Antonio Checa: "Los gobiernos tienen que saber que Canal Sur no es su juguete"

El presidente del Consejo Audiovisual de Andalucía hace balance sobre el estado de salud del periodismo andaluz y de los cambios que ha habido en el comportamiento de la audiencia

Antonio Checa preside el Consejo Audiovisual de Andalucía desde 2019. En la imagen, posa tras la entrevista con lavozdelsur.es.
Antonio Checa preside el Consejo Audiovisual de Andalucía desde 2019. En la imagen, posa tras la entrevista con lavozdelsur.es. MANU GARCÍA

El vigilante de la calidad periodística en Andalucía

Cuando llegó al despacho que lleva ocupando los últimos tres años, apenas había motivos de Andalucía. Ahora, en la pared, un enorme mapa de la comunidad preside aquella sala. Antonio Checa Godoy (Jaén, 1946), preside el Consejo Audiovisual de Andalucía desde 2019, un órgananismo independiente encargado de la defensa de los derechos, libertades y valores de la ciudadanía en el ámbito audiovisual. Checa, periodista de profesión y exdecano de la Facultad de Comunicación de Sevilla, hace un análisis del estado de salud del periodismo andaluz —aunque en el fondo se pregunta si realmente existe ese 'periodismo andaluz'—, de cómo se comporta la audiencia y de los cambios que ha habido en los últimos años en base al último barómetro publicado por este organismo. El número de andaluces que ve la televisión desciende, la mitad creen que el tratamiento de determinados asuntos es sensacionalista y sólo el 16% de los padres andaluces reconocen que sus hijos consumen pornografía.

¿Qué es lo que más le ha preocupado del último barómetro del Consejo que preside?

En el barómetro hay una parte de constatación de audiencia y otra de opinión. Hay algunas constantes y luego cosas nuevas. Este año hemos visto que ha aumentado el discurso de odio. Antes escribías en un periódico y respondía una persona por teléfono o por carta. Ahora, alguien escribe un artículo y en los comentarios de los lectores te ponen verde. La red se ha convertido en una especie de basurero en el que todo el mundo explota.

Es verdad que hay malestar en el conjunto de la sociedad. Pero, por ejemplo, con la pandemia se ha disparado el odio a los chinos. Todo esto, como fenómeno nuevo, me ha llamado la atención.

El consumo de televisión mucho a principios de la pandemia, es lógico. Estamos encerrados en casa y consumimos más televisión y más internet. También es verdad que la audiencia de la televisión se ha diversificado. Ahora se selecciona lo que quieres ver y somos mucho más exigentes con la televisión. Antes nos lo tragábamos todo.

También es verdad que tenemos que repartir el tiempo, tenemos que dormir, comer y trabajar. Queda un tiempo que si lo dedicas a la televisión no se lo dedicas a internet y viceversa. A mucho internet no le puedes unir mucha televisión. Hay una corriente crítica hacia la televisión que dice que es sensacionalista, partidista o que hay demasiados programas del corazón.

"Hace falta un tratamiento más serio y menos sensacionalista para la violencia de género"

¿En qué sentido es sensacionalista?

Preguntamos sobre la violencia de género y la gente dice que aparece en televisión con carácter sensacionalista. ¿Por qué? Tu ves un informativo y después de un accidente de tráfico hablan de que mata a su expareja delante de su hija. Entonces dices “esto no es un suceso más, esto requiere otro tratamiento”. Hablamos de un problema social. Hay un tratamiento que a veces es exhaustivo y se ceban en la historia.

Hay un sector de la sociedad que ve bien que se trate la violencia de género, se luche contra ella y cada información recuerde el 016, pero hace falta un tratamiento más serio y menos sensacionalista. Hay mucho uso de la televisión, pero con un nivel crítico importante.

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Un gran mapa de Andalucía preside el despacho.   MANU GARCÍA

¿Le preocupa la desaparición del papel?

