Un gran escaparate deja ver a los transeúntes que el interior de este local ubicado en Jerez es un tanto “peculiar”. Una escultura de un gato y otra de una jirafa junto a varios muebles llenos de color dan la bienvenida a un lugar que nació fruto del amor. Paul and Pica arrancó en junio de 2005 de la mano de dos enamorados que apostaron por un negocio especializado en la decoración “con una vocación muy universal y cosmopolita”.
Desde un sofá, Pablo Barallobre Cancela, gallego de 50 años, desgrana su historia. Tras seis años de relación a distancia con el jerezano Antonio García Pica, decidió mudarse al sur donde dieron vida a su propio emprendimiento. Vino por amor, "como en las películas". Pablo ya había trabajado en diferentes negocios con anterioridad. “Empecé hace 30 años en una tienda de antigüedades de A Coruña, allí descubrí el gusto por la belleza y me motivó a estudiar interiorismo”, comenta.
Antonio venía del mundo de la inmobiliaria, pero le encantaba la decoración así que, juntos, formaron un “buen equipo”. Entre tejidos, hicieron crecer su proyecto, esquivaron crisis y embellecieron muchos hogares. “Al principio la gente nos decía, ¿creéis que esto va a funcionar en Jerez? Pero nosotros siempre creímos en nuestra apuesta”, cuenta el gallego.
"Comencé un nuevo ciclo muy duro"
Años de creatividad y sonrisas, de trabajos dentro y fuera de Jerez que quedarán grabados para siempre en el corazón de Pablo. En 2019, Antonio enfermó y, al año siguiente, falleció. Desde entonces, el interiorista decidió seguir remando para que el sueño de ambos no se perdiera. “El alma de Antonio pulula por aquí. El homenaje a él está presente en todo lo que hacemos. De alguna manera está, y va a estar siempre”, expresa Pablo que comenzó un nuevo ciclo “muy duro y muy difícil”.
No lo hizo solo. A los seis días de la pérdida contó con la jerezana María Díez del Pino, de 34 años, que ya había trasladado sus ganas de hacer prácticas con ellos a Antonio. “Ella me ha apoyado muchísimo, es otro pilar del negocio, ahora somos Paul and Pica and María”, comenta.
En 18 años de trayectoria, han logrado que las personas identifiquen sus diseños con un solo vistazo. Han creado su propio estilo, que se basa en “mucho color, calidad y alma”. Ellos lo definen como “una fusión muy particular y única” que se plasma en las viviendas, pero también en trabajos de hostelería como el establecimiento Cocó Café.
“Las decoraciones son vuestras. Decoramos en función de lo que os gusta”, sostiene Pablo que se encarga de ofrecer un amplio abanico de propuestas para que los clientes tengan mucho donde poder elegir. Para él, la clave es que el resultado sea personalizado. “Buscamos hacer decoraciones con alma y que la persona se sienta cómoda”, explica.
Familias de Jerez, de Sevilla de Madrid o de Galicia han pedido a Paul and Pica desde la decoración de una vivienda entera hasta un salón. Buscan el asesoramiento profesional para crear el espacio donde habitarán. “Aquí viene gente que busca una propuesta diferente y de calidad, saben que vamos a darle ese punto de color más divertido”, cuenta el gallego que asegura que el negocio se ha dado a conocer por el boca a boca.
Son muchas las casas que el equipo ha visitado para, posteriormente, realizar propuestas. Pablo y María ayudan a escoger los papeles pintados, los tejidos para la tapicería de, por ejemplo, un sofá, las cortinas, los muebles o la iluminación.
“No somos una tienda de muebles, somos un estudio de decoración”, explica el gallego. Por ello, la mayor parte de su trabajo se desarrolla entre catálogos, combinaciones y telas. Pablo muestra los tipos de lámparas mientras que María coge de una gran estantería un libro con tejidos de diferentes texturas. “Es un continuo reinventar”, añade.
En el espacio cuentan con la mayor colección de papeles pintados de Andalucía Occidental. Conseguir este popurrí ha sido un trabajo de años de selección. “Si esto fuese una tienda de ropa, seríamos un Armani o un Versace. No es tan fácil trabajar con las marcas que quieres, al igual que en la moda, te van a poner una serie de condiciones”, explica.
Paul and Pica continúa entrando en los hogares e imaginando espacios en los que no hay nada prohibido. Pablo está encantado de, desde su humilde parecer, “haber contribuido a que Jerez esté en el mapa de la decoración”.
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