Ida y vuelta de la música universal
La idea del músico y antropólogo Raúl Rodríguez (Sevilla, 1974) a la hora de editar un disco que fuera además libro era poner de acuerdo "la razón y el son", según sus propias palabras. Cree que este tercer disco, además, tiene un contenido importante de auto antropología, donde el sujeto que se estudia es el mismo Raúl.
Este tercer y último disco que cierra la trilogía, La razón eléctrica, es continuación del primero de la colección, Razón de son, y el segundo, La raíz eléctrica, que hila en los orígenes de la música flamenca y ese sistema cultural que el propio Raúl Rodríguez denomina Caribe Afroandaluz. Santiago Auserón, mítico vocalista de Radio Futura, deja claro el trabajo del músico nacido en Sevilla: "Está tomando el testigo de la invención en la música popular española".
Continúa con la misma tónica que el primero de esta trilogía que yo llamo antropomúsica creativa de los cantes de ida y vuelta. Tiene que ver con nuestra música flamenca como una música participante de un sistema cultural que podríamos llamar el Caribe Afroandaluz.
Lo que busca es una manera de vincularnos con aquella cultura que de una manera u otra ya está en el origen del propio flamenco, con culturas americanas y africanas. Cada trabajo representa un paso en ese procedimiento, mezclando las dos dinámicas, la de la interpretación y la de la creación. Razón de son es la tesis, La raíz eléctrica es la antítesis, y La razón eléctrica es la síntesis donde recojo la ideas que creo que son más válidas y terminantes para cerrar este trabajo.
Desde luego. Una cosa ayuda a la otra. Recuerdo un testimonio de Gilberto Gutiérrez, un músico mexicano del grupo El mono blanco que decía: "Tocar está muy bien, pero nosotros queremos saber". Hay una parte de la música, en cuanto a que estamos trabajando con una parte del pasado, que son fondos públicos. Creo que tenemos la obligación de saber más cosas más allá del relato oficial de cada una de las tradiciones, sea flamenco, son cubano, tango argentino, o jazz de Nueva Orleans.
"Tenemos la obligación de saber más allá del relato oficial"
Eso nos da un testimonio mucho más poderoso del que nos han contado sobre el flamenco.
Claro. Y más centrado en lo local. El foco puesto en lo que hay ahora mismo en Andalucía. Y Andalucía fue durante cientos de años un puerto importantísimo en contacto con todo el mundo. Para mí es imposible pensar que nuestra música no ha tenido aportaciones de otras culturas.
Yo tengo la idea de que la música, realmente, es la última tierra libre que nos queda y donde podemos convivir todos. A veces nos llegan a través de la música testimonios de una convivencia multicultural mucho más poderosa de lo que pensamos. Hay un lenguaje entre todos estos puertos y una trama subterránea de todos estos ritmos, de danzas, de motivos y formas de cantar; de formas de hacer los ritos, de ritualizar la música, de vivirla, de experimentarla.
Es que todo esto nos vincula con unas razones más poderosas de lo que hemos imaginado siempre. Todo lo que se ha ido descubriendo en los últimos años hay que ir poniéndolo en práctica.
"Las cosas que se han descubierto en los últimos años hay que ponerlas en práctica"
Es una labor como dices, de investigación, pero no lo he fabricado yo, sino un luthier de Jerez, Andrés Domínguez, que ha desarrollado su trabajo en Sevilla. Es un modelo de instrumento diferente.
Es que en realidad, los instrumentos son los que crean los géneros y lo hacen sin un concepto previo. Las cosas pasan y después les ponemos el nombre.
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