Carlos Landín (Vigo, 1970) lleva casi 30 años organizando eventos relacionados con el motor, primero, y con otros sectores después, como las bodas o la gastronomía. Era piloto de rallies pero tras una entrevista con el director de Diario16 de Galicia empezó “una relación comercial” que derivó en la organización del primer Salón del Automóvil de Vigo en 1992.
“El vehículo nuevo tenía más importancia, las marcas se gastaban mucho en la puesta en escena, llegamos a hacer salones con stands de dos pisos, había marcas que se gastaban 80 millones de pesetas para tres días”, recuerda. Eso, ahora, “es impensable”, dice, de hecho “autolimitamos los congresos a nivel de decoración” para que “no se entre en una escalada de costes que acabe matando la feria”.
Landín atiende a lavozdelsur.es en Hontoria Garden Bar tras la presentación de Motorsur, el salón del vehículo de ocasión que acoge Ifeca y que cumple su quinta edición —del 17 al 20 de octubre—, en la que participan 25 marcas y unos 600 coches. El congreso, organizado por Expoalia —la empresa de Landín— en colaboración con Automociona.
¿Qué se puede encontrar quien vaya a Motorsur?
El público sabe que comprando un coche en la feria se puede ahorrar un dinero, porque las marcas hacen un esfuerzo. Eso la gente lo ve y es muy importante para consolidar el evento. Por eso tenemos visitantes no solo de Jerez, sino de Sevilla o Málaga. Hay otras ferias que venden vehículos nuevos, pero nosotros nos enfocamos a vehículos de ocasión o kilómetro cero. Ahora las marcas automatriculan muchos coches para cumplir objetivos a finales de año y eso lo aprovecha el visitante.
¿Cómo recibió el sector la celebración de un evento como Motorsur?
Nos costó mucho ponerlo en marcha. Cádiz es una provincia muy especial, porque hay marcas que solo venden en una ciudad y las hay que tienen distintos propietarios. Hubo que salvar ese pequeño obstáculo y por eso nos costó nacer, pero a Jerez y a la comarca este salón le viene muy bien.
Cádiz es una provincia muy especial, porque hay marcas que solo venden en una ciudad y las hay que tienen distintos propietarios. Hubo que salvar ese pequeño obstáculo y por eso nos costó nacer"
¿Por qué decide apostar por Jerez?
Estuve trabajando en Fibes muchos años haciendo el Salón del Automóvil, implantándolo en Sevilla, que es una ciudad que me encantaba pero llegó un momento que se me hizo grande. Conocí Ifeca en 1998, cuando hicimos el primer Salón de la Moto en Jerez, que tuvo unas criticas buenísimas, y donde estuvieron pilotos como Michael Doohan o Álex Crivillé, hubo actuaciones... Ahí conocí Jerez. Luego, en el año 200 hice un salón inmobiliario, y en 2004 monté mi empresa en Jerez porque vi las oportunidades de Ifeca, pero me equivoqué (risas). Es una pena pero Ifeca no acaba de despegar. Es una joya que tenemos pero que no sabemos explotar. Es un recinto que está cerca del centro, en la zona más característica de la ciudad, con hoteles de 4 y 5 estrellas a los que el congresista puede ir andando... pero no está bien aprovechado.
¿Es más difícil organizar eventos en Jerez que en otras zonas de España?
Jerez es complicado. Yo siempre echo en falta que lidere el mercado de congresos y ferias: tenemos el Aeropuerto, el puerto de Cádiz muy cerca, el tren de alta velocidad... Lo tenemos todo. Y está Sevilla, que no puede ya con lo que tiene, que no puede acoger más congresos. Hoy en día los congresos te los llevas por el programa alternativo que le des al congresista y el de Jerez es más completo que el de Sevilla, porque tenemos flamenco, caballos, vino... Sevilla es una ciudad grandiosa pero tiene menos programa alternativo. Esto es culpa de todos, y me incluyo, que no hemos sido capaces de darle ese empuje a Jerez.
Además, Cádiz parece que es tres provincias en una...
No hay dinámica de empujar todos a una. Cádiz y Jerez viven de espaldas. El tema de los concesionarios es un ejemplo. Es una pena, porque tiene un potencial tremendo.
De los eventos que ha organizado, ¿de cual está más orgulloso?
La afición de toda mi vida es el motor, pero tengo que reconocer que a Bodasur, que cumple 15 ediciones, le tenemos que tener un cariño muy especial, porque genera un volumen de negocio increíble. Entre 1.500 y 2.000 parejas que pasan y organizan ahí su boda, no toda, y no todos, pero algo pica ahí. Pero si me preguntas por mi afición, lo que más me gusta, el motor es mi mundo.
Carlos Landín, durante la entrevista con lavozdelsur.es. FOTO: MANU GARCÍA
¿Está pensando en abarcar otros sectores?
