Madrid lo que hace es funcionar como escenario. Madrid pone el espacio y da cabida a todo el mundo que tenga voz.

Os han llegado a comparar con Juan y Junior. ¿Esto es un piropo para vosotros?

J: Para nosotros es un piropo. El otro día hablábamos de Cher en un programa de radio y quisimos reivindicar a la Cher anterior a los 80, porque en lo 60 tenía unos sonidos increíbles. La gente olvida, o como sigue evolucionando, parece que esa etapa no existió. Yo creo que Juan y Junior fueron dos tíos muy majos en su momento y que te comparen con un tipo de música tan sesentera, nos pone contentos. 

Vuestro primer disco se titula Fiesta Nacional. Esto puede leerse de muchas formas...

G: Pusimos FIesta Nacional porque queríamos un nombre que fuese tentador y que tuviese esa parte más provocadora. El disco es sencillo con letras muy naif, tontas, románticas y empalagosas, bastante pop, y para que no quedase tan plano buscamos ese contrapunto. Como hablamos de la fiesta y de los guateques de los 60, quisimos darle ese pequeño toque político con una vuelta.

J: Dotar de una nueva lectura a esa fiesta nacional. Que no quedase solo en un genocidio y por lo que la conocemos todos, sino que ensalzara esos sonidos que son propios de la España más casposa, pero que fueron un reto durante el Franquismo con su opresión y censura.

G: A mí me hace mucha gracias pensar qué hubiera pasado si dos maricones hace 50 o 60 años hubieran sacado un disco llamado Fiesta Nacional.

Siendo uno de Córdoba y otro de Cádiz... ¿Salmorejo o gazpacho?

J: Salmorejo

G: Como base el gazpacho, pero como un salmorejo bueno es difícil de conseguir, si está muy bien hecho, el salmorejo.

En vuestro disco hay referencias musicales muy diversas. ¿Cuáles han sido vuestras fuentes de inspiración?

J: Lo que hicimos fue recuperar los sonidos propios de los 60, casi todos muy orquestales, y trasladarlos al siglo XXI. Después de un buen análisis, parte de los sonidos los hicimos con un programa que básicamente consiste en digitalizar una orquesta. Así que gracias a la BBC London Orchestra pudimos hacer eso y fue muy divertido, porque tocabas la tecla de un sinte y sonaba como si una persona estuviese tocando un instrumento. Todo eso metido luego con guitarras más cañís, tipo Los Brincos o Los Bravos, y bases electrónicas como Hidrogenesse o Ellos.

G: A nivel referencia, con el disco pensamos qué tipo de canciones queríamos. Por ejemplo, la típica canción veraniega sesentera y cogimos de ejemplos a Los Diablos, Karina o Marisol. Sensación de salitre y viajar en coche. También hicimos una especie de ejercicio de bolero y una más oscura, o una balada tipo doo wop. Estructuramos el disco en base a las canciones que nos gustaría escuchar. 

¿Podríamos decir que Morreo lo puede escuchar tu abuela o tu prima de 20 años? Apta para todos los públicos

J: La edad de nuestros oyentes es de 30 para arriba, eso denota que somos un grupo que está llegando a gente más adulta y rompe con aquello de que la música se hace para gente de 18 años.

El invierno en Madrid,  ¿y el verano?

J: El verano siempre lo pasamos en Cádiz.

G: Acabamos de dar la respuesta más madrileña del mundo.

(ríen)

 

 

Sobre el autor:

Carmen Marchena

Carmen Marchena

Gaditana. Periodista feminista por vocación y compromiso. Empecé en las redacciones de Ideal Granada y Granada Hoy. He pasado por eldiario.es/Andalucía. Parte de El Salto Andalucía desde sus inicios. Tengo dos ídolas: mis abuelas Carmeluchi y Anita. Defensora de los Derechos Humanos y la Memoria. Sin más dilación, papas con choco o barbarie.

...saber más sobre el autor

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios (1)

José Hace 2 años
Notable artículo que refleja la carrera, prudente pero firme de un grupo que, de raíces sesenteras, nos ofrece una música muy fresca y actual. Enhorabuena a la articulista y a los articulados.
Lo más leído