Una vida entre hoteles y cuadros
Francisco Ruano (Sevilla, 1981) pinta para evadirse. Después de las largas jornadas de trabajo que desarrolla en el hotel Riviera de Benalmádena, en Málaga, en el que ejerce la dirección, toma los pinceles y la pintura para pasar un rato en familia, junto a su mujer y sus hijas de dos y cinco años.
“Quiero transmitir relajación a quien vea mis obras, que sirvan para desconectar del día a día”, comenta Ruano, quien firma artísticamente como Pdelarua desde que hace un año su mujer, historiadora del arte y especialista en arte contemporáneo, le diera el empujón que necesitaba para lanzarse a exponer sus obras más allá de las paredes de su casa.
Nacido en Sevilla, aunque criado desde muy joven en Jerez, su infancia estuvo marcada por el amor de sus padres por el arte, que le inculcaron desde pequeño. Como también su profesión. Ambos, dirigentes de hoteles. Su padre, director, y su madre, gobernanta. Y él, siguiendo sus pasos, estudió Dirección Internacional de Hoteles.
Después trabajó en Inglaterra, Alemania, Holanda y en distintas comunidades españolas, como Galicia, Cataluña, las islas Baleares o la Comunidad Valenciana, y sobre todo en Andalucía, donde regresó para instalarse en la provincia de Málaga. Desde que tenía 27 años dirige hoteles y campos de golf, y ahora pinta en sus ratos libres, ya de forma más profesional. En estos momentos, expone algunos de sus cuadros en Cereal Boom, un establecimiento situado frente al teatro SoHo de Málaga, y a finales de diciembre trasladará sus obras a Jerez para mostrarlas en la sala Bretón Artespacio. "Ya tenía ganas de exponer en Jerez", asegura.
¿Qué culpa tienen sus padres de que hoy sea director de hotel?
A ellos siempre les ha gustado su profesión pero nunca me han insistido para que yo trabaje también de eso. Fue mi elección, quizás porque lo viví desde pequeño. Mi madre era gobernanta y mi padre director del hotel. Lo he vivido y siempre me ha gustado conocer mundo, a gente nueva, nuevas culturas... Y tener un puesto de responsabilidad en el que se pudiera crecer.
"La pintura me sirve para sacar la cabeza del agua y respirar, desconecto"
Mis padres son grandes amantes del arte. Para mí es una forma de abstracción. Dentro de este mundo en el que vivimos, tan caótico y frenético, en el que todo es velocidad, no hay tiempo para uno mismo. A mí la pintura me sirve para sacar la cabeza del agua y respirar. Cuando pinto salgo de ese mundo que me rodea, me abstraigo, desconecto. Me relajo mucho y mi idea es que, cuando a alguien le guste una de mis obras, tenga un momento de relajación y de paz. Dentro de lo abstracto que pinto, siempre establezco conexión con la naturaleza. Es una manera de que mis obras puedan transmitir relajación cuando las veas.
Soy autodidacta, sí. Empecé pintando de pequeño, con carboncillo al principio. Siempre me he sentido cómodo pintando sin seguir un patrón, abstracto. Me hace tener más imaginación a la hora de pintar. No me gusta seguir una línea recta. Los pintores se pasan la vida buscando su estilo, pero yo no me encasillo ni creo que llegue a encontrar una grafología en la que encaje. Me gusta pintar siempre cosas diferentes. Me gusta innovar, practicar técnicas nuevas. Voy evolucionando y no me quiero quedar en una forma única de pintar.
Va un poco conectado a que esa relajación que quiero conseguir te conecte con la naturaleza aún estando en tu casa. Salir de lo que te rodea en el día a día.
Ya venía de antes, realmente, siempre he sido un amante de naturaleza. La pandemia sirvió a mucha gente para darse cuenta de que con solo saltar una chispa nos cambia la vida, y de que dábamos importancia a muchas cosas banales. En ese momento todo el mundo pensó que lo mejor que le venía mentalmente era escapar de la ciudad y vivir en espacios abiertos, porque estamos enjaulados en la ciudad. La naturaleza es mágica y no somos conscientes de lo que tenemos hasta que lo echas en falta.
"La naturaleza es mágica y no somos conscientes de lo que tenemos hasta que lo echas en falta"
Claro, que por lo menos en un rincón de tu casa puedas respirar y te aporte tranquilidad y belleza.
Mi obra es una forma de escape del mundo cotidiano. Salir de ese ahogo físico que tenemos en el día a día. Salir del mar para respirar. Quiero transmitir esa desconexión de la vida diaria a través de mis obras.
No tengo estudio, pinto en mi casa. A mí me gusta pintar rodeado de mis hijas, de cinco y de dos años, y de mi mujer, mientras charlamos. Tengo poco tiempo y pinto los fines de semana o a veces por la noche. La verdad es que me gusta pintar con ellas alrededor para pasar un rato en familia. A mis hijas les gusta mucho la pintura, son ellas las que te dan esa vidilla que necesitas a la hora de pintar.
Gracias a ella, que es historiadora del arte y especialista en arte contemporáneo, me he desarrollado más. Antes pintaba para mí o para los amigos. Ella fue la que me impulsó a hacerlo de manera más profesional. A raíz de ahí nos pusimos los dos y desarrollamos la web, las redes sociales... Hace poco tuve una exposición en Mijas, ahora en Málaga y dentro de poco en Jerez.
"Me daba reparo exponer, pero con apoyo al final tú mismo te lo crees"
Yo soy el más crítico con mis obras y a veces si no me gustan intento modificarlas hasta que me atraigan. Hasta que no estoy convencido yo mismo no las acabo. Con esa búsqueda de la perfección, nunca crees que sea el momento de terminar. No pensaba que iba a llegar a tanta gente. Te da reparo y te quedas solo en ti mismo y en tu círculo más cercano. Pero teniedo apoyo al final tú mismo te lo crees.
Me gustaría seguir como hasta ahora, porque es muy difícil. Al final, son cuatro o cinco los artistas que pueden vivir de su arte. Una cosa que siempre comento es que en la sociedad en que que vivimos no ves reparo ninguno en comprarte un iPhone de 1.000 euros, lo vemos como una necesidad, pero tiene fecha de caducidad. Sin embargo, se prefiere comprar antes un móvil que invertir en una obra de arte que va a durar toda la vida, aunque sea un legado que vas a dejar el día de mañana. Yo hago obras de gran formato, pero ahora estoy pintando en otros más pequeños, que son más asequibles. Así, puedes tener algo vivo en tu casa sin que sea caro y es una obra de arte que no tiene nadie. Pero es complicado. Y luego, hay muchas galerías que no apuestan por jóvenes emergentes, solo artistas consolidados.
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