Ha cambiado la forma de informarnos. El periódico de papel da un 1,5% y me preocupa porque soy de una generación que se ha criado con el papel. El otro día vi que había desaparecido el kiosko de la estación del AVE de Córdoba, una ciudad de 300.000 habitantes. ¿Cuántas personas pasan diariamente por aquí? ¿Y no dan vida a un kiosko que lo puede compatibilizar vendiendo otras cosas? Ha desaparecido y se le echa la culpa a la pandemia, pero la pandemia ha pasado y la gente sigue pasando. Ahora aparece la televisión como elemento de información base. También aparece la radio. Aunque aparece un elemento inquietante, mucha gente se informa por internet. Eso puede ser el periódico, pero en internet hay otras muchas cosas que no son verdad y no tienen ningún tipo de control. Hay riesgo de que la gente se informe por medios no serios y por artículos sin firma y sin identificación. El riesgo de la mentira en internet es muy alto y la propia gente lo reconoce.

"No hay ningún control para que los jóvenes accedan a la pornografía en internet"

¿Cómo se combate la desinformación?

Hay un porcentaje altísimo que dice que se fía de su intuición. Qué ingenuidad. Si hoy precisamente, el arte de mentir en internet cunde porque son mentiras muy elaboradas. Hoy en día, el control de lo que leemos por internet es tremendo pero la sociedad es muy crédula. Nosotros hemos hecho campañas para advertirles, sobre todo a la gente joven, que es la más crédula. Nos informamos por internet y a veces tengo la sensación de que no somos conscientes de los riesgos que tiene esa información. También hemos hecho campaña contra la publicidad de los juegos de azar, que es intensiva y está descontrolada. Tienen la sede en Gibraltar, Malta o el Caribe y es muy difícil luchar contra eso.

Otro de los problemas que detectamos es la pornografía en internet accesible a menores. El problema es que no hay ningún control. El estudio descubre dos cosas: los padres parecen no reconocer el problema y sólo sale un 16% que lo reconoce.

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Antonio Checa durante la entrevista.   MANU GARCÍA

¿Le parece poco o mucho?

Me parece poco. En otros datos que tenemos el porcentaje es muy superior, pero los padres parecen no reconocerlo. Eso va pegado también al hecho también de que no saben cómo combatir el problema. Hay que hacer una labor didáctica importante. En el barómetro nos acercamos a la realidad de estos problemas. Hay constantes que se mantienen, pero también hay cosas nuevas.

¿Cómo ha afectado la pandemia?

La pandemia ha introducido un factor nuevo en nuestras vidas. Hay traído el mayor uso de internet y su diversificación. Continuamente aparecen cosas nuevas y a veces no tenemos las armas suficientes para hacer frente a los nuevos problemas.

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Checa fue decano de la Facultad de Comunicación de Sevilla entre 2010 y 2014.   MANU GARCÍA

Comenta que hay actitud crítica de los ciudadanos hacia la televisión pero a la vez aumenta la desinformación, ¿se está perdiendo la mentalidad crítica en la sociedad?

En nuestro país se ha producido un proceso muy doloroso para el periodismo. En la etapa de la Transición el periodismo iba por delante de la sociedad y los periodistas éramos de las profesiones más valoradas. Ahora, en cambio, estamos entre las posiciones peor valoradas. En los años 80, los periodistas y los medios ganábamos casi todos los juicios porque había una visión entre los jueces de proteger entre todos la libertad de expresión. Ahora ha cambiado y perdemos muchos juicios porque valoran que hay que defender la intimidad o la imagen y los medios somos muy entrometidos.

Hay un sector de la sociedad que nos ve como entrometidos, falsos, que vamos buscando el sensacionalismo – lo cual es cierto en muchos casos – y hemos perdido credibilidad. Eso no quiere decir que nos vean a todos igual, hay algunos que alcanzan prestigio y se ven respetables y serios. Es verdad que hemos perdido parte de la credibilidad porque nos ha ganado mucho el sensacionalismo. También contribuye mucho la televisión por la cantidad de los programas frívolos y eso pierde prestigio ante la gente seria, que se ríe de esos personales.

"Reconocer que ves los programas del corazón no da prestigio"

Pero esos programas son los que más audiencia tienen, ¿es culpa del periodista?

