captura_de_pantalla_2017-11-10_a_las_11.56.00.png
captura_de_pantalla_2017-11-10_a_las_11.56.00.png

Traspasar la puerta del camarín es atrevernos a entrar a otros mundos de interpretaciones, lo insólito e inesperado. Da para ser una novela. Le llaman el samurái, no obstante, el ínclito jerezano Manuel Romero Bejarano dice que “naranjas de la China”, que Japón es una cosa y China otra.

La verdad es que los paisanos de Gengis Kan, aunque hayan copiado todo lo habido y por haber, nunca han tenido samuráis, eso es un invento de los nipones que les dieron leña por muchos años a los chinos y pare de contar. Yo no me atrevería a llevarle la contraria al ilustre jerezano, ni pasado de sherry wines, no vaya a ser que me cuelgue bocabajo en el Gallo Azul.

Sea samurái o monje taoísta cabe preguntarse qué pinta en una capilla cristiana. ¿Tiene o guarda alguna segunda lectura? ¿Hay detrás algún truculento u oscuro significado?

Sobre el autor:

Captura de pantalla 2018-05-14 a las 17.36.08

Eduardo Arboleda Ballén

...saber más sobre el autor

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído