'El tiempo entre criaturas' de Rocío Rubiales: "Casi ningún trabajo artesanal está debidamente pagado"

Lejos de ser una moda pasajera, la confección de los populares 'amigurumis', los muñecos japoneses de lana hechos a mano, siguen causando furor décadas después de llegar a España desde Japón

Rocío Rubiales, con algunas de sus criaturas de lana e hilo.
Rocío Rubiales, con algunas de sus criaturas de lana e hilo. CANDELA NÚÑEZ

Una moda que ha llegado para quedarse

Rocío Rubiales (Jerez, 1975) empezó a hacer amigurumis como terapia ante uno de esos golpes que te da la vida, y del que no sabes cómo evadirte, siquiera por unas horas. Pero Rocío no fue al psicólogo a pedir ayuda. Tenía el problema de salud en casa, pero decidió que tenía que ocupar la mente como fuera. Encontró una vía de escape, una puerta por la que salir a tomar aire fresco. Ese 'aire' tiene forma de muñeco hecho de lana, y se puede hacer prácticamente el que quieras: desde Harry Potter a una niña de comunión, un perro o una embarazada. No hay límites. Solo hace falta paciencia, tiempo y un mínimo de habilidad.  

El arte de tejer haciendo ganchillo y crochet, es una moda en auge que no ha quedado relegada exclusivamente al terreno de la moda o al de la decoración hogareña. Se ha extendido al mundo de los juguetes y de los peluches, llenando de color y fantasía la vida y los hogares de los miles de aficionados a fabricar estos personajes caseros y divertidos. 

Ya es un hecho que desde Japón nos llegan tendencias que tienen que ver con la cultura de la dulzura, lo tierno y lo entrañable como, por ejemplo, el Kawaii, el fenómeno por el que miles de seguidores coleccionan objetos y merchandising relacionado con Hello Kitty y otras criaturas. 

La nueva tendencia (aunque lo de nueva ya es relativo) es el Amigurumi, que consiste en fabricar peluchitos y sus muñecos a golpe de ganchillo y crochet; este tipo de ganchillo surge de la unión de dos términos japoneses: "ami", que significa ganchillo o punto y "nuigurumi", que significa peluche. 

Estos muñecos vienen de Japón, pero parece que son de aquí de toda la vida. 

Pues de Japón vienen, de los años 80. Yo empecé a hacerlos porque me entretiene y me evadía de un problema de salud de alguien muy cercano, pero ya aproveché para saber de dónde procedían, por qué no tienen boca... Muchas cosas que desconocía.

Pues si me explica lo de la boca...

Por lo visto es como si fuera tu mejor amigo, que sabe cosas tuyas, pero no las va a contar. 

Rocío Rubiales, en plena entrevista.
Rocío Rubiales, en plena entrevista. CANDELA NÚÑEZ
Esto se pone de moda en los años 80, en su país de origen, pero, ¿cuándo llega aquí?

Creo que a la parte occidental de Europa llegaría sobre los 90 o por ahí. Yo empecé hace tres años. 

"Esta moda llegó a esta parte de Occidente sobre los años 90"

¿Qué le llevó a ello?

Pues una situación familiar dura. A un familiar muy allegado le detectaron una grave enfermedad. Ahora la tiene controlada y está más o menos bien, pero es inoperable. Pero, lo quieras o no, la mente da muchas vueltas, y a mí, en lugar de un psicólogo, me vino muy bien el croché. Porque esto es el croché de toda la vida, lo que pasa es que la técnica se llama amigurumis. Pero en realidad es croché, cosa que, hasta ahora, yo no había hecho en mi vida. Es que las manualidades se me dan fatal. Pero esto te obliga a contar puntos, que si disminuye, que si aumenta... Te distraes mucho.  

Y ya no lo ha podido dejar.

¡Qué va! Es algo que es mío. Me sirvió de ayuda, pero ahora es que no lo puedo dejar. 

Usted no se dedica a esto, pero le hacen encargos algunas veces. ¿La gente es consciente del trabajo que tienen estos muñecos?

No. Yo cobro lo que me cuesta el material, que es caro: la lana, los hilos, los botones... Son muchas horas las que se le echan. Lo que pasa es que a mí me hace feliz. Esto no está pagado, pero como todas las cosas artesanales. Yo no cobro el trabajo que tiene, no podría pagarse.

¿El material siempre es lana?

Es lana. Las primeras cosas que hice eran de un material más malo. Ahora uso cosas de más calidad, lana, algodón 100 por cien... Ahora, además, tengo experiencia y las cosas están más conseguidas. 

¿Aquí hay algo más de paciencia, de habilidad o de las dos cosas? Yo es que no me veo haciendo nada de esto.

Son las dos cosas. Te puedes equivocar, tienes que desbaratar todo lo que llevas hecho, y a lo mejor es ya medio muñeco, cuando te das cuenta de que tienes que empezar otra vez, o casi. 

"Tienes que estar atento porque si te equivocas puede que tengas que desbaratar todo lo que llevas hecho"

Desde aquí estoy viendo ese muñeco tan gracioso para primera comunión. Dice que lo acaba de terminar. ¿Cuánto tiempo lleva un personaje como ese?

Teniendo en cuenta que tengo que llevar por delante la casa, las tareas con la niña, el colegio... Pues cuatro o cinco días. Depende también de qué tipo de muñeco. Por ejemplo, las niñas de comunión es algo más por el pelo, el vestido, que lo hago por separado, y se les puede quitar. 

¿Hay algún muñeco que le guste más que otro?

Me gustan todos. Para mí es un reto, sobre todo cuando me encargan algo. Me pongo a buscar en YouTube, miro patrones... Porque yo los patrones no los hago, hasta ahí no llego. Creo que las verdaderas artistas son las que hacen los patrones. 

Figuritas de un belén hechas por Rocío Rubiales exclusivamente confeccionadas con lana.
Figuritas de un belén hechas por Rocío Rubiales exclusivamente confeccionadas con lana. CANDELA NÚÑEZ
Aunque no hay más que ver la variedad que tiene aquí, a la hora de hacerlo, ¿le parecen todos iguales?

Los puntos más o menos vienen a ser lo mismo, lo que pasa es que cambia la forma.  

No hay mujer que no se enganche, nunca mejor dicho, a este tipo de cosas. ¿Qué tiene?

Imagino que lo vas haciendo, y como te va saliendo bien, lo que quieres es verlo terminado. Ahora estoy con un pastor alemán que va para Barcelona. Está a la mitad, pero estoy deseando meterle mano para tenerlo acabado. 

Sobre el autor:

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Juan Manuel Sainz Peña

Con más de 150 premios literarios nacionales e internacionales (Premio Iberoamericano de Novela, Verbum, 2019, finalista del Premio Juan Rulfo de novela en París, y ganador del Premio Internacional de Novela Bachiller Alonso López) es uno de los autores españoles más premiados de los últimos años. Ha dirigido programas en Onda Jerez Radio y colaborado con las emisiones locales de la Cadena SER. Del 2000 al 2004 escribió para Jerez Información. Desde 2003 hasta 2013, y de 2015 a 2019 fue colaborador y crítico teatral de Diario de Jerez.

 

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