Una novela histórica... y feminista
Hay personas que son capaces de transmitirte, no solo el saber que atesoran, sino también la serenidad que irradian al hablar. Hacerlo con la arqueóloga Lourdes Girón (Cádiz, 1978) en un lugar tan emblemático como el palacio de Villapanés, regaló uno de esos momentos en los que el tiempo (nunca mejor dicho) se detiene. Girón habla como si dominara el tiempo igual que las catas en las excavaciones. Sus palabras fluyen contagiadas por un oficio que carece de urgencias, y donde cada matiz, cada palabra, parece que se desentierra de un yacimiento.
Su atracción por la historia de las mujeres arqueólogas se inicia hace ya trece años (2010), con la Coordinación General del Congreso Internacional sobre Estudios Cerámicos. Sus líneas de investigación estudian la figura femenina en la Arqueología Griega y Clásica, y los orígenes del patriarcado.
En cuanto a la novela que fue presentada esta semana, La Villa de las diosas (Editorial Libros Indie, 2022), es un libro con tintes históricos. En él, las arqueólogas Elisa Amajo y Arantxa Luzar tratarán de averiguar qué tienen común unas mujeres del siglo IV d.C., Alejandría, el cristianisimo y unos pergaminos.
Lydia Cacho, periodista de investigación mexicana, dice: "el padre ausente también educa". Por lo que la historia oculta también educa, está coja. Nosotras también tenemos nuestra historia, y está oculta, aunque, poco a poco, la estamos sacando a la luz.
Yo creo que no. Antes se veía todo desde un solo prisma. Ahora estamos en una etapa que hay varios, y no solo el que viene de la mujer. Isabel Fernández, catedrática de la Universidad de Granada, me decía el otro día que era muy difícil que nos volvieran a meter en casa, aunque esté resurgiendo la ultraderecha, y quieran meter de nuevo a las mujeres en un segundo plano, ya es muy complicado regresar a lo que teníamos antes. Ahora nosotras estamos Equilibrando la Historia.
Pues invirtiendo en educación, en educación y en educación. Que salgan a la luz esas mujeres y darlas a conocer. Entonces, cuando esa persona tenga un amplio abanico de referencias, una visión más amplia, podrá decidir. La educación infantil, ahora mismo, está a lo que le cuenten. Pero cuántos niños y niñas de casas machistas han salido después personas igualitarias o "normales"; deberíamos hablar de normalidad.
Sí. Ya es más normal. Pero todas, o casi todas, hemos sufrido acoso. Yo he sufrido acoso, allí en Sicilia y en España de hombres que se abanderan como feministas. En las excavaciones algunos hombres te miran despectivamente y llegan a decirte: "No eres capaz de coger el pico y ponerte a darle duro". Y yo jamás he tenido ningún problema en eso. Ahora dirijo, y mi misión, además de esta, es que todos los estudiantes, mujeres y hombres que vienen a mi excavación, hagan cada una de las actividades que se requiera: pico, paletín o la carretilla. Y a veces no es una cuestión de fuerza física, porque es una cuestión muy relativa, hay mujeres con máss fuerza física que algunos hombres. Pero sí, es verdad que se tenía una imagen que no se correspondía con la realidad.
"La imagen de la arqueóloga nunca se ha correspondido con la realidad"
Sí y no. A las mujeres siempre se nos ha educado en el sentido de que tenemos que estar en un segundo plano. De hecho, el proyecto al cual también pertenezco, Arqueólogas, dirigido por Margarita Díaz Andreu, está sacando a la luz a todas aquellas que han nacido antes de 1950, y ya llevamos cerca de 300 mujeres arqueólogas españolas. Y hemos desenterrado toda esa memoria, con su biografía. Pero, ¿qué pasa? que aunque tú como mujer quieras destacar, has mamado de esa educación patriarcal, de estar un paso atrás. Entonces hay que enseñarles a salir a dar un paso al frente, pero no solo a las niñas y a las mujeres. Les tienes que enseñar que puedes estar tan en primer plano como un hombre. Y es muy importante no solo enseñar a las niñas: a la sociedad masculina desde la niñez. Les tienes que enseñar que puedes estar tan en primer plano como un hombre. Es muy importante. Quizá, entre otras cosas, hay que explicarles a los niños, adolescentes y hombres, que había mujeres empresarias en época romana, mujeres que practicaban deporte y un largo etcétera.
"A las mujeres siempre se nos ha educado para que estemos en un segundo plano"
Es un poco el inicio de todo esto. Cómo un catedrático de la Universidad de Roma quiso quitarnos, borrarnos de la historia. A Treptona le borró la a, y lo hizo masculino. Pero así. Eso lo excavamos nosotros en 2012 y lo publicó él en 2015. Entonces te preguntas: si esto ha pasado ahora, ¿qué no habrá pasado antes?
Yo creo que lo imposible siempre se puede hacer posible. Yo tengo un padre de 83 años, y siempre viajó mucho de joven, yo creo que eso ayuda mucho a abrir la mente. Y desde muy pequeña lo he visto leyendo. Él nos dio una carrera a los tres hermanos. A su edad, me siento con él y hablamos de igualdad, de economía, de género, de lo que sea. Creo que no hay que imponer, hay que educar. El sistema educativo nos tiene que enseñar a pensar.
Ese es el quid de la cuestión.
Cuando descubro cosas como las que hemos hablado antes de Treptona, sufro bastante. Me indigna. Es un atentado a la Humanidad.
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