Una vez, en una entrevista que hice a un director de La2 que era muy crítico le dije que la cadena tenía muchos espectadores por sus documentales y me contestó “ya me conformaría yo con que la vieran todos los que dicen verla”. Mucha gente dice que los programas del corazón no lo ven, pero la estadística dice que sí. Algo falla y mucha gente no lo dice porque no da prestigio. Hay hipocresía en la sociedad.

¿Se puede evitar la dependencia de los jóvenes de internet?

No veamos internet como una especie de enemigos. Tiene infinitamente más aspectos positivos que negativos. Ha cambiado nuestras vidas. Yo que soy investigador de la historia de la comunicación tengo ahora a mi disposición todo. Me he pasado horas y horas en la Biblioteca Nacional viendo periódicos antiguos. Ahora los veo sin salir de casa porque están digitalizados. Las inmensas posibilidades que tiene internet son mucho más positivas que sus defectos, lo que pasa es que nos plantea problemas y tenemos que hacerle frente. No demonicemos internet, nos ha hecho la comunicación inmediata. Recuerdo aquellos años en los que no se podía hablar por teléfono y tenías que hablar con Madrid con una demora de hora y media. La información era escasa. El mundo nuevo de la comunicación es positivo, lo que pasa es que en la inmensidad de cosas que ofrece internet están los aprovechados que ven un medio nuevo que buscan estafar.

"El periodismo de investigación ya no existe"

Usted es investigador de la historia de la comunicación, como ha dicho. ¿Vamos a mejor o a peor en la comunicación?

Me preocupa mucho que antes los periodistas éramos ante todo periodistas. Ahora pertenecemos a una empresa que está enfrentada con otra. Ante todo, hay que ser periodista y compañero de otros periodistas, aunque estén en otros medios. Creo que hemos perdido un poquito de visión profesional. Estamos más desprofesionalizados. Los periodistas estamos perdiendo mucho en dos sectores. Uno es la publicidad, es terrorífico lo que está ocurriendo. Ya no sabes lo que es publicidad o no. Entras en un periódico digital, te dicen el éxito de un producto y te lo ponen en portada. Tú ves que es publicidad, entonces, ¿por qué me lo pone como si fuera información? O el uso de contenidos patrocinados como si fuera una novedad informativa. Eso es publicidad.

Hay una confusión en estos momentos entre lo que es información y es publicidad. El otro día en un concurso de televisión una concursante tuvo que leer una frase publicitaria de Legálitas. La dependencia de los medios de la publicidad es mayor que nunca, eso está muy claro. También es verdad que en los periódicos impresos era mucho más cara. En internet es más barata y hay que conseguirla como sea. El mundo de la publicidad se ha dado cuenta de que a la gente joven le llega la información por muchos cauces. Somo menos imprescindibles que hace 30 años.

Otro problema es que las crisis económicas han hecho que los medios cada vez tengan menos equipo, han disminuido las redacciones. El periodista se evade de los actos y pide un resumen porque no tiene medios. La precariedad es enorme. Hoy no se puede hacer periodismo de investigación porque requiere tiempo. Ahora, al mismo tiempo de investigar tienes que ir a la rueda de prensa, a hacer un informe… y no hay tiempo. El periodismo de investigación no existe. Ahora llamamos investigación a un chivateo, que suele ser algo interesado. Ahora hay pequeñas redacciones y gente sobrecargada.

"Los estudiantes antes preguntaban qué había que hacer para ser enviado especial, ahora preguntan qué hacer para ser 'influencer"

Sobre los datos de la violencia de género. ¿Qué ocurre desde la teoría que se da en las facultades hasta que se da la información para que cambie la forma de tratar la situación?

Salimos con ganas lógicas de comernos el mundo, queremos hacer un periodismo honesto e incisivo y luego chocas con la sociedad. Las empresas tienen otro interés. La realidad es potente y se impone. Hay un choque entre lo que uno quisiera hacer y lo que normalmente haces. Son muy pocos los que consiguen hacer lo que quieren. Antes teníamos en las facultades un acto antes de empezar el curso donde venían estudiantes de instituto para informarse. Antes preguntaban qué había que hacer para ser enviado especial al extranjero o presentador de televisión. Y ahora preguntan qué hacer para ser influencer. Cuando los influencer casi nunca hacen periodismo, casi siempre hacen publicidad. Las propias preguntas de los alumnos te van anunciando los cambios de la sociedad.

