Una historia de soledad
María Luisa es una señora entrada en años que vive sola, independiente, y que disfruta de la vida. Una conversación casual con el portero de la casa es el detonante para una sucesión de escenas que, con mucho humor y un tono entrañable, nos permiten descubrir de cerca el mundo de esta curiosa señora. Su piso, sus desplazamientos en transporte público por la ciudad, su merodeo ante la puerta de un salón de baile, las conversaciones telefónicas con su amiga Angelines…
María Luisa es la primera obra nueva de Juan Mayorga desde que asumió la dirección artística de La Abadía. Se trata de una comedia sobre la soledad, sobre la vejez, y sobre los difusos límites entre la realidad y la imaginación.
El papel protagonista recae sobre la experimentada actriz madrileña nacida en 1958, Lola Casamayor.
Casamayor ha realizado papeles tanto en teatro, cine y televisión. En televisión, son destacables sus apariciones en series como Hospital Central, donde encarnaba a Cecilia Schuman, una doctora chilena, Bandolera y Luis Miguel, en la cual interpreta a Matilde Sánchez, madre del cantante español Luisito Ray, y abuela paterna del cantante mexicano del mismo nombre. Apareció en la miniserie de Telecinco Vuelo IL8714 como pasajera, inspirado en el accidentado vuelo 5022 de Spanair en 2008. En cine, por otro lado, ha actuado en películas como Camino, que le valió un premio de la Unión de Actores, Solo mía o La voz dormida, entre otras. En teatro ha actuado en Lágrimas de cera, un homenaje a las víctimas del 11 M, la versión teatral de la película El graduado o El mal de la juventud, entre muchísimas más.
Creo que sí. Mucho más de lo que le gustaría. Añora cosas que le han pasado. Se lo intenta tapar a veces. Habla con el portero, se para con algún vecino con el que se puede enrollar en las escaleras o abajo. Lo que pasa es que antes María Luisa tenía más amigas, pero se van muriendo y la verdad es que solo le queda una. Y en cuestión de familia, lo cierto es que llega un punto en que se inventa la historia del personaje.
Le tienes que meter cosas por dentro para imaginarte. Ha llegado un punto en que me he imaginado que han venido mis sobrinos a verme a casa, que he acabado hasta las narices de ellos, y que ahora hay un punto de lejanía con la poca familia que me queda. Todo eso es invención mía.
Claro. Siempre le tienes que poner cosas. Ningún personaje está explicado en una obra de teatro, y para poder interpretar y hacerlo tuyo le tienes que meter más cosas, más historia; tener recuerdos que te ayuden a defender el personaje, a encarnarlo, a interpretarlo. Es de lo que se trata.
"Ningún personaje está explicado en una obra de teatro"
No, no. Siempre tomas decisiones en la vida. Eso que te he contado de la familia también hizo que se alejara un poco de ella. Es una soledad impuesta por cómo se da la vida ahora. Antes los mayores vivían mucho más dentro de una casa. Se vivía de otra manera. No se les aislaba. Ahora todo se vende para la juventud y sus voces son como antiguas.
Porque todo va evolucionando muy rápidamente, y todo el rollo tecnológico ha cambiado nuestra manera de vivir. Resulta que hay personas que tienen que movilizarse para que la tecnología no pase por encima, como aquel hombre que hizo lo posible para que a las personas mayores las atendieran en los bancos sin tener que pasar por los cajeros. La gente mayor se queda cada vez más atrás, sintiéndose fuera del mundo. Como si te pegaran una patada en el culo.
Pues sí, pero creo aun habiendo tenido en la vida historias amorosas que hayan sido estupendas y tal, puedes acabar muy solo. Pero al menos esos recuerdos los tienes, los has vivido. Ha habido muchas señoras que iban a misa, que tenían que ser vírgenes. Claro, son personas mayores que han sido educadas de una manera muy tradicional, con el Nacional Catolicismo en España y esas cosas que te iban creando cómo debías ser. Entonces puedes elegir ser como el camino que te van enseñando o salirte de él. Siempre vas eligiendo, pero lo tienes difícil de cualquier manera.
Sí. Hay un momento en que cada espectador vive la historia de una manera diferente. Y Mayorga, el autor del texto, tampoco deja todo tan claro. Quiero decir que lo deja todo abierto para que haya diferentes interpretaciones. De hecho, las hay, porque los coloquios que hemos llevado a cabo han dado a conocer cosas que se le han ocurrido a algún espectador que no hemos pensado nosotros antes. Cosas que no se nos habían ocurrido porque lo ha vivido de una manera diferente.
"La obra está abierta a todo tipo de interpretaciones"
Lo más difícil ha sido lo físico. En el sentido de que hay en la obra hay una escenografía que es muy minimalista, pero la obra transcurre en el metro, hay escaleras. Hay muchos espacios muy distintos que vas creando tú sin que haya nada. Hemos tenido alguien de movimiento para esas escenas, y a mí me gusta mucho hacerlo, pero ha habido un punto en que ha sido difícil hacerlo. Pero no solo eso. Es que hay momentos de soledad en ella en los que hay ligeras acciones físicas, pero hay silencios que denotan su soledad. Hay una historia que tienes que mostrar con pocas cosas y como si fuera cine mudo, por así decir. Me encanta haberlo hecho y lo disfruto, pero me ha resultado más difícil estar yo sola en escena teniendo que dar al público muchas emociones sin palabras, sin sonido ambiente.
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