Nadar a contracorriente
Miguel Ángel García Argüez, el Chapa de Cádiz (La Línea de la Concepción, 1969) es de esos personajes culturalmente difíciles de encasillar. Hombre polifacético, entregado en cuerpo al alma a eso que se llama cultura (en algunos sitios lo definen como "militante cultural"), hace de todo y desde hace bastante tiempo: escribe novela para adultos, novela infantil, poesía, letras para el Carnaval, e imparte talleres literarios. Es profesor del Centro Superior de Lenguas Moderna de la Universidad de Cádiz.
Su poemario Toda la vida al revés (Editorial Hojas de Hierba, 2023) hace un recorrido por casi tres décadas de poesía poco o nada ceñida a los cánones determinados. Miguel Ángel va a su aire, nada a contracorriente. Es un poeta, sobre todo, libre.
Veintiocho años de escribir poesía, porque de escribir son bastantes más. Muchos más años jugando con las palabras y con la poesía, desde que tenía 14 ó 15 años. Pero me da la sensación de que es toda mi vida, porque desde tan pequeño...
Es que es el título de una canción. Porque he escrito letras para canciones, bien para bandas con las que yo he participado, o bien bandas de amigos; bandas de pop y de rock, sobre todo. Hubo un tiempo en que la editorial 4 de Agosto publicó un libro con las letras de mis canciones. Esas letras están incluidas en este libro, y buscando título vi ese de Toda la vida al revés.
Siempre he afrontado la escritura, no diría a contracorriente, pero sí sin preocupación por hacer carrera literaria.
"Siempre he afrontado la escritura sin preocupación por hacer carrera literaria"
No, no, no. Es que como en esto del mundo de la poesía te encuentras con gente que lo que quiere es hacer carrera, hacer vida social en los actos culturales, para tener contactos... No es que yo haya estado al margen de todo eso, pero me preocupa mucho más la escritura. Nunca ha sido mi obsesión hacer carrera.
Es un ejemplo estupendo de un artista que ha prosperado con constancia y sin tener que estar vendiéndose a la industria ni a los cenáculos de su arte.
"La vida normalita no existe, ninguna vida es normal"
Vivirla del revés es como una alegoría. Mi vida es muy normalita como la de cualquier... Bueno, la vida normalita no existe. Si lo miras con lupa, no hay ninguna vida normal. Pero la idea es más bien la vida a contracorriente. Ese el matiz que marca la canción de la que te hablaba antes.
Son cosas de la editoriales (risas). Hace alusión a que es verdad que mi poesía siempre ha tratado de saltarse la frontera, porque yo me la salto entre lo culto, lo popular, lo de vanguardia, lo clásico. A mí ese tipo de etiqueta que estudie y aprendí en la facultad, no me gusta. Intento que mi poesía no sea moderna ni clásica, ni popular.
"Intento que mi poesía no sea moderna, clásica ni popular"
Eso es. Es como lector... soy así también. Quiero leer al autor tal y como es.
(Risas). Con la escritura, sí. Para otras cosas soy mucho más desastre, pero como empecé tan pequeño y además enseñó talleres de escritura creativa y he tanteado todas las cosas... Vivo enamorado del lenguaje. Me enamoré de chavalito y es la pareja más estable que he tenido nunca. Siempre hago el mismo chiste sobre eso. Uno se adapta a todo. También como lector, que toca uno todo. Pero aparte me salen unas lentejas de categoría (risas).
Yo, más que militante, que es una palabra que me chirría, prefiriría la palabra activista. Para mí la cultura no es un adorno en mi vida. Las artes en general, y el arte de la palabra en particular, que es al que me dedico, es algo más que entretenimiento o espectáculo. Creo que es algo más angular en la forma de entender la vida, y si me apuras es la naturaleza humana.
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