La risa, remedio infalible
Hay una frase anónima que dice: "Nacemos sabiendo llorar, necesitamos aprender a reír". Dadas las circunstancias, con los 'ofendiditos' como enemigo público número uno de los humoristas, sería estupendo que la gente de la calle, el público que asiste a los espectáculos de humor, aprendan, en efecto, a reírse de todo sin miedo a la ofensa, al que dirán.
Esto al menos defiende el dúo de clowns Los Síndrome, que con casi 25 años sobre las tablas, no dudan en afirmar que cada vez es más complicado salir al escenario porque cada vez ofenden más cosas que no son en realidad ofensas. Solo la veteranía de Práxdes Nieto y Víctor Carretero hacen que estas dificultades pasen desapercibidas o que, cuando menos, se vistan de esas risas tan necesarias en estos tiempos donde se está más pendiente del chiste que pueda ofender que del ingenio.
Estos días representan en Sevilla, en la Sala 0, Mejor es posible, que ha sobrepasado ya la friolera cifra de las 600 funciones.
Hay algo fundamental en este espectáculo que Los Síndrome llevan a gala; defienden sin ambages el "reírse de", en lugar del más diplomático "reírse con".
En en esto, Práxedes Nieto lo tiene bastante claro: "Para dos payasos, como nos definimos nosotros desde hace 23 años, lo fundamental es reírse de ti mismo, y a partir de eso, de tus defectos o de tus virtudes, de tus taras físicas o psicológicas. Ya después te puedes reír de todo lo demás. Cuando el público se ha reído de tu calvicie, de tu barriga gorda, o de que eres un maniático, que no te sale nada bien, ya puedes reírte de todo".
Para Víctor y Práxedes, de haber un decálogo del humor, ambos tienen muy claro que el punto número uno sería reírse de uno mismo: "Reírse de sí mismo. A partir de ahí, hay que reírse del resto", apunta Víctor.
"Lo primero es reírse de sí mismo, a partir de ahí, de todo lo demás"
En Mejor es posible, la función que Los Síndrome llevan a escena, y que es uno de los cuatro shows que tienen en marcha, de los nueve que atesora la compañía de desde su fundación en 1998, se hace un ejercicio de puro optimismo, se saca todo el peso cotidiano: la hipoteca, ser autónomo, tener un sueldo miserable. Pero todo puede ir mejor.
Todo esto, que en teoría, es un humor sano, nos lleva a la pregunta de que si no es cada vez más difícil que se alce el telón sin que determinados chistes ofendan, por muy blancos que sean: "Todos los payasos, compañeros, etcétera, que nos reunimos en congresos y coincidimos en la calle, en algún curso o alguna función, siempre reparamos en la dificultad de con qué hacer reír. Porque hay una corriente de ofendiditos que no te permiten reírte de nada. Y eso no puede ser porque nos estamos amargando a nosotros mismos. No estamos censurando. Y la risa hay que tomarla como una terapia, como una válvula de escape. La risa no ofende: lo que ofende es un guantazo en la cara. Lo que ofende es un insulto malintencionado, pero una broma, una risa no puede ofender", defiende Práxedes.
"Hay temas un poco más delicados -interviene Víctor- pero que gracias al humor, le quitas tensión, le quitas hierro. Está demostrado científicamente que al reírte de algunos temas y de cosas que te pasan, te relajas y relativizas ese problema que tienes que en su día fue grave".
Ante este panorama, cabe preguntarse si no reímos poco o nos reímos mal. En Mejor es posible, como ya está dicho, la risa no la provocan situaciones especialmente singulares, sino aquellas del día a día, el de la gente corriente que tiene sobre sus espaldas las cargas de la vida cotidiana: "El ser humano tiene un problema con la risa, porque el ser humano no sabe reírse de sí mismo. ¿Por qué? Porque cuando no sabes reírte de ti mismo, todo lo demás te parece trascendental, un drama, una tragedia. A medida que pasan los años, peor todavía. Porque los niños se ríen de todas las cosas inocentes, pero los adultos cumplimos años y se nos quitan las ganas de reírnos: por el precio de la luz, el del aceite, por la hipoteca, porque tengo cuatro hijos, dos portátiles, tres coches, cuatro televisores. Todo eso son excesos que cargamos en la mochila y aunque parezca que tener todas esas cosas nos hacen felices, es todo lo contrario", explica Práxedes Nieto.
"Vivimos preocupados, nos ocupamos de cosas antes de que sucedan y eso nos impide ser felices"
La consecuencia, según Los Sindrome, es que vivimos preocupados. Es decir, pre ocupado, ocuparte de algo antes de que suceda. La consecuencia es que no somos felices.
Víctor Carretero dice que "en nuestra psicología, en nuestras mentes, hay contaminación. Esto nos lleva a no divertirnos, a no reírnos. Podríamos ser felices con muy poco, reírnos mucho más. A todos nos iría mejor".
Al hilo de esto, Práxedes ve completamente absurdo que ahora algunos humoristas o cantantes salgan a pedir perdón por canciones o gags de hace 30 o 40 años: "Es como pedir perdón por las cosas de la Edad Media. Eso estaba dentro de un concreto y así hay que entenderlo. Pero hay cosas, como en el humor, que vamos para atrás. Se nos va la cabeza".
De los nueve espectáculos que Los Sindrome han llevado a escena desde su creación, cuatro están en pleno funcionamiento. Como es de esperar, para ninguno de los dos miembros de la compañía hay uno que quieran más que otro: "Es complicado elegir uno. Cada uno lleva una importancia para la compañía. Pero es que este de Mejor es posible lleva más de 600 representaciones. Hombre, no es nuestro espectáculo favorito, pero cuando lo has hecho ese número de veces, te marca", concluye Víctor.
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