Estoy colaborando con salones del cómic y de manga para meternos en ese sector, también en el de los videojuegos o la producción de series y cine, que son eventos que están funcionado muy bien en España. Es que una vez que haces una feria y un evento, al final da lo mismo que sea de coches o bodas, la organización y la puesta en marcha es parecida, más de lo que parece. Al final una vez sabes montar un evento debes saber montar cualquier sector.
¿Cuál es el secreto del éxito?
Un evento normalmente tienes tres años para consolidarlo, o morir, que también pasa. Cuando se consolida lo tienes que mantener vivo. Para eso, primero tiene que ser un sector que empuje, la boda empuja mucho y tiene muchos sectores involucrados. Este año por ejemplo tenemos seis agencias de viajes, mientras otros años nos matamos para tener una. De repente detectas que el mundo del viaje está muy competitivo. Y claro, la boda de hace 15 años no tiene nada que ver con la de ahora, si quieres una gintonería o un japonés sirviendo sushi, o un puesto de pulpo a la gallega, lo tienes. Además, los novios entran en una escalada para que su boda sea distinta, que he visto cosas realmente alucinantes.
¿Qué es lo que más le gusta de Andalucía?
Como buen gallego siempre digo que soy emigrante, pero a diferencia de mis abuelos, soy emigrante porque quise. Me enamoró de esta tierra la gente, que es abierta, es amable, y no te pregunta de donde vienes. Eso es importante. Y después la luz de esta tierra. Cuando vas a mi tierra y pasas un invierno, valoras esta luz, te da vida. Soy emigrante con gusto, porque quise y pude venirme, y aquí monté mi empresa y mi vida.
Nos tiramos piedras contra nuestro propio tejado, pero esto en dos generaciones se va a arreglar"
¿Y lo que más le ha decepcionado?
Lo que más critico, con cariño a esta tierra, es la autocomplacencia que tenemos, porque pudiendo ser mucho más competitivos no lo somos. Tenemos complejos que no deberíamos. He trabajado en otras zonas y tengo amigos empresarios andaluces que son mucho más potentes que catalanes o valencianos, pero tenemos ese autocomplejo. Eso lo debe superar esta tierra. Hay que competir a muerte. Málaga lo está haciendo bien y te digo yo que en diez años no la conoce ni la madre que la parió. Ahora se habla de proyectos europeos que acaban en Málaga. Estábamos acostumbrados a que acabaran en Valencia o Bilbao, pero Málaga ya empuja como una ciudad europea. Hay que ir en esa línea. Sin perder la idiosincrasia de un pueblo, por supuesto, pero aquí no somos menos capaces que los catalanes, por ejemplo.
¿Ese cambio tiene que venir de la ciudadanía?
Sí, de la propia ciudadanía. Desde que llegué a Jerez ha cambiado mucho a mejor. Aquella mentalidad que me encontré hace 18 años del comerciante antiguo, oscuro, ya no está. Ahora ha llegado el hijo, ha abierto el comercio, se ha modernizado, y ya compite. Dos años antes de llegar vi en prensa que unos comerciantes del centro echaron a El Corte Inglés de la plaza del Arenal, se encadenaron,. No soy un experto pero en todas las ciudades donde se implanta, alrededor hay riqueza. Nos tiramos piedras contra nuestro propio tejado, pero esto en dos generaciones se va a arreglar.
Landín, en un momento de la entrevista. FOTO: MANU GARCÍA
¿Se le han caído muchos tópicos desde que vive en Andalucía?
Los tópicos son eso, tópicos, porque tengo amigos andaluces mucho más capacitados que gente del Norte. Hay que superarlos. Al final hay mucha implantación de gente de fuera que ha traído su vida a Andalucia. Málaga tiene 200.000 ingleses viviendo allí y eso abre la mentalidad. Yo trabajé en Chiclana y tiene una mentalidad diferente a Jerez, ¿será porque viven 10.000 o 15.000 alemanes? Eso te abre la mente y te hace competitivo. La Sierra, por ejemplo, también es una maravilla y la valora más gente de fuera, alemanes, franceses o ingleses que viven allí, que gente de la misma provincia. Fíjate que yo sabia que, hasta que tuvo el accidente, todos los años pasaba varios meses viviendo en una casa de la Sierra el piloto Michael Schumacher. Y mucha gente de aquí no la conoce.
¿Nos hace falta que venga alguien de fuera a abrirnos los ojos?
Claro, sí. Como en su día le pasó a otros pueblos. La Cataluña de hoy en día es así gracias a los 2,5 millones de andaluces que fueron allí a currar. Igual que los gallegos cuando fueron al País Vasco. A todas las tierras les pasa, que cuando se quedan aisladas, malo. Andalucía tiene un clima espectacular, y eso influye en el carácter y en la forma de ser. ¿Por qué el gallego es más retraído? Cojones, está lloviendo todo el día y está en casa metido (risas)..
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