Pablo López, una meteórica carrera pinchando y produciendo música: de Jerez a Los Ángeles

El productor jerezano, partiendo desde cero, ha emprendido una trayectoria deslumbrante en el mundo de la música, que estos días le lleva a la Costa Oeste de Estados Unidos, tras su paso por Argentina

El jerezano Pablo López, poco después de la charla.
El jerezano Pablo López, poco después de la charla. CANDELA NÚÑEZ

Cambiar los estudios de Publicidad por la música

El tópico (o topicazo) del artista hecho a sí mismo vale para Pablo López (Ferrol, 1996), porque se ha formado según su intuición y sus ganas. Siendo muy pequeño, se mudó a Jerez, donde pasó toda su infancia.

Desde los tiempos universitarios pinchaba música y hacía sesiones, pero de forma un poco rudimentaria. Después se fue a estudiar Publicidad a Segovia y cuando iba a entrar a tercero de carrera, se puso a hacer cosas más en serio: "Me puse con la música y a ver tutoriales como un enfermo", dice textualmente.

A los dos años ya había conocido a mucha gente por internet, así que Pablo decidió irse a Madrid a probar suerte. Nada más llegar empieza a trabajar en un estudio haciendo un disco. A partir de ahí fueron saliendo más cosas: firmó por Universal Publishing. Aparte, la música con la intérprete jerezana Judeline funcionó bien; empiezan las giras por festivales, y ya este año, el éxito fulgurante: primero a Argentina y ahora a Los Ángeles para terminar el primer álbum de estudio de Judeline. Una proeza gestada en poco tiempo. 

¿Usted empezó a pinchar música por su afición a pinchar, o por su afición a la música? ¿Fue antes el huevo o la gallina?

Fue por afición a la música. Yo creo que era la manera de meterme en algo que me gustaba. Yo empecé con un móvil y un cable con su jack de entrada, poniendo las canciones en una fiesta con un colega. A partir de ahí me dijo: "oye, vamos a pinchar". Así que nos compramos una mesita de mezclas de 50 pavos y empezamos a pinchar en fiestas o en La Comedia, por ejemplo. Fue un día que nos dejaron, y mucho era. Al final terminé en mi casa haciéndome sesiones, y el hecho de hacerlo en mi casa, con unos altavoces que se escucharan "gordo", era... Me importaba más escucharme yo, que lo que estuviesen escuchando los demás.

Se marcha a Segovia a estudiar Publicidad. Ahí "me da la picá", afirma usted, y se pone a ver tutoriales de forma casi enfermiza, según dice también. ¿Tan fuerte le dio?

La verdad es que sí. En segundo de carrera tenía un programa, y tenía un par de colegas, sobre todo Álex Hierro, que fue el chaval con el que empecé en Jerez a pinchar. Él empezó a producir un poco antes que yo. Eso era una motivación extra, porque yo lo había intentado un par de veces, pero me parecía inalcanzable, imposible. Eran muchísimas cosas en el programa que yo utilizaba. Decía que yo no iba a ser capaz de hacer esto nunca.

El productor musical Pablo López, días antes de marchar a Los Ángeles.
El productor musical Pablo López, días antes de marchar a Los Ángeles. CANDELA NÚÑEZ
 
 

"Cuando empecé todo me parecía inalcanzable, imposible"

Pero fue capaz.

Me dije que tenía que ponerme, mínimo, todo un año en serio, por lo menos una hora al día, absolutamente todos los días. Empecé a enumerar todas las instrumentales que había. En un año no eran ideas terminadas, pero me hice como seiscientos y pico. Cuando pasó este tiempo supe que iba bien. Fue en agosto de 2017 cuando empecé a full.

Pero usted, a falta de una asignatura, casi acabó la carrera. Es decir, la música no interfirió en sus estudios.

En su momento, tenía la cabeza centrada en la música, pero es cierto que la carrera tiene muchas cosas que se comparten con la música, con la creatividad. Los proyectos finales podían ser con algo de música, o movidas de diseño sonoro. Siempre había una vinculación.

