Emprender a los 40 años con una libélula de seda y piedras

La diseñadora jerezana Mar Toro fundó su firma homónima y su tienda en 2010, el mismo año en que empezó a padecer la enfermedad de Crohn. Sus complementos han estado presentes en la Pasarela Flamenca 2017 y prevé extender sus diseños por el litoral andaluz

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De su llavero cuelgan piedras de colores y seda enrollada que forman una hermosa libélula. Esta revolotea transformándose en pendiente, broche, colgante... hasta en un simple, pero delicado adorno de un bolso customizado. Mar Toro adoptó un par de alas desde hace más de siete años, cuando decidió crear su propia tienda de ropa y complementos, ubicada en la urbanización El Bosque —frente al Hotel Jerez—. No tuvo más remedio que dedicarse al diseño y a la artesanía, ya que creció bajo la influencia creativa de sus padres. "Mi madre nos tuneaba la ropa a mis hermanos y a mí. Bordaba una torera, te cambiaba una camiseta... Ella quería que siempre llevásemos algo especial", recuerda sobre la maña y la originalidad de su madre, Encarnación Piriz, 'Chiqui' para los amigos. "A mí me viene de ella", agrega. Si bien 'Chiqui' se detuvo más en las prendas, su hija Mar tenía devoción por un bolso bien conjuntado con un collar y unas perlas. Esta pasión la siente desde que era una niña, pero no es hasta los 40 años cuando Mar Toro da un paso hacia adelante para fundar su propia firma de complementos.

"Empecé porque un día, en la piscina, una vecina me contó que su cuñado montó en El Puerto una tiendecita de piedras naturales preciosas y accesorios", narra y continúa: "Al día siguiente me llegué al establecimiento, compré algunas cosillas e hice mi primer complemento. Gustó tanto que, desde entonces, no he parado". Confiesa que siempre ha tenido un pulso malísimo, pero que lo ha corregido porque le dan hasta las seis y las siete de la mañana creando piezas. "Me pierdo, me vuelvo loca". Por otro lado, la diseñadora jerezana también manifiesta que agrupar piedras para crear una colorida pulsera le ha servido de terapia para estabilizar, de alguna manera, la enfermedad de Crohn que padece desde 2010. "Cuando me entró perdí más de 20 kilos", incide. Pero hoy rebosa de vitalidad y dice que diseñar abalorios logra espantar sus males.

Con su tienda-taller busca unir la ropa con el complemento, pero reforzando la presencia de este último. Para Mar Toro, un bolso, un tocado o un collar deben destacar por encima de un vestido. Por ello su local está repleto de pendientes muy flamencos, otros de perlas, nacarados o bañados en oro, frente a las varias burras con camisetas, blusas y pantalones fluidos sencillos, sin apenas un estampado para que así, el complemento sea el atuendo rey. "Yo quiero que la persona que entre aquí salga vestida de los pies a la cabeza, con su vestido, su zapato, su bolso, sus complementos... Con todo". Mar habla de convertirse, de alguna forma, en personal shopper, pero solo en su propia tienda. "Todo son piedras 100% naturales", asegura mientras señala el expositor de zarcillos que llevó a la Pasarela Flamenca 2017 con la firma Flamenka. Habla de su participación en este certamen jerezano con mimo y orgullo. Hasta hace unos años Mar no creía que todo esto le fuera a pasar a ella. Cuenta que hace más de una década montó una tienda de decoración y de pintura de muebles con su hermana Adela Toro. "Mi madre podía cogernos a las dos para cambiar de sitio los muebles de la casa a la una de la noche", ríe. Dejó el negocio con su hermana una vez que se quedó embarazada de su tercer hijo. No obstante, no dudó en volver al camino creativo una vez que se le presentó la libélula de la oportunidad. "Mi sello es la libélula porque una de las veces que fui a comprar materiales vi una dorada y me enamoré. Fue entonces cuando empecé a crear mi propio diseño y hoy es por lo que me distinguen mis clientas". En su coqueto local color turquesa, expone cuadros de animales y vegetación de su hermano, el pintor Fernando Toro, y también vende abanicos maquillados por su hermana Mercedes Toro. Entre sus exóticos y largos colgantes, tiene argollas doradas con una mini libélula en el centro, bomboneras piramidales, anillos, guantes de seda, cestas, vestidos de telas indias, tocados, collares de piedras de arabia, llaveros...

Mar destaca que también hace encargos y que es capaz de ceñirse a los gustos y a las alternativas que las clientas le den. "Intento que siempre te vayas de aquí súper contenta", señala. Informa que próximamente abrirá talleres de creación de complementos para niños y adultos y que en este verano su firma, Mar Toro, estará presente en todo el litoral andaluz, en ciudades como Tarifa, Chiclana, Marbella, Rota... "¡Quiero extenderme!". Va creciendo poco a poco, ya que hasta hace unos años solo se dedicó a la creación de complementos, pero desde las navidades de 2015, la jerezana se ha atrevido a diseñar ropa con sedas muy coloridas. Y desvela que para el 2018 quiere empezar a esbozar diseños de trajes de flamenca. Cuando se trata de emprender, nunca se saben cuántos pasos —o vuelos— puede dar una persona.

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