Juan Carlos Durán, jefe médico del Hospital San Juan Grande de Jerez: "Geriatría no es sinónimo de viejo"

El médico jerezano, especialista en geriatría, cumple 30 años de servicios en este espacio, que ha pasado de ser un centro de atención a personas mayores con enfermedades crónicas, a tener una alta actividad quirúrgica

El doctor especialista en geriatría, Juan Carlos Durán, jefe médico del hospital San Juan Grande.
El doctor especialista en geriatría, Juan Carlos Durán, jefe médico del hospital San Juan Grande. MANU GARCÍA

Toda una vida

"Treinta años ya…. Suena a toda una vida". Con esas palabras resume el doctor Juan Carlos Durán (Jerez, 1965), sus tres décadas en el Hospital San Juan Grande, que a lo largo del tiempo ha cambiado hasta de nombre.

Cuando el doctor Durán empezó a trabajar en el hospital ya se había producido la evolución desde el antiguo Sanatorio Santa Rosalía, primer centro sanitario de la Orden de San Juan de Dios en Jerez, hacia los orígenes del actual hospital, que en un principio se llamó Juan Grande, (sin el San) y estaba enfocado fundamentalmente a la atención de personas mayores con enfermedades crónicas.

En sus primeros años como médico del centro se produjo la santificación de Juan Grande, por lo que el hospital pasó a llamarse San Juan Grande y también se vivieron nuevos procesos de expansión como la inauguración de la Residencia de mayores.

En estos últimos años, estamos asistiendo a un nuevo proceso de renovación y el Hospital San Juan Grande tiene en la actualidad una importante actividad quirúrgica, y además se ha volcado en lograr una ampliación considerable de la cartera de especialidades para dar cobertura a los problemas de salud de toda la familia, desde la etapa de recién nacido, hasta la persona mayor en su proceso final.

En definitiva, es un hospital que se caracteriza por tener un espíritu de camaleón para adaptarse en cada momento a las necesidades de salud que demanda la población de la comarca de Jerez.

Usted es especialista en geriatría, y me gustaría que la entrevista fuera por esos derroteros. De un tiempo a esta parte los médicos de geriatría dan voz a la tercera edad para que sean escuchados. ¿Esta herramienta, vamos a llamarla así, es tan útil para el paciente como para el médico?

No cabe duda de que el mayor debe tener que voz. Hay que tener en cuenta que casi el 20% de la población se encuentra en dicha franja de edad. Aunque, por supuesto, hay que valorar que es un segmento de la población muy heterogéneo. No es lo mismo ser un mayor activo y sano, que un mayor frágil o dependiente. Considero que los pacientes geriátricos, que necesitan de cuidados permanentes, porque no pueden valerse por sí solos, quizá son los menos escuchados de la sociedad, por eso creo que parte de la misión de los profesionales sanitarios es escucharles, para conocer mejor sus necesidades y deseos.

Hace cinco años, en el XL Congreso de Geriatría celebrado en Jerez, se pretendía continuar mejorando la asistencia a los mayores. ¿Desde ese congreso hasta hoy -han pasado cinco años- qué cambios ha habido respecto a ese objetivo?

Pues realmente los cambios están siendo más lentos de lo deseado. Han tenido que pasar cinco años, hasta octubre del 2023, para que se lograra el reconocimiento de la Geriatría como especialidad médica dentro del sistema sanitario público de Andalucía. Al menos ya hemos conseguido este paso importante. Esperemos que esto signifique que, poco a poco, van a crecer los recursos especializados en la atención a este, cada vez más, numeroso grupo de población.

El doctor Juan Carlos Durán, 30 años en San Juan Grande.
El doctor Juan Carlos Durán, 30 años en San Juan Grande.   MANU GARCÍA

"No es lo mismo ser mayor activo y sano, que un mayor frágil y dependiente"

Cuando el problema del paciente, es más social que de salud, ¿cómo se aborda desde el punto de vista médico?

Está demostrado que detrás de una gran parte de los problemas de salud de las personas mayores, hay un componente emocional muy importante. Eso lo que actualmente denominamos “soledad no deseada”. Es un sentimiento subjetivo que tienen algunas personas mayores porque se sienten solos, y este sentimiento se da tanto en personas que realmente están solas, pero también en otras que, aunque no lo están, no se sienten a gusto con su nueva realidad: han perdido a su cónyuge; se encuentran incómodos con la compañía de un cuidador; no se adaptan a la vida en una residencia… Dicho sentimiento de soledad se manifiesta habitualmente a través de síntomas psiquiátricos, como puede ser una depresión, ansiedad, insomnio; pero también se ha demostrado que dicho sentimiento de soledad puede aumentar la probabilidad de patología cardiovascular e incluso el riesgo de padecer cáncer, debido a la disminución del sistema inmune. Por ello, lo habitual es que cuando un mayor se siente solo, también se siente permanentemente enfermo y se vuelve muy demandante de asistencia médica. En esas situaciones resulta fundamental el trabajo en equipo, junto con la figura del trabajador social, para intentar estimular su socialización integrándolos, por ejemplo, en un centro de día.

Usted decía en una entrevista que, en materia de medidas o planes para el envejecimiento, España iba tarde. ¿Cómo está ahora la situación?

