Nada por aquí, nada por allá
Podríamos decir que Jose Carlos Sánchez Muñoz (Jerez, 1983) es un mago, un ilusionista, un prestidigitador, como hay tantos que suben a un escenario a regalarnos un poco de esas deliciosas mentiras que llevan escondidas en la manga, en la habilidad de sus manos, o en su capacidad para convencernos de que estamos viendo una cosa real, que ciertamente no lo es. Pero es que Jose Carlos Sánchez, 'Joka', además, hace magia educativa o magia para la celebración de aniversarios en empresas. Pero hay más: el jerezano es profesor de secundaria y gran parte de la materia la imparte aplicando sus conocimientos sobre la magia, de modo que el alumnado está siempre atento a esa manera tan particular de dar clases, de enseñar.
La magia siempre sucede en la mente del espectador, es decir: los magos lo que hacemos es crear la ilusión de un fenómeno imposible, para que se disfrute y se viva en el presente, ese momento de asombro. Nuestro trabajo es que no se vea el secreto, porque siempre hay un secreto detrás, y cuanto menos se vea el secreto, más se disfruta de la experiencia. Y claro, si se ven los hilos de las marionetas, pues se pierde toda la magia. Todo lo que se busca en la experiencia se pierde, ya no es extraordinario.
"La magia sucede en la mente del espectador"
A ver. Los magos estamos posicionados en diferentes grupos. Se habla de prostitución de la magia, destrozarla, tirar los principios mágicos hasta que no sirvan para nada. Pero yo soy de la opinión de que eso no va a trascender. Es decir, la gente que solo tiene curiosidad por el secreto, lo va a ver, y luego se olvida. Incluso yo, como mago, que llevo veinte años en esto, olvido muchos efectos. Y tengo muchísimo interés por todo. Entonces, aquellas personas que solo tienen interés por algo en concreto, se le va a olvidar. ¿Qué pasa? Que esos magos quieren llamar la atención, quieren muchos likes. A mí no me gusta eso, no lo comparto, no lo apoyo, pero tampoco me preocupa. Al final, las personas que vienen a ver mi espectáculo se dejen llevar.
Es que esa es una pregunta muy difícil. Al final, con la magia, tú puedes ir creando, una vez tienes un bagaje en el que conoces muchas técnicas, puedes improvisar juegos de magia sobre la marcha. Ves la situación y haces lo que se llama jazz magia, un poco de improvisación haciendo magia. Pero improvisar a los ojos del espectador, porque el mago ha ensayado, tiene una experiencia y se permite el lujo de que si a alguien se le caen las gafas o cualquier otra cosa, pues puede suceder la magia. En ese sentido, puedo estar horas y horas haciendo magia sin repetirme. Pero, si quieres un número, te podría decir unos doscientos juegos de magia, entre cartas, monedas...
Los niños es un público más difícil que los adultos, porque los niños no te van a respetar en el sentido de que, si no les gusta, se van a ir. Si los niños ven algo raro, te lo van a gritar. Sin embargo, el adulto, por respeto, no te va a decir nada. Y hay un error. Hoy día la gente cree que la magia es solo para los niños. Y en realidad es para el niño que hay dentro de cada uno. Ante el desconocimiento de ver algo imposible, te sientes como un niño porque es algo nuevo para ti. Hace no muchos años, la magia era mucho más importante que la música clásica, por ejemplo. Cuando un mago visitaba una ciudad, se cancelaban las actuaciones de otras artes para ver al mago. La magia era un arte de clase social alta, porque venía de una persona muy culta y muy sabia. Eso ha ido cambiando y tenemos la sensación de que un mago es para los niños.
"Los niños son un público más difícil que el adulto"
Me pasa muchas veces, cuando actúo, tengo a los niños para los que me han contratado delante, y al final empiezan a venir adultos y acaba habiendo el doble de adultos que de niños. Se lo están pasando bien. Llegan diciendo, a mí no me engañan, y cuando ven que no me cogen el truco y se genera esa atmósfera, se dan cuenta de que no es para niños. Esos son los que después me contratan para cumpleaños de los compañeros y otros eventos, porque creían que la magia era de otra manera.
Sí, el 90% nunca lo ha hecho. Lo han visto en la tele, pero nunca a pocos centímetros.
Estoy alejado de las grandes ilusiones. Esas cajas grandes donde se cortan a las personas por la mitad o las hacen desaparecer de un sitio y aparecer en otros... Esa magia no creo que la haga nunca. La veo y la disfruto, pero no es algo que vaya a realizarla. No me llama la atención. Soy un mago de objetos pequeños y cotidianos.
Es a lo que me dedico ahora. Yo soy profesor de secundaria y he conseguido un público todos los días con los que utilizo la magia todos los días como herramienta educativa. Los juegos de magia, los efectos, están alineados con el contenido que estoy explicando en clase, de manera que los alumnos aprenden y se divierten.
Comentarios