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El canal oficial del Ejército tenía bloqueado el acceso a medio Twitter contribuyente con perfil de izquierdas entre el que se encontraba el diputado Alberto Garzón.

La decisión se debió a un exceso de celo, dijo el portavoz del Ejército de Tierra. El exceso de celo a bote pronto y sin mirar la RAE es ser más papista que el Papa ejerciendo un oficio. Si eres un trabajador de la zona azul con exceso de celo, darás una carrera con la máquina de las multas en la mano para llegar así al coche cuyo minutaje acaba de caducar antes que el propietario que piensa que está ante Usain Bolt e introducirás el papel en el limpiaparabrisas con ensañamiento, como el que mete una papeleta en la urna con ganas de echar a un gobierno corrupto. Si trabajas tras una ventanilla de la Administración y ejerces con exceso de celo aquello del defecto de forma al entregar documentos, la posibilidad de que un ciudadano consiga salir con éxito del edificio en una sola visita se aproximará a la de ser el espermatozoide que fecunde al óvulo.

Cualquiera podría suponer que la labor de quienes comunican a través de los canales oficiales del Ejército sería la de transmitir el trabajo del gremio militar en pleno y moderno 2016 y que un exceso de celo en ese empeño podría llevar a los responsables de estos canales a exagerar las imágenes espectaculares en maniobras de entrenamiento o los beneficios para la salud democrática que tiene mantener económicamente a un ejército para el contribuyente de todo tipo, clase e ideología. Al parecer estábamos equivocados. O habíamos olvidado que vivimos en España.

Media España que había olvidado vivir en España aplaudía el esfuerzo de Rafa Nadal en los Juegos Olímpicos de Río cuando se topó de frente con un mensaje desde el canal oficial del Ejército de Tierra. “La guerra no es triste porque levanta las almas, porque nos enseña que fuera de la bandera, nada, ni aun la vida, importa. Gracias Rafa”, felicitaba el ejército de todos los contribuyentes al tenista de todos los aficionados con la misma fórmula usada por Cela en los años 40 para felicitar al golpista de unos cuantos, Millán Astray, cortándole el cuerpo hasta al japonés que acababa de quitarle la medalla a Rafa. Gracias a un exceso de celo que llamó la atención a aquellos que habían olvidado vivir en España a pesar de haberse quedado roncos animando a Rafa, descubrimos otro exceso de celo: el canal oficial del Ejército tenía bloqueado el acceso a medio Twitter contribuyente con perfil de izquierdas entre el que se encontraba el diputado Alberto Garzón. El cargo electo no sabía de la existencia de este canal en Twitter del Ejército, pero un exceso de celo lo había dejado sin acceso a él en algún momento entre 1936 y 2016.

La polémica llegó, no sabemos si por tierra, mar o aire, a los responsables del Ejército que, preguntados, se explicaron con aquello del exceso de celo, sin terminar de explicar ¿exceso de celo en qué oficio?

 

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Sobre el autor:

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María Luisa Parra

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