Hoy en día las empresas son muy exigentes. Hay estudios recientes sobre el futuro de las profesiones que se estudian en la universidad. En uno de los cuadros hablan de la remuneración de las profesiones con cuatro o cinco niveles, en el más bajo estaba periodismo. Ahora estamos mal pagados y sobreexplotados por decirlo de alguna forma. Tienes que buscarte el pluriempleo.

Antes tenías una salida, antes de la crisis, los gabinetes de prensa daban mucho juego por la expansión de las empresas. Ahora los gabinetes se han reducido o se encargan a las agencias por ser más baratos. Hasta esa salida se ha adulterado. Entre lo que uno ve en la facultad o quiere ver y la dureza de la realidad una vez que estás buscando y encuentras algo, entiendo que haya cierta frustración. Pero también pasa en otras profesiones.

"Hay que preguntarse si realmente hay un periodismo andaluz"

¿En qué momento ve el periodismo andaluz?

Primero hay que preguntarse si realmente hay un periodismo andaluz. Un periodismo andaluz es aquel que depende empresas andaluzas, hecho por periodistas andaluces y con inquietudes sobre Andalucía. Existe, pero no es lo que domina. Del 100% de la audiencia, Canal Sur más las televisiones locales no llegan al 20%. Es decir, el 80% nos llega desde Madrid. El ABC, La Razón, El País… son edición Madrid. Nos queda Diario de Sevilla con grupo Joly con edición andaluza. Quedan muy pocos medios andaluces. El periodismo andaluz nos hemos conformado con aportar artículos pequeños… vamos por libre. En casi todas las ciudades hay medios pequeños incisivos. Pero, por ejemplo, Cataluña tiene La Vanguardia o El Periódico de Cataluña, que son de allí pero tienen una potencia enorme. Aquí no tenemos esa prensa. El periodismo andaluz está en un momento difícil porque estamos en una sociedad en la que domina lo estatal. En publicidad pasa igual, las grandes campañas son estatales. Si no te llega publicidad de Madrid estás perdido. Luchas con la publicidad local, pero las grandes campañas de empresas llegan desde Madrid. Luchamos contra gigantes, aunque eso no quiere decir que no haya buenos medios andaluces. No hay que perder la esperanza, pero el enemigo es potente.

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El presidente del CAA se pregunta si realmente hay un periodismo andaluz.   MANU GARCÍA

¿Se ha dado cuenta como presidente de algo que no hubiera captado como profesor de universidad?

Sí, en el sentido de que yo me he desenvuelto o bien en el periodismo, o bien en la facultad donde analizamos el propio periodismo. Aquí ya ves los toros desde otra barrera y ves que haces cosas que tienen mérito y los medios no te lo reproducen si no hay elementos sensacionalistas. Ves las limitaciones que tienen los medios, pero en ese aspecto no quiero hacer protagonismo del Consejo. El problema que tenemos en la sociedad es ese, la insuficiencia de medios humanos en los medios de comunicación hoy en día. Te das cuenta de que hay medios que existen, pero en realidad son dos personas que se multiplican para todo. Pero estamos como estamos y el problema es que no se le ve solución. La crisis avanza y las redacciones cada vez son más pequeñas. Se echan en falta medios potentes.

Como profesor universitario, ¿usted cree que se pueden mejorar los grados de comunicación? Le habrán llegado las críticas recurrentes sobre que es muy diferente al oficio.

Siempre podemos mejorar, lo que pasa es que en la Universidad hay que enseñar cómo es y cómo debería ser, “hay que hacer esto, pero no se está haciendo”. Yo he procurado con mis alumnos tener esas dos caras, lo que habría que hacer y a la vez ser consciente de que es difícil. Dar el mensaje positivo del deber ser sin ignorar la realidad a la que se van a enfrentar cuando salgan a la calle.

