Adela Navarro, luz y tiempo: "La pasión te ayuda a levantarte cuando caes"

En el Centro de Congresos de San Fernando se clausura la exposición fotográfica 'Salty Soul' de esta artista extremeña que nació en Barcelona, está afincada en Nueva York y vivió un tiempo que no olvida en La Isla

Adela Navarro, en la exposición que aún puede visitarse en San Fernando. GERMÁN MESA

El mar y el objetivo

Adela Navarro nació en Barcelona (1988), pero se trasladó de niña a Mérida y ahora vive en Nueva York. Es artista polifacética, inquieta, y, por los que se desprende en esta entrevista, también profunda y templada. 

Ahora se clausura la exposición que desde el 27 de diciembre ha podido visitarse en el Centro de Congresos de La Isla, bajo el título Salty Soul. La muestra no solo captura la naturaleza, Navarro explora también la esencia misma de la incertidumbre y el tiempo presente. El movimiento de los elementos se convierte en un símbolo de un cambio constante.

A través del color, las luces y las formas, la artista nos transporta a un estado de contemplación profunda, donde el tiempo presente cobra nueva significación.

Adela Navarro se vislumbra como figura emergente de la pintura, la fotografía y lo audiovisual; disciplinas con las que ha cautivado a audiencias en todo el mundo. Con una profunda conexión con el mar y una habilidad excepcional para plasmar emociones en diferentes soportes, ha expuesto en ciudades como Nueva York, Madrid y Mérida, a través de Instituciones como la YMCA of Greater New York, galería Modus y Fundación Caja Badajoz, siendo reconocida en diferentes ocasiones a través de distintos premios.

Salty Soul, en inglés Alma salada, la exposición que ha podido visitarse estos días en San Fernando, es una declaración de intenciones, ¿no?

Así es. Tengo una vinculación muy grande con la isla de San Fernando. Hace unos años me destinaron aquí como profesora y me sentí como en casa, tanto por el trato y la gente, como por la luz que tiene este sitio tan especial.

Hay entonces una vinculación con San Fernando, tanto laboral como sentimental...

En primera instancia fue una relación estrictamente laboral. Luego me vinculé en lo sentimental con esta ciudad. Aprendí a hacer surf, me vinculé mucho con el mar y ha ido surgiendo lo que conocemos como esta exposición de Alma Salada. Al final resume una conexión con este lugar y con los momentos que he pasado aquí.

"La exposición ha resumido mi conexión con San Fernando y con los momentos que he pasado aquí"

En ese recorrido bidireccional entre el espectador y la obra, ¿cuál cree que es el punto de conexión entre las dos partes?

Antes de ser creadora he sido espectadora, entonces, a la hora de realizar todas las creaciones fotográficas, tanto en San Fernando como en otros puntos de la provincia de Cádiz, quería representar el momento presente que yo viví como espectadora, para luego poder transmitirlo a otras personas. Las fotografías son originales, en el sentido de que están sin tratar digitalmente. Luego hay otro conjunto de fotografías que sí han sido tratadas y se les ha incluido pintura digital. Todo ha sido experimentación de diferentes recursos que he ido aprendiendo en Nueva York y he querido traer a La Isla.

Adela Navarro explica una de las obras de su exposición. GERMÁN MESA
Ha mencionado la palabra mágica, fetiche, para todo fotógrafo, director de cine; para todos aquellos que de una forma o de otra trabajan con imágenes: la luz.  Pero usted le añade también la palabra 'sanación'.

La verdad es que la luz siempre se ha vinculado en todas las culturas con un aspecto místico, porque al final nos ha condicionado como seres humanos dentro de la evolución histórica. Para mí, es un punto de sanación porque a través de la fotografía empecé a estudiar la descomposición de la luz. Empecé a tratar los diferentes colores de mis imágenes gracias al Prisma de Newton. Empecé a investigar cómo reflejaba los diferentes objetos con respecto a la luz que se proyectaba. A raíz de ahí me di cuenta de que estaba muy vinculada la sensación del color y cómo nos afecta como seres humanos y como cultura. 

Hemos hablado de la luz. Pero, ¿qué tiene el mar que a todos nos impone? ¿Qué tiene para usted, como fotógrafa?

Con los ojos de fotógrafa, de pintora... Para mí el mar es esa inmensidad. En mi obra artística capto el momento presente porque vivimos en una sociedad donde siempre pensamos en el pasado o en el futuro, donde todo va muy rápido. El mar tiene la realidad, la incertidumbre de no saber cuándo llega una ola. Te quedas pensando en ello. Es como pensar en que no sabes cuándo va a llegar el siguiente momento. El mar te acerca a la paz, a disfrutar de la naturaleza y a vivir el momento.

Adela Navarro en el Centro de Congresos de San Fernando, tras la charla. GERMÁN MESA

"Para mí el mar es la inmensidad, la incertidumbre de no saber cuándo llega el siguiente momento"

En su página hay tres epígrafes: "inspiración", "pasión" y "expresión". ¿Sería capaz de quedarse con solo una de ellas?

Es complicado. Es una mezcla de todo y es difícil decantarte solo por una. Creo que la inspiración, como artista, es muy importante. No solo por los referentes históricos que tenemos. A mí me inspira la naturaleza. Muchas veces hay determinadas personas que están descontextualizadas con respecto a un entorno natural. En mi caso, habiendo vivido en Extremadura y otros lugares, siempre me ha afectado mucho el entorno natural, que siempre reflejo en mis obras. Con respecto a la pasión, para dedicarte al arte necesitas mucha pasión. Hay altibajos. Para las personas que somos sensibles, que nos expresamos más allá de la comunicación verbal o corporal, es complicado mantenerte constante. La pasión ayuda para seguir ese ritmo. Te ayuda a levantarte cuando te caes. Y en cuanto a la expresión, es una extensión de ti. Nosotros, los artistas, nos abrimos al mundo, para comunicarte de una forma que no es la común. Es una expresión artística que habla de nosotros.

 

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