Dar con la tecla
Creo que el afinador de pianos se gana con todas las de la ley el título de mago. Un servidor, que ha visto durante medio siglo afinar pianos (sigo sin enterarme de nada de cómo se hace), disfruta con esta labor artesana, de una minuciosidad enorme, donde el afinador trabaja sin ninguna prisa, desgranando las notas, poniendo los cinco sentidos, más el sexto, que es el que emplea Pepe Sánchez (Jerez, 1962) al igual que otros compañeros de profesión que se dedican a que lo que suene muy bien, suene perfecto, y a lo que suene regular, suene también perfecto (salvo que el piano en cuestión esté para tirar).
Sánchez está en la cuarta generación de afinadores. Una labor que empezó su bisabuelo cuando los primeros pianos fabricados en España empezaban a llegar a muchas partes del país. Desde entonces, han evolucionado: "Cada vez están mejor hechos y se necesita menos gente para hacerlos", dice Pepe.
Esto empezó con el abuelo de mi padre, con unos pianos nuevos que se empezaban a fabricar en Barcelona. Eso fue entre 1880 y 1890.
Sí, las primeras eran Bernareggi, que eran de familia italiana pero estaban afincados en Barcelona.
Sí, porque ha gente los tiene como un recuerdo de familia y les suelo llevar el mantenimiento. Después empezaron otras fábricas en Barcelona, Stela, una fábrica importante. Luego llegaron las fábricas más fuertes, las más potentes en Barcelona, los Ortiz & Cusso que hoy en día serían Yamaha y Kwai. De hecho Ortiz & Cusso hay unos pocos todavía.
No. Hoy en día el piano va evolucionando más, los materiales son mejores, hay menos mano de obra, no hace falta tanta. Yo incluso he visto vídeos de Steinway & Sons que son un maravilla. Son pianos con una sonoridad espectacular. Obviamente uno pequeño tiene menos calidad que uno grande, ya estamos hablando de otros precios. Además, los gran cola tienen unas cuerdas mucho más largas, lo cual quiere decir que es un sonido con mucha más potencia. Los hay con las cuerdas mucho menos largas, como es un medio o cola o un vertical, por supuesto. Las diferencias más o menos están por ahi.
Es acero al carbono, un cable acerado al carbono. Eso se parte con los años o con un mal uso, o si se llega a tensar la cuerda más de la cuenta, o que venga con un defecto de fábrica y se pueda partir, pero vamos, por regla general, una cuerda dura entre 50 y 70 años. Se mantienen como nuevas.
"La cuerda de un piano puede durar entre 50 y 70 años"
No, está el desajuste. De un año para otro el piano en un teatro lo tocan varios músicos y se desajusta. Hay que volverlo a ajustar. El desajuste de un piano suele ser el problema entre el teclado y la mecánica. Hay unos tornillos que se desajuntan y es cuestión de ir viéndolos.
Con los pianos que son malos, malos. Pero eso le pasa también a los coches que son malos. Había pianos que venían de Rusia, que eran los Cherny. En aquella época se mantenían ahí, pero ya teniendo muchos años, si no le duele aquí le duele allí. Y es que hay pianos que hay que arreglarlos porque la gente no tiene otra cosa. Hay que atenderlos.
En un bar. Eso es lo peor. Le ponen las bebidas encima; o el pianista que le pone el cigarrito apoyado en las últimas teclas, mientras fuma o no. También le caen bebidas adentro. Hay pianos a la intemperie, que te los encuentras en un terraza. Son pianos a los que les da directamente el sol o la lluvia. O un piano que se queda abandonado en un trastero y le entran ratones... Esos son maltratos a los pianos. También si están muy currados, es porque lo han usado mucho, o dejado en un rincón sin usarse.
Depende. Si va a costar más el collar que el galgo... Si un es un gran piano y ha tenido un maltrato medio, pues a lo mejor es caro recuperarlo, pero merece la pena.
No hay tantos porque no hay tantos pianos. No es como las lavadoras, que hay muchas y, por lo tanto, necesita de muchos técnicos. Fíjate, por ejemplo en Sevilla, con todo lo grande que es, pues solo hay dos o tres. Yo estoy para toda la provincia.
"No somos muchos afinadores: en Sevilla solo hay dos o tres"
Como empecé con mi padre y él se hizo con un par de pianos de cola, pues sí que empezamos también con eso. Por aquel entonces se empezaban a crear las delegaciones de Cultura, se crearon en los ayuntamientos, que son los que organizan los conciertos. A partir de ahí te tienes que hacer un equipo para transportar el piano. De todas maneras, el que ha afinado o ha trasteado con pianos, siempre lo ha tenido que transportar. Unos son más complicados, otros menos. El piano no lo puedes bajar por unas escaleras, para eso hay que poner algo parecido a un trineo. Antes se les pone su funda y su correa para que viajen protegidos.
Sí, cuando la protagonista es lírica, lo que hace el pianista es acompañar, porque la protagonista es la cantante, y él lo que va es un poco de acompañante. En el jazz tiene muchas veces más protagonismo y se le da una buena paliza.
Verás, el otro día venía un gran concertista a una sala en Cádiz. Le habían dicho en Málaga que el piano era muy malo, que estaba hecho polvo. Y claro, el hombre venía nervioso. Yo le dije que le ponía uno de los míos. Era normal que estuviese preocupado.
Después de tantos años, algo acabo entendiendo. Pero después ahondas y hay miles y miles de obras.
No, nada. Me acuerdo una vez que terminó un concierto de jazz en El Puerto, con cosas de fusión. Se me acercó un crítico musical de la UCA, y me dice; "Pepe, ¿te ha gustado?". Y le dije que si llego a saber los porrazos que le da al piano ni lo afino.
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