Luis Font, uno de los creadores de Locomía, desde su retiro en Jaén: "Pagué un peaje, pero ahora soy feliz"

Movistar acaba de estrenar un documental, dirigido por el jerezano Jorge Laplace, sobre la excéntrica banda de las hombreras y los abanicos, surgida en la Ibiza de los 80. lavozdelsur.es conversa con uno de sus miembros fundacionales

Luis Font durante la premier del documental de Locomía.
Luis Font durante la premier del documental de Locomía.

Ibiza, 1981. El creativo Xavier Font, natural de Sant Boi del Llogrebat, ideó un concepto ‘vintage’ de apariencia futurista, que rompería los esquemas de aquel momento. Este fue el punto iniciático del universo Locomía en la isla balear. 40 años después, un documental, producido por Movistar y realizado por el cineasta jerezano Jorge Laplace, recoge toda la trayectoria de aquel grupo de jóvenes con hombreras y abanicos imposibles.

Su hermano Luis, protagonista de esta historia, era unos años menor que él. Cuando Xavier creaba vestuarios, Luis lo veía como a "un superhéroe con hombreras". Su sueño con 14 años era disfrazarse con los trajes de su hermano: "Yo lo idolatraba, me encantaba su locura”, afirma en una entrevista con lavozdelsur.es.

A pesar de venir de un ambiente rural, Luis asegura que nunca vivieron "dentro del armario". No obstante, la separación de sus padres hizo que su libertad y bienestar se vieran mermados, motivo por el que su madre le propuso irse a Ibiza ese verano con su hermano Xavier. "Me gustó tanto que me quedé", recuerda contento. Este grupo de amigos creó y convirtió su estilo en un modo de vida, que pronto sería la sensación en la isla. Fue en el verano del 83 cuando Manolo Arjona, Gard Passchier y los hermanos Font se unieron para formar el grupo.

"Todo era tan glam… Con nuestros estilismos y sesiones de fotos en el agua, todavía me acuerdo de aquel momento en que arrastré a todo el grupo a fotografiarse dentro del mar", comenta Luis, que por aquel entonces, con tan solo 15 años, era ‘el rubito del grupo’ que destacaba por su altura, estilo y belleza. "Yo no tenía ningún tipo de formación artística, pero posar y bailar me salía solo, era como si lo llevara dentro”, expresa ilusionado.

"Locomía nació de un grupo de personas, como una familia, que vivíamos el día a día, éramos transgresores sin haber tenido ningún referente y sin reivindicar nada más que la libertad", precisa Luis, que recuerda las noches en la discoteca Kú de Ibiza –todo un referente en aquel momento–: "La gente venía a vernos, trabajábamos de 12 a 6 de la mañana, y cuando aparecíamos sucedía algo mágico”.

Todo lo que ocurrió en Ibiza con Locomía, Luis lo vivió a través de los ojos de un niño. "Para mí era como entrar en un Disneyland de magia, libertad y pasión", reconoce el menor de los Font, que en aquellos primeros años asegura haber vivido la experiencia desde la inocencia. "Con 15 años no tenía creada ni mi sexualidad y las horas en la discoteca las pasaba con un zumito de piña", comenta. Tal era su candidez, a pesar de su apariencia, que estuvo cerca de grandes de la música como Freddy Mercury o David Bowie, y se percató al tiempo. "En ese momento no los conocía", admite.

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La primera formación de Locomía en Ibiza, en 1983.
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De izquierda a derecha: Manolo Arjona, Xavier Font, Gard Passchier y Luis Font.

Con Hispavox, llegó la depresión

Comenzó el éxito del grupo y la inmediata llegada del presidente de Hispavox, José Luis Gil. Fue con la grabación del primer disco cuando dejaron de contar con Luis. "Me quitaron de en medio porque era el hermano del dueño de la marca y del creador de Locomía", asegura visiblemente emocionado. El más joven de los Font rompe a llorar durante la entrevista. “He pagado un peaje muy grande por todo esto, una depresión de 25 años”, asevera entre lágrimas.

Aclara que "estas lágrimas no son de tristeza, sino de emoción por poder hablarlo y contarlo". Luis habla en estos términos después de haber tenido que superar que le quitaran lo que le daba la vida. Dice que sintió que le atrapaba "un monstruo hacia una cueva muy fría y oscura", y tampoco tenía una familia unida donde agarrarse. "Me sentí muy solo, ha sido como romperme en veinte mil millones de pedazos y he estado buscándolos durante 25 años, recogiéndolos, volviéndolos a pegar... Ahora estoy reconstruido en todos esos pedazos", expresa. 

Momento que aprovecha para hacer un alegato sobre la salud mental: "Siendo niño no supe cómo gestionarlo, me daba vergüenza lo que me estaba pasando y me escondía, no pedía ayuda. Me creé un alter ego que me ayudó a salir adelante. Hice mis propias terapias porque nunca me he medicado, error, nunca he pedido ayuda, error, me he escondido para que la gente no me viese mal, error...".

Jaén, su retiro de deconexión

Una buena amiga de Luis le propuso mudarse a Jaén para trabajar en uno de sus negocios. "Me dijo que me viniese para cambiar de registro, trabajar y disfrutar con ellos. Descubrí una ciudad maravillosa, donde me aceptaron muy bien y me siento muy querido", asegura. El catalán sostiene que siente que aquí tiene a su segunda familia. "Además estoy empadronado en Jaén y tengo mi tarjeta sanitaria andaluza, así que puedo decir de algún modo que soy andaluz", afirma riéndose. Jaén para Luis es sinónimo de tranquilidad y desde aquí asegura que quiere proyectarse. 

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Luis Font con 15 años en Ibiza.

El documental ha sido para él un proceso sanador. "Durante la premiere lloré y disfruté, hice las locuras de un niño con la ilusión que se me arrebató", comenta feliz. Durante el proceso de grabación ha habido perdones, reencuentros, pero lo más importante para Luis es que "la esencia continúa". La pandemia fue el momento en que comenzó a levantar cabeza y sus testimonios en este trabajo audiovisual han resultado "como terapia". "Me veo, me miro y me reconozco todavía, porque cuando tocas fondo y logras salir, eres imparable".

Luis, que todavía conserva a ese chaval que un día fue, reconoce que después de haber pasado tantos contrastes en su vida, se encuentra feliz y agradecido con todo esto que está viviendo. "Y con lo que vendrá, porque hay varios proyectos en torno a Locomía que todavía están por salir", comenta. A pesar de todos los reveses, se despide sintiéndose orgulloso de haber formado parte de la génesis de este fenómeno, recordando a la figura de mujer detrás de Locomía –la diseñadora Lourdes Iríbar–, y alegrándose de ser hermano de Xavier Font, ideólogo de Locomía, "una gran familia que todavía permanece con felicidad en mayúsculas".

Sobre el autor:

C. M.

Periodista.

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Comentarios (1)

Gina Viera Hace 1 año
Luis mereces todo el éxito del mundo un gran saludo desde México qué te quiere y espera.
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