Seguimos yendo muy despacio. La medicina ha avanzado muchísimo y ha logrado curar enfermedades impensables hasta hace poco. Ello ha favorecido que el aumento de la esperanza de vida avance cada año, por lo que el porcentaje de personas de edad avanzada presente en la sociedad es cada vez mayor; pero la dotación de los medios sanitarios necesarios para atender las necesidades de salud de dicho volumen de población no avanza a la misma velocidad, teniendo en cuenta que se trata de personas con grandes probabilidades de padecer pluripatologías crónicas.Yo estoy convencido de que, a este respecto, vamos tarde. Haría falta una mayor formación en geriatría en la atención primaria, así como un mayor volumen de centros sanitarios especializados en la asistencia sanitaria al mayor. Y, desde luego, también es importante que todas las personas nos mentalicemos en aplicar medidas preventivas en salud desde muy temprano. Es bueno vivir muchos años, pero también es importante vivirlos con una adecuada calidad de vida: ejercicio físico, vida saludable, mantener el cerebro activo, y la detección precoz de posibles enfermedades son los mejores planes de envejecimiento que cada uno debería aplicar sobre sí mismo.

"Haría falta una mayor formación en la atención primaria"

Cuando se plantea ese conflicto entre el anciano en casa o en una residencia, ¿qué factores intervienen y qué capacidad de decisión tiene, en este caso, el actor, que es el abuelo?

A lo largo de mis años de ejercicio profesional, he aprendido que es fundamental desarrollar la empatía hacia el mayor y escuchar sus peticiones. Por ejemplo, en mi caso personal, a la pregunta de cómo me gustaría envejecer, tengo claro que me gustaría envejecer en mi casa, pudiendo desarrollar mi proyecto de vida hasta el final. El problema surge cuando ese planteamiento es difícil de llevar a la práctica porque por culpa de una enfermedad se pierde la capacidad de autonomía. Y puede darse el caso de que el apoyo familiar necesario para los cuidados diarios se encuentre lejos o no disponga del tiempo necesario; o que la evolución de la enfermedad, sobre todo en el caso de patologías mentales, sea tan complejo que resulte difícil encontrar cuidadores con la formación y las aptitudes necesarias para seguir atendiendo a esa persona en su hogar. Cuidar de una persona con trastornos de conducta, con problemas de agresividad, con delirios, que pasa las noches despierta… es complicadísimo. En estos casos está perfectamente justificado el ingreso del mayor en una residencia para ponerlo bajo cuidados profesionales. Desde la geriatría intentamos potenciar siempre el principio de autonomía, por lo que, si la persona mayor es válida y autónoma, lo ideal sería buscar una solución que intente respetar su voluntad y sus deseos para que pueda desarrollar su proyecto de vida en la etapa final. Su decisión debe ser la que prevalezca por encima de lo que crean sus hijos.

¿España es diferente en esto al resto de países de Europa?

Tradicionalmente, hay una mayor vinculación a la familia y a los entornos familiares en nuestro país, por eso otros países europeos nos llevan la delantera en fórmulas como el cohousing o en el desarrollo de urbanizaciones especialmente pensadas para personas jubiladas. Aunque poco a poco estamos empezando a ver algunas propuestas similares en España.

El geriatra y jefe médico del hospital San Juan Grande.
El geriatra y jefe médico del Hospital San Juan Grande.  MANU GARCÍA
¿Cómo se puede cambiar la tendencia o el error de llevar al anciano al geriatra antes de que las limitaciones estén demasiado avanzadas?

Buena pregunta. Creo que la clave es que todos debemos ir aprendiendo que el término geriatría no es sinónimo de “viejo”, sino sinónimo de calidad de vida en la última etapa de la vida. Cuanto antes se empiece con la prevención, por ejemplo, con un chequeo periódico, más fácil será prolongar dicha calidad de vida durante mucho tiempo.

"Está comprobada la influencia del desgaste y del cansancio emocional acumulado por la persona"

Hay algo que a la generación inmediata a la de nuestros mayores, sorprende, y es la fortaleza de quienes ya han cumplido quizá los 80 u 85 años, personas que, en su mayoría, no han tenido ni los avances ni la vida de comodidades que tenemos ahora esta generación. ¿A qué puede responder esta fortaleza?

Los geriatras manejamos el término de “capacidad intrínseca”. Cada persona tiene diferentes niveles de fortaleza, que vienen determinados por la conjunción de tres elementos: la fuerza física o muscular; la fortaleza del sistema inmune, que regula tanto las infecciones como el cáncer, y la fortaleza del aparato cardiovascular, encargado de bombear la sangre por todo el organismo, incluido el cerebro. Por ello, en la medida en que una persona cuida su nivel muscular haciendo ejercicio físico; cuida su sistema inmune con una adecuada alimentación, eso redundará también en un buen funcionamiento de su corazón, y al cerebro le llegarán los niveles sanguíneos adecuados, lo que favorecerá que sea posible mantenerlo activo ejercitándolo a diario. Con todo ello estará poniendo las bases de un envejecimiento sano y activo. En la longevidad, hay un 20 por ciento de condicionantes genéticos, pero un 80 por ciento depende del autocuidado del cuerpo durante el proceso de vida. Y, por último, también está comprobada la influencia del desgaste y del cansancio emocional acumulado por la persona. Cuando a un mayor se le terminan las ganas de vivir, se viene abajo, pero mientras conserva motivos para seguir viviendo, es capaz de sacar fuerzas.

Sobre el autor:

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Juan Manuel Sainz Peña

Con más de 150 premios literarios nacionales e internacionales (Premio Iberoamericano de Novela, Verbum, 2019, finalista del Premio Juan Rulfo de novela en París, y ganador del Premio Internacional de Novela Bachiller Alonso López) es uno de los autores españoles más premiados de los últimos años. Ha dirigido programas en Onda Jerez Radio y colaborado con las emisiones locales de la Cadena SER. Del 2000 al 2004 escribió para Jerez Información. Desde 2003 hasta 2013, y de 2015 a 2019 fue colaborador y crítico teatral de Diario de Jerez.

 

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