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El dibujante José Pablo García firma la novela gráfica ‘La Guerra Civil española’.

“Los que agravan y perpetúan los males de la nación son los propios españoles”. Las primeras páginas del cómic La Guerra Civil española sirven para contextualizar la situación de conflicto en España previa al siglo XX. Y esa frase, perteneciente al discurso de renuncia al trono de Amadeo I de Saboya en febrero de 1873, pretende anticipar la cadena de acontecimientos que, en 1936, devino en un intento de golpe de Estado y una guerra civil en España.

José Pablo García (Málaga, 1982) es el encargado de llevar al formato gráfico este sangriento episodio. Previa propuesta de la editorial Debate —quienes se habían fijado en su anterior obra, Las aventuras de Joselito—, el dibujante malagueño se embarcó así en un tipo de proyecto con el que dice sentirse bastante cómodo en relación a un corte más moderno. “Creo que mi estilo se acomoda bastante bien en lo añejo y viene muy bien para tratar lo histórico”, comenta.

"Mi estilo se acomoda bastante bien en lo añejo y viene muy bien para tratar lo histórico"

Lo hace a través de 240 páginas, divididas en nueve capítulos llenos de protagonistas a los que va dando paso a través de sus propios sucesos y palabras, esas que una vez formaron parte del enfrentamiento de nuestra sociedad. Una cronología compleja que en el cómic adquiere un nuevo matiz de cercanía y normalidad: la contraposición entre hombres de chaqueta y de campo, el surgimiento del fascismo y el anarquismo o el papel republicano y el de la Iglesia.

Así, tras los primeros años de conspiración que orquestaron el golpe de estado militar que desencadenaría el desangre de España, y la consiguiente “traición” de las grandes potencias hacia el país, el cómic llega finalmente hasta Madrid para dedicar dos capítulos a la política, estrechando el lazo entre la novela gráfica y el ensayo original. Ambiciones y estrategia en tiempos de rebeliones internas republicanas frente al avance y las comodidades del bando franquista.

Ir más allá de las palabras: no todo se limitaba a moldear el texto en forma de dibujos. “Dediqué prácticamente la mitad del tiempo a buscar fotografías y mapas que me permitiesen tener la base necesaria para empezar a trabajar. Las enciclopedias y, sobre todo, Internet, han sido imprescindibles en esta parte del proceso”, cuenta García. Una vez está todo atado, dibujar se convierte en algo mecánico; es la forma de contarlo, de llegar al lector, lo que diferencia  una obra de este tipo.

"Dediqué la mitad del tiempo a buscar fotografías y mapas que me permitiesen empezar a trabajar"

Explayándose en el detalle y la rigurosidad histórica de los hechos que sacudieron España entre 1936 y 1939 —sin perder de vista todo lo sucedido desde 1931 con la llegada de la Segunda República—, la versión gráfica de La Guerra Civil española es una suerte de adaptación. “Como comentó Paul Preston, este cómic ha aportado amenidad a la complejidad del ensayo original sin traicionarlo”, dice su autor.

El hispanista firma una obra rigurosa que no deja atrás a nadie, que va más allá de bandos y que hace un esfuerzo en manifestar los abusos y atrocidades de la guerra. “Hasta el día de su muerte, Franco mantuvo vengativamente España dividida entre vencedores y vencidos”, leemos en el último capítulo. El terror en forma de represión, miseria, sufrimiento y muerte dejan una España desangelada en sí misma, en la que los bandos dejan de ser la verdadera raíz del problema; un acercamiento a la teoría que Preston seguiría desarrollando en su célebre Las tres Españas del 36.

El cómic como salvoconducto

En su etapa como estudiante, García “hubiera matado por encontrar algo así”. “Me costaba mucho centrarme y desde siempre he necesitado apoyo gráfico para estudiar”, explica a la vez que se queja de la poca extensión que, en cualquier caso, tuvieron sus estudios en la materia. “Dimos la guerra muy de pasada, y es un error, teniendo en cuenta el desconocimiento general que hay sobre el episodio más importante de nuestra historia”.

Cada vez son más las editoriales que llevan distintos tipos de ciencias al cómic, en lo que supone un acercamiento indispensable hacia un formato a veces más amigable que los libros, especialmente de cara al público joven. Y no precisamente por la falta de texto. Sin ir más lejos, La Guerra Civil española es un cómic denso, con una cantidad de datos e información que nada tiene que envidiar a la que habitualmente se puede encontrar en un libro de texto de instituto.

"No se me ocurre nada que no pueda ser contado a través del cómic"

Con La Guerra Civil española, García pone de manifiesto el valor didáctico de las viñetas. “Es éste un medio que permite explicar incluso conceptos abstractos de forma eficaz. No se me ocurre nada que no pueda ser contado a través del cómic, un medio que aún no ha mostrado todas sus posibilidades”, afirma.

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Sobre el autor:

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María Luisa Parra

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