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Durante la entrevista realiza una defensa de las nuevas tecnologías.   MANU GARCÍA

¿Echa en falta mayor formación de alfabetización mediática en los niveles obligatorios de la educación?

En nuestras vidas han aparecido los medios y la complejidad de los medios. Pensamos que la alfabetización mediática es imprescindible pero no para los jóvenes solo, para todas las edades. Tenemos un concurso para favorecer la mentalidad crítica de los escolares hacia los medios porque pensamos que, desde la escuela, los niños y niñas se tienen que sensibilizar de que el móvil es muy bonito y tiene mucha información, pero no pueden ser esclavos del móvil. No puede ser algo que te mande. Cuando empezó a popularizarse el móvil los alumnos se iban durante la clase. Cuando me di cuenta del problema, al curso siguiente, di el consejo de que se olvidaran de los móviles y lo apagaran.

La alfabetización mediática es necesaria en todas las edades. Notamos que en la tercera edad tienen menos manejo y se les plantea muchos problemas. Hemos iniciado también campañas para ayudarlos que han tenido bastante éxito y vamos a repetir. Notamos que hace falta en todas las edades y sectores por la enorme importancia que está adquiriendo y la variedad, cada día aparecen cosas nuevas. Yo siempre aprendo algo, como el tema de los influencers, que de repente tienen miles de seguidores, se dedican a vender productos y dices “esto es algo que hay que regular”. Vamos a crear un premio para influencers serios en el sentido de, reconociendo esta novedad, encauzarla porque a lo mejor están vendiendo un producto que es infumable. Tenemos la obligación, los que nos sentimos responsables de la sociedad, de advertir de los problemas y ayudar a resolverlos. La alfabetización mediática tendría que estar en los planes de estudio. Yo no soy enemigo del latín, pero ahora es secundario frente a esta cantidad de cosas nuevas que hay y que tienen que estar presente. Muchas veces el problema es que el niño sabe más de informática que los padres y los padres no pueden aconsejar porque es un mundo que no conocen.

"Hay un número excesivo de trabajadores en Canal Sur y el déficit es muy agudo. Los sindicatos lo reconocen con la boca chica"

El Consejo debe velar por la pluralidad informativa y ha comentado que hay un alto porcentaje que cree que los informativos son partidistas. ¿Qué se puede hacer con Canal Sur? Su cuestionamiento no es solamente de ahora.

Yo hablaría de qué hacer con las televisiones autonómicas porque el problema, con variantes, es muy similar. Está ocurriendo también al nivel de televisiones locales. Es muy difícil que una televisión que en buena medida controla un gobierno, el gobierno no sienta necesidad de acercarla a sus postulados. Hay distintas medidas, en algunas ves más manipulación. Organismos como el nuestro está para denunciar irregularidades flagrantes, pero hay que concienciar a los gobiernos regionales que es un instrumento magnífico porque cubre cosas que no cubren las televisiones estatales. Las autonómicas, como Canal Sur, tienen un papel de dar una información que no dan las nacionales. Los gobiernos regionales tienen que ser conscientes de que no es su juguete. Es un instrumento necesario al servicio de la sociedad.

Otro problema es que casi todos son medios muy deficitarios. Canal Sur tiene cerca de 1.500 trabajadores, es un número excesivo y el déficit es muy agudo. Los sindicatos lo reconocen con la boca chica. Son televisiones necesarias porque cubren un hueco de información importante, pero seguramente estén en un momento, en general, en el que necesiten una reflexión. En muchos casos hay que buscar una mayor rentabilidad. Y luego los gobiernos deben ser sensibles de que no es un instrumento a tu servicio sino al servicio de la comunidad.  Es difícil que el gobernante no sienta la tentación de utilizar el medio. De todas formas, en el panorama español, hay casos muy diferentes. Veo autonómicas como la catalana donde el pluralismo es dudoso y los constitucionalistas no se comen una rosca, es un problema complejo. El tema es que tienen que ganar autonomía, pero desde dentro también se tiene que ver que no se pueden tener unos déficits tan agudos porque un gobierno va a estar tentado de cerrarlo por las pérdidas, como hizo en la Comunidad Valenciana.

Sobre el autor:

Emilio Cabrera.

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