Llega a Madrid y besa al santo. 

Es que en 2018, en un concurso de una cuenta de Instagram, donde ellos te daban una canción, se hacía algo parecido a una ronda con los productores más conocidos del país. Se les daba un ensamble, una muestra. Cada productor hacía su instrumental y sus movidas. Se daba un drum kit, que es una carpeta con baterías, bombos, cajas y un montón de elementos. Tú tenías todo eso para hacer tus cosas, tu instrumental. Eso a mí me motivaba muchísimo. Me parecía la hostia. Yo llevaba como un año produciendo y era lo que más me incentivaba. Le hablé al chico que llevaba esto, y no sé cómo, hizo una movida con uno de los ensambles que había mandado, sin yo saber la ronda ni estar convocado. Le gustó mucho y se abrió una ronda en la que cualquiera podía participar. La cuenta tenía como mil seguidores, pero para mí era la Champions. 

Pero enseguida llegaron las giras y los festivales. Es que le fue todo rodado y a toda velocidad.

Todo fue muy rápido, pero también es verdad que antes de llegar a Madrid conocí a mucha gente, uno de los más importantes es mi compañero de piso y con el que hago todas las cosas ahora. Quedamos finalistas de ese concurso. Estando en Segovia empecé a ir a Madrid algún fin de semana. Saltándonos un par de años en el tiempo, llega toda la movida de la pandemia. 

En ese tiempo conoce a la jerezana Judeline.

La conocí por Instagram y empezamos a currar. Cuando acabó la pandemia, tanto Judeline como mi compañero Pablo, me dijeron: "Vente para Madrid, hay un cuarto aquí. Vente ya y no te vuelvas a Jerez, porque ahí te quedas en un boquete". Y llevaban razón. Seguramente aquí no sabría por dónde iba a tirar mi vida ni nada. 

De Jerez al resto del mundo: el jerezano Pablo López, después de la entrevista.
De Jerez al mundo: el productor musical jerezano Pablo López, después de la entrevista. CANDELA NÚÑEZ
Hay una frase de usted: "todo se salió de madre", que a mí me parece fantástica, y que creo que viene a reflejar este éxito fulgurante e inesperado. 

Todas esas cosas las venía hablando con mis colegas al volver de un viaje. Todo, obviamente, ha sido progresivo, pero sí que es verdad que en lo que nos ha pasado ha habido mucha suerte. Hemos currado, pero el factor suerte influye en las cosas. Eso es superimportante. Me da la sensación de que en mi carrera musical he ido saltando la escalera de cinco escalones en cinco escalones, luego siete, luego veinte. 

"En todo lo que me ha pasado he tenido mucha suerte"

Pero si no hay una base, con tanto salto, al final, lo que haces es pegártela, ¿no?

Suerte puedes tener muchas veces, pero tiene que ser que estés ahí a tope, dándole a la maquinaria para que no pare eso. Todo depende. Me pueden haber llegado oportunidades en mi vida en las que yo no he estado currando y no he podido aprovecharlo ni tirar para adelante con eso. 

¿Hay techo para Pablo López?

A ver. No sé. Yo centraba mi máximo éxito en que una canción mía estuviese en Spotify. El techo sube mientras vas cumpliendo objetivos. Yo nunca he tenido grandes ambiciones y creo que por eso no me he decepcionado con nada. Pero es verdad que todo lo que ha venido para mí ha sido una sorpresa. 

Sobre el autor:

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Juan Manuel Sainz Peña

Con más de 150 premios literarios nacionales e internacionales (Premio Iberoamericano de Novela, Verbum, 2019, finalista del Premio Juan Rulfo de novela en París, y ganador del Premio Internacional de Novela Bachiller Alonso López) es uno de los autores españoles más premiados de los últimos años. Ha dirigido programas en Onda Jerez Radio y colaborado con las emisiones locales de la Cadena SER. Del 2000 al 2004 escribió para Jerez Información. Desde 2003 hasta 2013, y de 2015 a 2019 fue colaborador y crítico teatral de Diario de Jerez.

 

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